Servi Trinitatis: Cartas falsas y pedidos de dinero
En su testimonial, la joven dijo que las cartas que escribía a sus hermanas eran transcriptas de las que redactaban los curas. Y que le hicieron abrir una cuenta en el banco, aunque no sabía de dónde salía la plata depositada.
En el extenso testimonio que se dio a conocer durante los últimos días, correspondiente a la joven toayense que era tratada como una "santa" en el ámbito del instituto católico Servi Trinitatis, se encuentran detalles, además de los sacrificios físicos a los que debía someterse, sobre los aportes monetarios que se realizaban para las supuestas enfermedades que ésta sufría.
Según los dichos de la joven ante la justicia, ella debía transcribir de puño y letra las cartas que los padres Antonio y Ricardo escribían para ser entregadas a las demás internas. En ella se relataba, en primera persona, las supuestas enfermedades y sufrimientos de esta "santa". Otro de los destinatarios de las misivas era el mismo Gratiniano Checa Colmena (Don Grati), director general de Servi Trinitatis en Cuenca, con quien también mantenía contactos telefónicos.
Allí detallaba que "su salud se estaba deteriorando" y que "estaba perdiendo peso". Según dijo en su declaración, esto era cierto. Pero también debía decir en los escritos que "los médicos no daban en la tecla" pese a que "nunca la había visto un médico". También debía decir que su estado era "delicado", que tenía "fuertes dolores de cabeza" y se le "nublaba la vista", que sentía "cansancio" y que "caminaba sin sentir las piernas". Y que su hígado, según los supuestos médicos, "probablemente no estaba recibiendo bien las cosas".
Preguntas.
Ante las preguntas de sus compañeras sobre qué tenía, ella debía responder que "lo ofrecería a Dios". "Todo lo dispone Dios para el bien de los que lo aman, aquellos que él ha elegido según sus designios", contestaba. Incluso, la joven llegó a pensar que realmente le harían un transplante tal como le decían que debía decir, pero no le hicieron nada. Ambos padres le decían que "debía sentirse cansada".
Las cartas le eran entregadas en sobres cerrados. Ella las transcribía, y en caso de que no lo hiciera literalmente las misivas le eran devueltas con las correcciones subrayadas en rojo por los mismos religiosos. En el medio de todo, dejó sus estudios y volvió a Santa Rosa; pero al poco tiempo retornó a Buenos Aires ya que sus padres no debían saber de esa situación.
Allí, tras vivir en un departamento alquilado con otra joven, pasó a residir en el CEPEBA (Centro de Estudiantes Pampeanos en Buenos Aires), con otras chicas de Unanue. Pero no tenía relación con ellas, se llevaba mal con todas. Y al poco tiempo volvió a alquilar un departamento.
Según consta en la declaración, la joven debía seguir sometiéndose a los sufrimientos corporales como "ponerse una bolsa fría para perjudicarse". Los padres, mientras tanto, le decían que su familia "se condenaría si les contaba" y que su vida "no le pertenecía, que le pertenecía a ellos".
Operación.
Para esa época ya les había contado a sus compañeras que se había operado y que se debía volver a operar, cosas que no eran ciertas. A partir de ello, ambos sacerdotes le dijeron que debía abrir una cuenta bancaria donde "se depositaría dinero". En las cartas, debía poner que "necesitaba dinero, que de ser posible Dios proveerá". Pero en otras misivas, "algunas" de estas solicitudes "las escribía alguien haciéndose pasar por un médico" que también pedía dinero, diciendo que la operación salía entre dos mil y veinte mil dólares.
De todas maneras, aclaró que "de su firma y letra" nunca pidió dinero, sino que tenía que poner que "sus padres no tenían los medios". De las cartas de los médicos, se enteró luego por terceros.
Al momento de abrir la cuenta, ya había manifestado sus intenciones de irse de la congregación. El padre Antonio le dijo que "o hacía lo que ellos le decían o iría presa". Y que "no se olvidara que tenía una familia".
Dinero.
Al abrir la cuenta en el banco comenzó a tener dinero depositado "pero no sabía quién depositaba". Su sospecha era que lo hacían desde España. A solicitud de dos de los sacerdotes de Lomas de Zamora -donde funciona una sede del instituto-, retiraba entre 5 mil y 10 mil pesos. Le pedían que guardara los fajos, y cuando lo disponían le enviaban un remís para que entregue las sumas en Lomas.
Durante 9 meses, hizo eso en la Iglesia Itatí del partido bonaerense. Aproximadamente, llevaba 7 mil o 15 mil pesos cada vez que iba. En total, estimó que durante ese tiempo llevó entre 30 mil y 40 mil pesos. Los padres de Lomas le decían que "el dinero era para comprar casas porque había gente que no tenía dónde vivir".
Don Grati le decía que "debía hacer sacrificios porque había una casa que estaba a buen precio" por lo tanto "había que transar (sic) con los dueños". Le manifestaba, además, que ella tenía que hacer "mucho sacrificio porque por ella se derramaban montones de gracias".
En el año 2005, retiró entre 93 mil y 95 mil pesos en una sucursal del Banco Francés en Caballito. Lo hizo porque "su madre le que contó en el trabajo alguien la había visto". A esa altura ella ya había manifestado varias veces que quería dejar Servi Trinitatis, pero los curas le decían que su destino era España.
Esos 95 mil pesos los mantuvo guardados en su departamento, en una caja. Definitivamente, habló con uno de los religiosos de Lomas a quien le dijo que se iba de ST. Este la citó en un café céntrico, dónde se encontró con un hombre "bajito de lentes" (Arturo Sáiz Santos, quien ya fuera señalado por los denunciantes como uno de los responsables del supuesto engaño).
La entrega.
La historia del encuentro de la joven con Sáiz Santos en el café ya fue relatada en estas páginas. Incluso, la identidad del religioso se conoció tras una nota de desagravio aparecida en una web de noticias de la Iglesia donde se mostraba su foto. Allí fue identificado por la joven toayense como el hombre "bajito de lentes".
Tras la entrega del dinero en el café, dónde además le dijeron que allí faltaba dinero que tendría que devolver "con su trabajo y la mitad de su sueldo", fue que se le informó a los demás integrantes de ST sobre el "engaño" de la joven santa y el perjuicio que le había causado al instituto.
Artículos relacionados