Martes 01 de julio 2025

Feria americana: una opción que no es solo de mujeres

Redacción 06/03/2017 - 21.23.hs

En un garaje de una casa familiar, cuatro amigos inauguraron el sábado una feria americana que prometen abrir todos los fines de semana. Ante la falta de trabajo formal, encontraron una forma de ganarse unos pesos.
Si algo no puede faltarle a una feria americana son banderines de colores. Eso deben haber pensado el grupo de amigos que desde el sábado abrió en un garaje de la avenida Uruguay, casi Centeno, una pequeña pero prometedora feria que aún no tiene nombre pero sí una hilera de coloridos banderines. "Podríamos ponerle 'Macri Gato'", dice con ironía Ignacio Ana (25), (hijo del) dueño del garaje, actualmente desocupado pero próximo a convertirse en vendedor de una concesionaria y enojado por las políticas del gobierno nacional.
Las ferias americanas se han convertido en un fenómeno que se expande silenciosamente en Santa Rosa. Cada tanto, una nueva aparece en un punto de la ciudad para quebrar la monotonía del barrio con un salpicón de color.
Nacidas en su mayoría el seno de un grupo de amigas que encuentra una excusa para juntarse los fines de semana, sirven para ganar dinero y espacio en los placares, pero también para deshacerse de una vez por todas de esas cosas que acumulan polvo en los rincones muertos de la casa.
"El garaje es el de mi casa. Las cosas que hoy estamos vendiendo las rescatamos de un depósito familiar. Teníamos lugar disponible y por eso pensamos en organizar una feria", agregó Ignacio.
"Cada uno trajo sus cosas, fuimos juntando, y acá estamos. Trajimos tortas y calentamos agua para el mate para los que quieran pasar un rato acá. La idea es que también puedan venir hombres y que encuentren cosas que les interesen", dijo Nahuel Talmón (25), socio de Ignacio y operador de remises.

 

Las chicas.
Pero la feria americana de la Uruguay no solo es patrimonio de los hombres sino también de Florencia (23) y Ana Paula (23), la otra mitad del emprendimiento que promete seguir abriendo todos los fines de semana por la tarde. Los amigos se conocieron en el colegio o en la facultad.
Cosas que hay en la feria: ropa de hombre y de mujer, bijouterí, tazas para tomar el café, botines de fútbol , carteras y camperas de cuero, zapatos de taco y plataforma. También hay un televisor de tubo con un cartelito que dice "soy barato y ando bien. Cómprame $700, nada más" y más allá, sobre una mesa, una canasta con caramelos masticables invita a servirse.
La presencia de los varones llamó la atención porque lo más usual en las ferias americana, al menos las de Santa Rosa, son organizadas y visitadas por mujeres. Sin embargo, la posibilidad de "juntar unos pesos" no discrimina géneros.

 

Changas.
"Somos estudiantes, estábamos re secos (sic), no tenemos trabajo fijo, tenemos changas cada tanto. Pero también teníamos los medios suficientes, los recursos para hacer esta feria", dice Florencia, mientras acomoda unos suetercitos en una estantería.
Y agregó: "Cada uno pone sus precios porque sabe el trato que le ha dado a la prenda y lo que costó cuando la compró. Si a los demás les parece que está muy caro lo discutimos".
"Por acá pasa mucha gente, algunos van para la laguna, otros para Toay, hay una circulación permanente. Por suerte nos tocaron días lindos. En estos días se acercaron varias personas a preguntar. Supongo que esto es perseverancia, estar", cerró Ignacio.

 


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