Cruce entre los ediles por el horno pirolítico
Redacción 08/04/2011 - 04.34.hs
El municipio local puso condiciones para el tratamiento de los residuos patológicos que se generan en esta ciudad y en las localidades pertenecientes a tres zonas sanitarias de la provincia. Una ordenanza sancionada ayer prohíbe la quema de la basura hospitalaria en el ejido de Santa Rosa, salvo la de origen cadavérico y anatómico. Además, la norma suspende la recepción de los deshechos provenientes de otros sitios a partir de sesenta días corridos desde su promulgación.
Este aspecto de la ordenanza obligará al gobierno provincial a suscribir un nuevo convenio de colaboración con la comuna local, el cual deberá ser ratificado por el cuerpo. Sin esa condición, Salud Pública no podrá tratar los residuos generados en tres de las zonas sanitarias en que se divide la provincia, como lo hace en la actualidad, a partir de un acuerdo suscripto años atrás. El nuevo convenio deberá estar adecuado a la Ley Provincial 1586, que regula en la materia.
En cuanto a la prohibición de incinerar basura patológica no cadavérica y anatómica, como jeringas u otros materiales descartables o no de uso medicinal, la misma podrá ser revertida si el generador expresa claramente el origen, la cuantía y el tipo de materiales que podrán admitirse para su tratamiento y disposición final.
"En Santa Rosa no se van a recibir patológicos de cualquier tipo, en cualquier cantidad y provenientes de cualquier lado", sentenció Guillermo Di Liscia (Frepam) durante la sesión.
Antes, los frepamistas Gastón Massari Copes, autor de la iniciativa, y Leandro Altolaguirre, se cruzaron cuando el primero defendió el tratamiento que la gestión actual le dio a la problemática de la basura hospitalaria (culpó al gobierno provincial por la demora en la solución) y el otro afirmó que también la comuna fue responsable porque había funcionarios en el gabinete actual a los que "les gusta quemar".
De la polémica también participó la opositora Silvia Faidutti (PJ), quien reconoció el trabajo del CD en el tema, pero sostuvo que el Ejecutivo había acelerado la discusión, luego de detenerla durante dos años, tras el incendio ocurrido hace dos semanas en el horno, cuando se produjo una explosión durante una quema. Altolaguirre también había marcado ese episodio como un factor que apuró la decisión.
Luego, la votación fue unánime, hecho que fue destacado por todos los oradores. Entre el público había vecinos del barrio San Cayetano, cercano al viejo horno, quienes venían reclamando su cierre desde hace los años noventa.
Este aspecto de la ordenanza obligará al gobierno provincial a suscribir un nuevo convenio de colaboración con la comuna local, el cual deberá ser ratificado por el cuerpo. Sin esa condición, Salud Pública no podrá tratar los residuos generados en tres de las zonas sanitarias en que se divide la provincia, como lo hace en la actualidad, a partir de un acuerdo suscripto años atrás. El nuevo convenio deberá estar adecuado a la Ley Provincial 1586, que regula en la materia.
En cuanto a la prohibición de incinerar basura patológica no cadavérica y anatómica, como jeringas u otros materiales descartables o no de uso medicinal, la misma podrá ser revertida si el generador expresa claramente el origen, la cuantía y el tipo de materiales que podrán admitirse para su tratamiento y disposición final.
"En Santa Rosa no se van a recibir patológicos de cualquier tipo, en cualquier cantidad y provenientes de cualquier lado", sentenció Guillermo Di Liscia (Frepam) durante la sesión.
Antes, los frepamistas Gastón Massari Copes, autor de la iniciativa, y Leandro Altolaguirre, se cruzaron cuando el primero defendió el tratamiento que la gestión actual le dio a la problemática de la basura hospitalaria (culpó al gobierno provincial por la demora en la solución) y el otro afirmó que también la comuna fue responsable porque había funcionarios en el gabinete actual a los que "les gusta quemar".
De la polémica también participó la opositora Silvia Faidutti (PJ), quien reconoció el trabajo del CD en el tema, pero sostuvo que el Ejecutivo había acelerado la discusión, luego de detenerla durante dos años, tras el incendio ocurrido hace dos semanas en el horno, cuando se produjo una explosión durante una quema. Altolaguirre también había marcado ese episodio como un factor que apuró la decisión.
Luego, la votación fue unánime, hecho que fue destacado por todos los oradores. Entre el público había vecinos del barrio San Cayetano, cercano al viejo horno, quienes venían reclamando su cierre desde hace los años noventa.
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