Martes 06 de mayo 2025

En el podio del sabor

Redacción 24/08/2024 - 09.10.hs

Nora Ponzo ganó una medalla de oro y dos de plata en el Mundial del Alfajor gracias a sus productos de “NP”, una receta a puro estilo artesanal con corazón de nuez y exquisito dulce de leche. Ampliará la producción de ese invento que es argentino pero que tiene su propia fórmula pampeana.

 

Se puede hacer un ejercicio de imaginación. En una clase de la carrera universitaria sobre Emprendedurismo, el docente a cargo de una materia lleva al aula un ejemplo claro y concreto de cómo un proyecto que navegaba en cierta intrascendencia, de repente y en cuestión de horas, se convierte en un boom con una lluvia de ventas, llamados, pedidos y entrevistas periodísticas a su gran mentora, la creadora de “NP Alfajores”, una marca que se colgó medallas entre los mejores sabores del mundo.

 

“Hasta la semana pasada iba a negocios a ofrecer los alfajores y nadie me compraba. Ahora llaman de todos lados pidiendo y no doy abasto. Es increíble lo que pasó desde el domingo y ya me puse a trabajar para darle otro enfoque al emprendimiento -mucho más empresarial- porque la demanda es muchísima y llega desde todos lados. Nunca esperé semejante movida”, dice con una sonrisa de incredulidad Nora Ponzo que, a sus 54 años, está ante la oportunidad de transformar su elaboración artesanal en una marca registrada, masiva y bien pampeana.

 

Nora recibe a LA ARENA en la casa santarroseña donde vive con su pareja. En una repisa del living, junto a las fotos de sus tres hijos (que se fueron a estudiar a otras provincias), están los tres premios que certifican que La Pampa tiene un alfajor que está entre los mejores del mundo.

 

“Desde hace tres años se hace el Campeonato Mundial del Alfajor y el fin de semana pasado se realizó nuevamente en la Rural de Palermo, en Buenos Aires. Los jurados eran más de 20 y hacían una cata a ciegas, es decir que no veían ni el envoltorio ni la estética, sólo se guiaban por el sabor”, explica Nora sobre el evento que reunió más de 400 muestras de Argentina, Uruguay, Chile, Perú, Paraguay y México y en el que hubo más de 50 mil personas en los tres días del certamen.

 

El jurado estuvo integrado por catadores de nuestro país, España y Uruguay, entre ellos ingenieros en alimentos, reconocidos chefs, maestros pasteleros, expertos en análisis sensorial, periodistas e influencers del sector.

 

“Ganamos la medalla de oro en la categoría Mejor Sabor Tradicional y dos de plata por Mejor Alfajor Simple y por Mejor Chocolate Blanco. Gustó mucho el que hago con nuez, relleno de dulce de leche y un baño de chocolate blanco”, reseña Nora mientras en la barra de su cocina hay envases enormes justamente con esos tres ingredientes. “No paro con la producción, ahora estoy a pleno, pero ya anuncié que este fin de semana venderé el stock disponible hasta que se termine porque es imposible cubrir la cantidad de pedidos. Cuando me reorganice ahí sí tendré otro panorama”, grafica respecto al nuevo horizonte que se presenta para ‘NP Alfajores’ (tiene su perfil en Instagram y el WhatsApp de contacto es 2954 447351).

 

Cambio.

 

Nora nació en la localidad bonaerense de Rojas y se fue a estudiar a La Plata. Allí conoció a un pampeano y desde hace 25 años se instaló en esta ciudad. Trabaja como administrativa en el Colegio de Fonoaudiólogos y la gastronomía siempre fue su pasatiempo preferido. Hasta ahora.

 

“Siempre me gustó la cocina, al principio con lo salado y luego me volqué a lo dulce. Fui haciendo cursos y lo que hacía era para familiares, amigos. Pero en pandemia estábamos en casa y lo vi como una salida laboral para aportar una entrada extra a la familia. Al principio hacía bandejitas con cosas dulces hasta que fui probando con el alfajor que es un producto muy noble, muy versátil, que te permite innovar”, subrayó Nora. “Cuando vi que funcionaba mi receta, me volqué a esto y pasé de ser ‘Nora Ponzo Pastelería’ a ‘NP Alfajores’”.

 

“Lo del Mundial lo había visto el año pasado y era un sueño a largo plazo. Este año empecé a ver las bases y condiciones, la inscripción era en dólares por cada muestra así que se complicaba, pero unos días antes hubo una promoción de precios así que me anoté, mandé las muestras y a esperar a ver qué pasaba. Con mi marido hacemos baile de salón y justo el fin de semana hubo un encuentro en Buenos Aires, así que viajamos pero sin ninguna expectativa y en un llamado nos avisaron que teníamos que ir a La Rural por los premios. Fue increíble toda la movida porque no habíamos montado un stand especial sino que sólo llevamos los productos para que el jurado los evalúe”, cuenta Nora sobre la consagración de su alfajor.

 

Nueva perspectiva.

 

La semana próxima, ese producto redondo y dulzón será declarado “De interés municipal” por la comuna santarroseña y Nora se enfocará con todo en un nuevo perfil, exigido por la demanda y por la nueva realidad de “NP”.

 

“En este emprendimiento estoy absolutamente sola, me encargo de todo, y ahora obviamente no puedo atender todo. Ya me reuní con una compañera de baile que es Técnica en Administración de Empresas certificada en proyectos de producción y me va a dar una mano. Ella me dijo: ‘Lo que se viene es grande, tenés que estar preparada’. Tengo que saber la materia prima con la que voy a contar, para vender a otras localidades tengo que tener determinadas cuestiones de papeleo que yo no conocía. Hay todo un mundo nuevo que se abre, las expectativas son las mejores pero tengo que ir de a poco a ver cómo se va a acomodando esta realidad que estalló ahora”.

 

El alfajor que elabora Nora “tiene un corazón de nuez que está bien en el centro, y por eso cuando lo cortás te encontrás con ese distintivo. Creo que eso gustó mucho en el jurado además del baño de chocolate blanco, los trozos de nuez que incluyen y el abundante dulce de leche”.

 

“Cuando nos nombraron como ganadores del oro debe haber sido el instante en que más abrí los ojos en mi vida, no lo podía creer”, se ríe Nora al recordar el momento en el que, casi como en los recientes Juegos Olímpicos de París, se subió al podio a colgarse medallas pero no por un deporte sino por un verdadero sabor artesanal y pampeano.

 

'
'