Lunes 06 de mayo 2024

La Liga Pampeana terminó con el festejo verde en cancha de los azules

Redacción 02/09/2008 - 01.34.hs

El equipo de Leguizamón igualó 0 a 0 ante su máximo rival en la segunda final, que tuvo pocas emociones. De esa manera, se quedó con el tercer título oficial del fútbol norteño en forma consecutiva y dio la vuelta olímpica en cancha de Alvear FBC.
Ferro de Alvear se coronó ayer por tercera vez consecutiva como el campeón del Torneo Oficial de la Liga Pampeana de Fútbol, después de empatar sin goles en el clásico con Alvear FBC, en carácter de visitante. Así, el Verde consiguió el título gracias al triunfo que había conseguido una semana antes como local, por 1 a 0, con un gol anotado por Sebastián Merlo. La actitud, las ganas de quedar en la historia y la convicción de un equipo ganador fueron los argumentos que expuso Ferro de Alvear en esta final, y por eso la vuelta olímpica fue merecida.
Durante la semana se había hablado mucho de la diferencia de un gol conseguida por Ferro como local, y muchos coincidían en que esa ventaja era poca por la paridad de los equipos. Sin embargo, muchos de los que ayer estuvieron presentes en el estadio del Azul pudieron comprobar que con esa diferencia le alcanzó y le sobró al Verde, porque Alvear FBC no encontró los caminos para cambiar el rumbo de la final y tampoco tuvo demasiadas ideas a la hora de buscar el arco rival.
El encuentro no tuvo emociones en cuanto al juego, aunque sí contó con la vibración propia de una final. Pero en general el cotejo fue cerrado, jugado con dientes apretados y con mucho trabajo táctico, pero sin arriesgar demasiado ninguno de los dos.
Ferro planteó el partido lejos de su arco, y obligó a los "azules" a jugar pelotas largas y dividir permanentemente el balón en la mitad de la cancha. En el fondo, Leguizamón propuso una marca personal sobre Gómez, Rosiere y Cardoso, y ninguno de los tres delanteros estuvo a la altura de las circunstancias.
La misión era presionarlos, no dejarlos recibir la pelota limpia y cortar el juego cuando era necesario. Massa con Rosiere, Crenna con Gómez y Morales Páez con Cardoso, cumplieron a la perfección el planteo dispuesto por su entrenador.
En ese contexto, casi no hubo situaciones de gol. Lo más destacable en la primera parte fue un remate de Cardoso a los 44 minutos del primer tiempo, que el arquero Gustavo Caminos, volando sobre su derecha, desvió al corner. Después, nada más.

 

Más de lo mismo.
En la segunda etapa las características del partido no cambiaron demasiado, el ritmo se mantuvo y los volantes de los dos equipos veían pasar la pelota por arriba de sus cabezas. Los dos equipos abusaron de los pelotazos, y en ese contexto el que sacó mejor rédito fue Ferro, que con la potencia de Merlo y la velocidad de Zapata generó dos situaciones claras de gol.
La primera llegó a los 12 minutos, cuando Merlo le ganó en velocidad a Zúñiga, ingresó al área por el sector izquierdo y tras ver que por el lado opuesto ingresaba Martín Zapata, lo habilitó con un toque corto dejándolo solo al borde del área chica y con todo el arco para definir. Toda la gente de Ferro comenzó a levantar los brazos para festejar el gol, pero no pasó, porque Zapata se demoró mucho con la pelota y cuando quiso definir tenía enfrente al arquero local, Juan Gómez, que le tapó en forma magnífica su remate.
Pero a pesar de esa chance clara, el cotejo seguía siendo aburrido y lento. Las pelotas iban y venían sin mucha claridad, y en el campo de juego se comenzaba a definir el nuevo campeón. Así llegó el final, y el grito de desahogo por parte de los "verdes", que de esta manera alcanzaron el record histórico que hasta el momento tenían los "azules", que era ganar tres torneos oficiales en forma consecutiva.
Y lo hizo con claridad, aunque en el resultado global (1-0) la real diferencia no se vio. Lo cierto es que la copa sigue estando en los mejores manos. Salud campeón.

 


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