Miércoles 09 de julio 2025

Santa Rosa: Una sombra ya pronto (no) serás...

Redacción 21/01/2014 - 01.05.hs

La cuestión se vuelve recurrente. Y adquiere tanta importancia que deriva en una puja de intereses políticos. Lo cierto es que la falta de árboles en la ciudad es un problema de antigua data y que, en estos días de temperaturas extremas, queda en evidencia, en un combo en el que se mezclan el desinterés, el descuido y la falta de conciencia ambiental de los gobernantes de turnos y de los propios ciudadanos.
"Una ciudad sin árboles es como un cementerio", dijo alguien alguna vez y la metáfora se acerca bastante a la realidad, que se puede comprobar con solo recorrer distintas zonas de Santa Rosa, en donde rebalsa el cemento si es un sector céntrico o arrasa el marrón de la tierra como en distintos barrios periféricos.
"Habría que poner por año, al menos 4.000 árboles. La ciudad está deforestada, hay lugares que cuidan mucho del árbol, sacaron plantas en el centro y algunos pusieron arbustos; otros nada", aseguró hace unos días Horacio Gómez, que está a cargo del Vivero Provincial.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo conveniente es tener de 10 a 15 metros cuadrados de espacio verde por habitante (m2/hab), una ecuación que la ciudad capital de la provincia parece estar lejos de poder cumplir.
Un equipo fotográfico de este diario recorrió buena parte de la ciudad y recogió mediante las imágenes las evidencias de la realidad. Cuadras enteras del centro sin un solo árbol. Las calles Coronel Gil, Quintana, Hilario Lagos, Pellegrini, 9 de Julio, Lisandro de la Torre y Mansilla son algunas en las cuales encontrar una planta es tarea imposible.
En los nuevos barrios que se construyeron en la ciudad es también muy fácil comprobar la ausencia de una política de Estado seria y sustentable que permita tener una arboleda adecuada, con el agravante que en la gran mayoría se trata de calles de tierra, sin una sola sombra y con recurrente escasez de agua como ocurrió en estos últimos días durante las olas de calor extremas.

 

Motivos.
Manuel Anselmo, integrante del grupo En Defensa del Arbolado Urbano, aseguró que los árboles faltan en la ciudad por tres motivos: algunos porque los roban, otros porque los rompen y el resto porque no se los mantiene. Para el vecino, habría que hacer hincapié en el tercer aspecto: la manutención de los que sobreviven al "desprecio".
"Lo bueno sería que los que queden, los que se ve que van a progresar, se mantengan. Y es lo que está faltando en este momento: una verdadera política de manutención de ese arbolado nuevo para que progrese. Si se presta atención, se nota que en la ciudad no hay árboles grandes", dijo Anselmo en diálogo con Radio Noticias.
-¿Falta cultura del árbol?
-No los aprecian a los árboles, los desprecian. Los consideran una molestia. Molesta la raíz porque levantó una baldosa, otro se fija en qué pasa si se cae alguien en mi vereda... Creo que hay un desprecio de algunas personas para con los árboles, cuando los árboles dan más beneficios de lo que molestan, ensucian o dañan.
-¿Es cierto que en el centro santarroseño no hay árboles porque los dueños de los negocios no quieren que les tapen la vidriera?
-Sí, es así. Tuvimos reuniones con la Cámara de Comercio y es así. Nunca nos hicieron caso, quedamos en otra reunión y nunca nos llamaron. Sin embargo, la calle 9 de Julio, entre Pellegrini y Avellaneda, tiene un arbolado de fresnos muy lindos, y los árboles no molestan para nada a las vidrieras. Por lo general, en lugar del árbol colocan un arbusto y esto molesta más porque sí tapa la vidriera o impide abrir la puerta del auto. El árbol, en cambio, no molesta para nada.

 

Encuentro.
Durante el mes pasado se realizó en la ciudad la 1º Jornada Provincial de Arbolado Urbano. Allí hubo representantes de medio centenar de localidades provinciales y se elaboraron listados de árboles aptos a las características climáticas y estéticas de la región dado que no todas las especies se adaptan de la mejor manera.
Y se llegó a la conclusión de que es necesario tener un cuerpo de leyes de protección y promoción del arbolado porque esas herramientas legales permitirían encuadrar la cuestión de la poda, un tema tan controvertido como a menudo mal ejecutado.
Lo que sucedió en la avenida Edison es un claro ejemplo de los problemas generados por la falta de previsión en un principio, y de mantenimiento y atención después.
El cantero central de esa arteria se construyó sobre el caño de cloacas y allí se plantaron una gran cantidad de álamos cuyas raíces se difundieron a la par de conductos de agua potable y llegaron a las casas. Las quejas de los vecinos motivaron a que se sacaran esos ejemplares y, a cambio, se plantaran nuevas especies.
Sin embargo, el grupo En Defensa del Arbolado Urbano reveló que de los 32 árboles plantados solo quedan dos en pie. La ONG afirmó que el municipio invirtió, en agosto del año pasado, 100 mil pesos en pezuñas de vaca (bahuinia) y arbustos para reponer pero la falta de mantenimiento y riego provocó que casi la totalidad quedara sin vida.

 

Un buen ejemplo
En abril del año pasado, el municipio de General Pico puso en marcha un inventario con el fin de obtener información para la toma de decisiones sobre el arbolado de veredas, es decir, futuras extracciones, comportamiento de diferentes especies, daños a veredas, estado sanitario de las especies, riesgos, planificación de poda, entre otras medidas. Se recopiló además, información sobre conflictos con cables, datos biométricos, necesidades de podas o tratamientos fitosanitarios, en 65 parcelas de distintas zonas de la ciudad.

 


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