Martes 29 de julio 2025

Fabián Pisandelli, a fondo por la vida

Redacción 26/05/2013 - 03.37.hs
Mario Vega - Piloto temperamental, une a su gran manejo la característica de no rendirse jamás, y casi podría decirse es un gladiador del automovilismo. Detrás del corredor está el hombre que hoy se confiesa feliz.
"La felicidad existe. Sí, esto es la felicidad". Eso debe haber pensado Alfredo Fabián Pisandelli (38) mientras el ¡Dale campeón, dale campeón!!! atronaba desde esa tribuna natural que tiene el autódromo Provincia de La Pampa. Sólo se escuchaban los últimos estertores de los motores que se iban apagando y que hasta hacía unos momentos habían protagonizado una carrera excepcional. Más de 10 mil personas desde esa tribuna ovacionaban al piloto "pampeano". Ese éxtasis, esa sensación incomparable la estaba viviendo este muchacho que hizo de su vida una carrera de autos. Ni más ni menos.
¿Pero quién es este joven que ahora no puede parar de sonreír, de abrazarse con unos y otros, y que busca desesperado a su familia para fundirse en un apretón distinto, en esa casi intimidad del encuentro con Valeria, aunque 30 mil personas rodearan el circuito? Casi en una desmitificación en eso de que nadie es profeta en su tierra.

Ganar, lo máximo.
"Soy eso, un corredor de autos. Una persona que vive para ganar carreras...". Es una definición simple pero fuerte, "Salvo los hijos, la familia, no hay nada más que eso... Es así", ratifica por si hace falta.
Ahora mismo, mientras usted lee esta nota, Fabián estará poniéndose los guantes, calzándose el casco y subiendo a su auto para ganar una nueva carrera que lo lleve al campeonato. En el "Rosendo Hernández" de San Luis estará con la adrenalina a full con toda la atención puesta en los relojes de la máquina, la mirada en el fondo de la recta que habrá de encarar "a todo lo que da, porque eso soy: un corredor aguerrido, que no se guarda nada". Allí estará, el pié presto sobre el acelerador para conseguir la mejor prestación de ese bólido que puede conducirlo a la victoria, con el rebaje en el momento justo, con la maniobra exacta que lo pueda llevar al podio...
En la semana hablé con Fabián. En el céntrico comercio de ropa -de excelente calidad, hay que decirlo- que tiene en pleno centro de la ciudad, frente a la plaza y a escasos 20 metros de la Catedral, Pisandelli acepta gustoso la charla: "Sí, me gusta conversar, todo el día estoy hablando", dice justificando la catarata de palabras que lo convierten en una persona verborrágica.
Hijo de Alfredo Angel Pisandelli, también reconocido piloto de la década del '70, es integrante de una familia donde el automovilismo es el hilo conductor, la pasión que el destino les puso en el camino que ellos desandan... a toda velocidad, claro.

 

La familia. Momento dramático.
Fabián se acomoda en un escritorio, entre un montón de cajas con mercadería recién llegada, y se dispone a hablar, de su vida y naturalmente de lo que es el centro de su existencia, obviamente más allá de su familia. ¡Bueno, ya sabés, mi papá es Alfredo Angel, mi mamá Olga Juana Gorosurrueta, y somos cuatro hermanos: Andrea, que nació en Bahía Blanca; Juan Cruz (36) que ahora está viviendo en Toay; y Pedro Luis (33). Salvo mi hermana los demás nacimos en Neuquén, pero de alguna manera siempre estuvimos muy vinculados a La Pampa. Fijate que mi abuelo, Alfredo Nicasio Pisandelli, fue tesorero del Banco Nación aquí en Santa Rosa; y después papá tuvo vinculación comercial en forma permanente. El abuelo falleció junto a dos hermanos de mi papá, cerca de Bahía Blanca. Un micro pasó por encima literalmente del auto en el que viajaban y los mató a los tres... la única que se salvó fue la abuela, Elba Dora Llambí... Después de eso mi abuela estuvo internada en Bahía lo que hizo que casualmente mis viejos viajaran de continuo y por eso mi hermana nació allí", cuenta.
Fabián conoció a Valeria de la Iglesia y se casó con ella, y ahora disfrutan de Josefina (4 años y medio) y Mateo (1 y medio). Pero antes hubo toda una historia. "Después de ese accidente que conté mi papá decidió irse a vivir a Neuquén, porque en Centenario tenía una chacra... eso fue en 1992, Y allí hicimos nuestra vida familiar, la escuela primaria, el secundario y mucho deporte: jugaba al rugby en Neuquén Rugby Club, y durante siete años fui capitán de mi equipo. Jugaba de ala, y la verdad es que me gustaba muchísimo...", relata.

 

Karting, primeros triunfos.
Pero ya entonces se vinculaba a los fierros. "Corría en karting, desde muy chico, y más de una vez tuve la suerte de ganar", dice a la distancia. "Con un papá corredor, que tenía agencia de venta de autos era normal ese mundo". Así, entre el rugby, el karting, algo de fútbol -"soy hincha de Independiente y aquí jugué en un equipo con Facundo Baraybar, el Negro Godoy entre otros, y yo era el '9' goleador", menciona-, fue transcurriendo la vida. "A los 18 años por una decisión familiar llegamos a vivir a La Pampa y me vinculé más fuerte con el automovilismo... con gente amiga como el querido Lalo Errecalde, y Lito Moneo, ambos fallecidos, empezamos a hacer cientos de asados para recaudar dinero. Lalo siempre me decía que yo tenía que ser amable con la gente, atenderlos, porque eran la que me iba a ayudar a poder concretar mi sueño de correr... y de ganar, claro".
Vinieron las primeras competencias de la Monomarca Gol y Fabián demostraría todas sus condiciones. Vino el campeonato y la consagración que, entendía, debía ser el primer peldaño de esa carrera que lleva adelante, siempre a fondo...

 

El corredor profesional.
Había comenzado, muy joven, a ayudar a papá Alfredo Ángel en la agencia de autos; en tanto la mamá ponía en marcha el comercio de venta de ropas. "Hace ya años mi mamá fundó este negocio que hoy trabaja mi esposa Valeria, y donde sólo ayudo un poco... Yo trataba de seguir vinculado al automovilismo, pero no era fácil porque se necesitaba mucha plata", explica. "Hubo un momento en que me dediqué a la venta de camperas de cuero... lo hacía en estaciones de servicio, a gente que conocía mi papá, pero más que para correr para vivir", sigue Fabián. No obstante, "con la ayuda de mucha gente" pudo seguir corriendo.
A regañadientes admite que "uno de mis grandes problemas fue que mucho tiempo no supe perder... me volvía loco, y eso no es bueno". Un poco todo empezaría a cambiar después de un momento triste, pero que le sirvió para aprender: "Tenía 37 años cuando me suspendieron por tres meses. Fue una pavada, unos empujones después de una carrera con otro corredor y la ligué... y la verdad es que estuvo bien. Y es cierto que me sirvió porque me di cuenta que no estaba bien hacer eso, que me debo a mis sponsor, que son los que ponen la plata, y a la gente. Me acuerdo perfectamente que fue en Pigüé, en abril de 2012... pero en ese momento hice un 'click' y ahora estoy seguro que no me va a volver a pasar", reflexiona.

 

Ganador.
Hoy Fabián interpreta que está "en el mejor momento" de su carrera. El 10 de marzo en Trelew el mayor de los Pisandelli habría de lograr un triunfo memorable en la Clase 3 del Turismo Nacional. "Fue una carrera única, porque la punta cambió ocho veces de manos y le gané a grandes pilotos como Matías Rossi, Guillermo Ortelli y Mauro Giallombardo". Y es cierto, pudo haber ganado cualquiera de los tres campeones del automovilismo nacional, pero fue para Fabián: "Lo disfruté como pocas cosas en la vida. Y después lo de Santa Rosa fue fantástico... sí, estoy en el mejor momento de m vida", resume.
Hoy estará corriendo en San Luis, y tiene un objetivo claro para el año, que sólo lo dirá en voz baja: "Quiero ser campeón". Y por supuesto que no es fácil, pero conociendo a Fabián seguro lo intentará en cada curva, en cada pisada al acelerador en una recta para conducir hacia la victoria.
"Digo que me quedan cinco años más en esto, y quiero hacerlo a fondo. No guardarme nada... un poco más reflexivo, pero a mi estilo", recalca Fabián, a quienes sus colegas definen como un auténtico gladiador de los circuitos.
"Todavía falta... pero el día que no corra más voy a seguir viviendo aquí, porque amo La Pampa, y quiero que me reconozcan por la calle y me respeten, que me valoren como una buena persona. Hoy disfruto de todo: de ganar carreras, de tener un hogar hermoso, una mujer divina y mis hijos que son la luz de mis ojos. ¿Mañana? Dios dirá... me dedicaré a vender autos, o repuestos con mi suegro. Haré alguna actividad comercial, ya veremos. Hoy disfruto de la vida...".

 

Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago.
Alfredo Angel Pisandelli tiene una historia en el automovilismo, escrita en los años70 y 80. Una historia que sigue no sólo con Fabián, sino también con sus hermanos Pedro Y Juan Cruz. Una familia y una vida ligada a una pasión que los llevó a hacer locuras.
"Y sí, hice varias. Como por ejemplo vender un Ford Focus personal en 60 mil pesos para poder correr...", dice Fabián.
Cuenta que ya los 9 años manejaba, y nunca tuvo necesidad de "robarle" a papá para salir: "Debo decirlo, hay cosas que hice que no se deben hacer, pero es verdad que ya a los 14 años me prestaba el auto y salía por las noches, pero lo bueno era que no tomaba nada... eso no quiere decir que por ahí no hacía alguna macana, que no me prendía en algunas picadas...", sonríe. Admite "un solo choque, pero fue a las 2 de la tarde, cuando iba a una profesora particular. Tuve suerte porque el hombre que manejaba el otro auto era un cliente de mi papá y se arregló. Pero agrego algo: mi viejo me aumentaba el 'préstamo' del auto una hora cada tanto, según como me portara".
"Hoy, con mi experiencia, le aconsejo a mi sobrino y ahijado Joan Manuel Fitté que no hay que hacer locuras: él va a bailar a Macachín, y no tiene que tomar, porque si va con amigos y pasa algo es más de una familia que va a sufrir", razona.
Fabián es hoy un profesional, y su preparación no se limita a subir al auto y probar, sino que además en la semana hace montan bike, trote y gimnasio, como condición necesaria para estar bien.
Admirador de Ayrton Sena, respeta a todos los rivales, pero corre para ganarles. "El brasileño era el diferente", cierra.

 

El doble del Flaco Traverso.
Integra una familia vinculada al automovilismo hace años, y conoce a todos. Los que corrían con su padre, y los que vinieron después. "Obviamente Traverso es especial... él conocía a mi viejo, y a veces cuando lo encuentro charlo un poquito. Lo gracioso con el Flaco fue que fui su doble: Él Flaco iba a ser tapa de la revista Corsa por haber ganado dos campeonatos el mismo año -TC 2000 y TC-, y me hicieron posar junto a él porque éramos de la misma altura. El Flaco apareció dos veces en la misma tapa: uno era él mismo, y el otro mi cuerpo con la cara de él. Fue una linda anécdota", menciona.

 


'
'