FEEDLOT: Crecimiento del engorde a corral
Los feedlots ganan cada vez mayor espacio en la ganadería pampeana, alentados por la necesidad de intensificar la producción, aumentar el giro del capital de hacienda y disminuir la incidencia del costo financiero de la oferta de carne.
Juan José Reyes *
Si bien por ahora sólo 1 de cada 20 animales faenados en La Pampa pasa por un sistema de confinamiento total, la tendencia indica que el engorde a corral crecerá de manera sostenida en los próximos años. Para ello es dable decir que el crecimiento es del 40% en los últimos 3-4 años. Los frutos ya pueden ser apreciados: un destete precoz del 65% y un índice de extracción de carnes que alcanza al 26%.
Hay varias razones para el crecimiento: la primera es la sequía que azotó la geografía pampeana, la segunda es la disminución del precio del maíz frente a los otros granos. Otras son las compensaciones de la Oncaa y porque aquí el gravamen a los Ingresos Brutos para le servicio de engorde de ganado es de apenas el 1% frente alícuotas más altas en otras provincias.
Intensificación.
Entre las alternativas de intensificación de la producción de la carne surgió la producción basada en el feedlot o también llamado de engorde a corral. Estos sistemas se han armado en la provincia al mejor estilo americano, con un gran uso de concentrados.
La inversión inicial que demanda un feedlot (contabilizando todo menos el valor de la tierra), ronda los US$ 30/150 por cabeza instalada. La gran dispersión de precios obedece a los distintos recursos que pueden usarse, así como el tamaño del establecimiento y la zona en la que se instale. Según la combinación de aquellas posibilidades estará la estimación de los costos fijos.
En referencia a los márgenes por cabeza, también son muy variables, dado que dependen del valor del animal al ingreso, los costos y el valor de venta. En momentos de relaciones muy favorables insumo-producto, hay valores de $ 40/50 por cabeza. En momentos malos los márgenes son bastante negativos.
El punto clave, según lo expresan los técnicos del INTA, para que los números cierren, es un buen control de gestión. El manejo profesional de un feedlot supone el seguimiento de indicadores muy determinantes, como la conversión de alimento base seca a kilo vivo y el costo por kilo logrado. También explican que se deben relevar otros datos de más fácil proceso, como el tiempo promedio de permanencia, mortandad, etcétera.
La alimentación a corral permite simplificar el manejo de la invernada en pastoreo, en momentos de baja producción de forraje (invierno), para el mantenimiento de altas cargas en primavera o lograr una mejor y más homogénea terminación de los animales en la invernada tradicional.
Dieta base.
En los feedlots pampeanos (bastante chicos en comparación a otros) lo más importante es mantener los costos de infraestructura al mínimo, eligiendo una dieta económica de fácil suministro y de buena respuesta. Los entendidos dicen que aquí en La Pampa es importante la dieta base de ensilaje de maíz, suplementada con distintos niveles de proteína y energía. y su efecto sobre ganancia diaria de peso vivo, conversión, engrasamiento, costo de alimentación y composición química de la carne.
Las ventajas que presenta el uso de silaje de maíz son los altos niveles de producción por hectárea, razón más que suficiente para mostrar el crecimiento de este sistema de producción en La Pampa, sin dejar de considerar que el 95% de los animales que salen a los mercados concentradores y/o frigoríficos con engorde a pasto.
Negocio que crece.
Con la ganadería perdiendo cada vez más hectáreas a mano de la soja, en la Argentina hay un negocio vinculado con la carne que crece a toda marcha: el engorde de hacienda a corral, un rubro, que en 2007 facturó 4.000 millones de pesos, según datos que manejan en la Cámara Argentina de Engordadores de Hacienda Vacuna (Caehv).
En líneas generales, el mercado interno total de la carne vacuna es un negocio anual de entre 14.000 y 16.000 millones de pesos. El año pasado, el mercado contó con cuatro millones de cabezas provenientes de los feedlots. Aquella cifra representó entre el 40 y el 45% del consumo interno de carne. El engorde creció un 40% ciento en los últimos cuatro años y más del 100% en el país. Sólo por Caehv, que agrupa a 165 establecimientos con una capacidad instalada instantánea de 600.000 cabezas, el último año pasaron 1,2 millones de cabezas. Las firmas socias de esta cámara aportaron así el 35% del engorde de los cuatro millones de cabezas.
Se calcula que en todo el país hay 240 establecimientos de estas características, sin contar el engorde en campo propio de los productores. Hay un factor muy fuertes que influye en la expansión de aquel sistema de producción: el achicamiento de la superficie para ganadería, que cede hectáreas a la agricultura (ello puede apreciarse en el norte pampeano). Sólo en los últimos catorce años la producción de carne perdió 1,78 millones de hectáreas en la Pampa a manos de la agricultura (11 millones en el país). La frontera ganadera continúa contrayéndose aquí, razón más que suficiente para intensificar la producción en feedlots. Que haya tanto interés por la suplementación es bueno para la terminación de la hacienda y muestra a las claras el mejoramiento que tiene la actividad. Para finalizar, es importante aclarar que la expansión del engorde a corral en La Pampa se da en lugares reducidos del cuadrángulo noreste, donde se concentran y engordan bovinos jóvenes en crecimiento para su alimentación con dietas de niveles altos de energía con la finalidad de producir carne al menor costo y en el menor tiempo posible. No importa cuál de los dos sistemas termine imponiéndose, la pradera pampeana continuará proveyendo las mejores carnes al mundo. Si aquello se complica por el clima o por exigencias de los mercados, los feedlots pampeanos nada tienen que envidiar a nadie.
* Economista
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