Martes 06 de mayo 2025

La vigencia de un clásico

Redaccion Avances 13/07/2024 - 12.35.hs

La tienda nacida en 1949 se mantiene como uno de los comercios más tradicionales de la ciudad. En su nuevo aniversario lo celebra junto a la clientela con promociones especiales.

 

Daniel pide disculpas porque el desfile de clientes no le da pausa. Y apenas cierra la puerta apura el paso para llegar al banco. Afuera el invierno se pone hostil pero allí adentro la calidez invita a quedarse. A mirar los productos en los estantes, a comparar precios y a escuchar el diálogo siempre amable y servicial de las empleadas con quienes ingresan. Es el paisaje habitual de un lugar que está en una fecha especial pero que en cada día reivindica su vigencia y permanencia. Es tienda “La Princesa”, 75 años con la mejor atención.

 

“El otro día charlaba acá en la tienda y no teníamos muy claro qué día exacto abrió, pero fue en julio, así que sí, son 75 años. Estamos muy contentos porque la gente sigue acompañando, así que tenemos ofertas especiales y precios muy buenos como una forma de festejo”, asegura Daniel Punte, el responsable de seguir con el legado de una tienda emblemática que habita el corazón del centro santarroseño (avenida San Martín 135).

 

“La Princesa” nació en 1949 en la calle Hipólito Yrigoyen, frente a la plaza San Martín. Allí se mantuvo 35 años hasta que se dio la chance de la mudanza a la dirección actual, el lugar donde se ofrecen cortinados, telas de tapicería, productos de sedería.

 

“La verdad que toco madera, pero estoy trabajando muy bien, se vende de todo. Es cierto que en momentos de crisis la gente opta por hacer arreglos y no comprar nuevo, pero en mi caso eso no hace la diferencia. Y hoy se está vendiendo mucho lo que es acolchados y sábanas, impresionante como lo pide la gente. Uno se va a acomodando a la demanda, cuando mi padre abrió las puertas se vendía mucho platos, cubiertos, perfumería. Y  todo eso con el tiempo desapareció y se pasó a las telas”, describe Daniel.

 

En “La Princesa” trabajan cinco empleados junto a Punte y a uno de sus hijos. Si hay algo que distingue a ese comercio es la atención, un aspecto reconocido y resaltado por toda la clientela.
“Las chicas son bárbaras, tienen la mejor atención y eso es un distintivo de La Princesa. Se da mucho que viene la abuela para comprar la tela para el vestido, después la hija y después la nieta. Se toda la cadena de distintas generaciones y eso se va transmitiendo”, resalta Punte.

 

Inicios.

 

El origen de la tienda hay que buscarlo en Mario Punte, el padre de Daniel, que llegó a la ciudad desde la bonaerense San Antonio de Areco para trabajar en otro clásico del rubro, tiendas Galver. “Lo trasladaron acá en el ’40 más o menos y en ese tiempo conoció a mi madre, Irene de Cristófaro, con quien luego se casó. Poco tiempo después, con otra mujer de quien era amiga -María Flores- se hicieron socios y pidieron dinero prestado a los padres y así abrieron La Princesa en 1949. El primer local se inauguró en Hipólito Yrigoyen 25. En el lugar donde estamos ahora funcionaba el Hotel Pampa y en ese momento se hizo una subdivisión. Ese año fallece la socia con quien se había armado el comercio y entonces mi padre se queda con el negocio luego de acordar todo con la otra familia”.

 

“En ese momento había mucho temor con la mudanza porque la actividad comercial se concentraba hacia el otro lado. Pero por suerte el movimiento fue creciendo hacia este lado y eso fue algo positivo para mantenerse tanto tiempo más allá de las dos premisas fundamentales: la buena atención y la calidad del producto que se vende. En eso hay que hacer un reconocimiento muy especial a toda la gente que trabajó aquí -muchas se han jubilado en la tienda- y también a la clientela que siempre nos apoya”, añade Punte.

 

Cambios.

 

Cuando abrió sus puertas, La Princesa vendía el clásico “de todo un poco”: lencería, ropa interior masculina, muchos productos de bazar. “Pero de a poco se dieron cuenta de que lo que más se vendía era el rubro cortinados, accesorios y también las telas, así que se fue especializando en eso. Yo empecé a los 20 años con mi padre”, rememora Daniel.
“Las hemos pasado todas, pero la más reciente fue con la pandemia. Tuvimos 40 días cerrado el negocio y fue terrible, en ese momento fue clave la ayuda del Banco de La Pampa, con los préstamos a tasa cero para abonar los salario”.

 

En La Princesa las ventas más importantes siempre se generan con las telas para “lo que es fiestas”, sobre todo vestidos. Al local llega clientela desde distintos puntos de la provincia y encuentra lo que busca porque Punte tiene más de 40 proveedores que envían los pedidos desde Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.

 

“Esperamos seguir trabajando a este ritmo, la gente nos hace sentir que trabajamos bien y eso es el bien más valioso. Uno con el ritmo diario no se pone a pensar que son 75 años, pero es lindo detenerse un momento y pensar en todo el recorrido”, reflexiona Daniel rodeado de texturas, colores y sobre todo calidez, la que brinda La Princesa a la hora de recibir a sus clientes.

 

 

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