Lunes 22 de abril 2024

Cuando el trabajo es instantáneo

Redaccion Avances 01/05/2022 - 14.20.hs

Cómo es la experiencia de ser joven y trabajar para una aplicación de pedidos. Un repartidor que compite contra el tiempo y pone su cuerpo para que el servicio llegue rápido.

 

El fenómeno de la pandemia hizo que en Santa Rosa se popularizara el uso de Pedidos Ya, una de las startups más importantes de delivery de comida online en Latinoamérica que conecta restaurantes y casas de comidas con los usuarios. Pedro Bellagamba tiene 24 años y es repartidor desde hace casi un año y medio y asegura que es un empleo flexible que le permite llegar a fin de mes, pero con un alto impacto físico y poca estabilidad.

 

“Cuando terminé el colegio me fui a Buenos Aires a hacer el Ciclo Básico Común (CBC) y estudiar a Diseño de Imagen y Sonido en la UBA. Pero no funcionó. Luego de probar varias opciones me decidí por estudiar en la Universidad de la Marina Mercante pero la carrera se fue poniendo muy costosa y se hizo difícil. No lograba concentrarme y poder rendir. Mi mamá, con la que hablo muchísimo y tenemos un gran vínculo, me fue a buscar y finalmente decidí regresar a Santa Rosa”, cuenta el joven.

 

A su regreso, Pedro trabajó en varios locales gastronómicos de la ciudad y también en la parte

 

administrativa del consultorio kinesiológico de su mamá. Hasta que en septiembre del 2020, a meses de haber comenzado la pandemia de coronavirus, buscó la posibilidad de generarse un ingreso propio.

 

“Mi primo estaba trabajando en Pedidos Ya y me recomendó, aunque también tenés la posibilidad de anotarte online. Una vez que te inscribís, te llega la mochila y ahí hay tres opciones: bici, moto o auto. La bici es rentable pero el desgaste es enorme, mientras que los viajes más largos son en moto y el consumo de combustible no es tan significativo, como el de un coche”, explicó.

 

Una vez que está definido el medio, la empresa exige el comprobante del seguro y de aportes de monotributo para comenzar la actividad, según explicó Pedro.

 

El trabajo cuenta con tres turnos que se sortean con antelación y abarcan desde las 10 de la mañana a la medianoche. “Ahí, cada uno es su propio jefe y el límite y los horarios son los que cada uno se imponga”. Y cada turno puede ser de 2 a 4 horas. Lo interesante es que hay dos zonas de logueo en la ciudad. Una es en la plaza y la otra es en el Hospital Lucio Molas, y antes de comenzar cada jornada, cada repartidor se loguea y comienza con su trabajo.

 

Pedro trabaja entre dos y 4¡cuatro horas y sus ingresos no son fijos, sino que oscilan bastante. “Lo máximo que he escuchado que se puede facturar por semana son 25 mil pesos, por supuesto que trabajando muchas horas, en varios turnos todos los días”. Y agregó que los chicos que suelen tener ese ingreso, por lo general son sostén de familia “y necesitan sí o sí ganar más”. La app controla la logística de cada viaje y también los menús y ofertas. Cada usuario hace su pedido y el repartidor ya tiene por adelantado su pago y su recorrido.

 

Inestable.

 

Para Pedro este empleo es una salida momentánea, que le sirve para generar sus propios ingresos y pagar las cuentas, pero asegura que no es algo estable. “Si bien es interesante manejar los tiempos y ganar plata, también es cierto que este trabajo exige exponerse en la calle cuando llueve, cuando hace mucho frío o calor”, se sinceró.

 

Recién el año pasado comenzó a verse más jóvenes en bici y moto repartiendo comida por Santa Rosa. “La gente joven es la principal clienta, tienen ya instalada la app y asociada a Mercado Pago, por eso es más frecuente que pidan”. En el caso de los mayores, Pedro dijo que solían pararlo al principio para que les explique la dinámica de pedidos. “Cuando les decía que tenían que poner su dirección y datos personales, se ofuscaban, pero es así como funciona esto”.

 

Los horarios de picos del servicio se dan entre las 11 y las 13 y por la noche de 20 a 0 horas. En la mayoría de los casos se trata de órdenes de comida. Aunque la app también permite el retiro y envío de paquetes.

 

“Prefiero no saber qué tipo de paquetes llevo. Pero la mayoría de las veces es comida. El único pedido que considero realmente incómodo es cuando piden café. Pedidos ya les da a los cadetes un holder para llevar productos como cafés y otras bebidas sensibles de volcarse. Pero sí me ha pasado que te piden un café del centro hasta detrás del hospital. Es como extraño porque a pesar de que somos rápidos, llega cuanto menos, frío”, admitió.

 

Otro inconveniente suelen ser los perjuicios en la salud.” Lo que más se resiente del cuerpo, son las piernas, más cuando vas en bici. En la moto lo que más duele es la espalda y la cintura”.

 

Un tema aparte son las propinas, a diferencia de la cadetería tradicional, la empresa brinda la opción de dejar propina online para evitar darle al momento de la entrega. El monto queda estipulado en la comanda digital de cada usuario. “A nosotros, cuando nos depositan por semana, nos agregan las propinas, que pueden ir de 35 pesos en adelante”, explicó. Y agregó que la única posibilidad de ser despedidos es faltar, no cumplir con el turno o quedarte con algún pedido”.

 

Perspectiva.

 

Como tantos jóvenes, Pedro, no descarta la posibilidad de irse del país, señaló que tiene amigos viviendo en México y que en un futuro podría ser una opción.

 

“Santa Rosa es una ciudad cara para vivir. Salir es caro, comer es caro, los impuestos son caros. Por eso muchos optan por juntarse y hacer pedidos en las casas”. Lo cierto es que para él, la política es un terreno y un tema de conversación del cual no quiere ser parte y señala que en Argentina tendrían que mejorarse los salarios. “Siento que estoy ganando plata para sobrevivir”.

 

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