Martes 16 de abril 2024

"El Berna", es repositor en un supermercado y dirigente deportivo

Redacción 12/06/2022 - 00.04.hs

El dirigente, en cualquier actividad, se expone a la crítica fácil y al cuestionamiento. Organizar es un acto solidario en el que alguien posterga sus propias temas, y no siempre se valora debidamente.

 

REDACCION

 

"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero los hay quienes luchan toda la vida: esos son los imprescindibles". Bertol Brecht y una definición magnífica que viene al pié para describir la loable tarea de dar sin esperar nada a cambio.

 

Hay situaciones en la vida que el hombre, o la mujer, por intentar hacer se ponen en la picota para que los que miran desde afuera critiquen aún sin razones. Suele suceder con mucha frecuencia: el que está arriba, el que dirige, es generalmente objeto de miradas críticas y no pocas veces descalificantes.

 

Tarea sacrificada.

 

Sucede en cualquier actividad de que se trate. En el ámbito deportivo es habitual asistir a discusiones, rencillas y confrontaciones de posiciones encontradas. Y sino tomemos un ejemplo muy cercano con lo que está sucediendo por estas horas en una institución señera de nuestra sociedad, como es el Club Atlético Santa Rosa... aunque es verdad que también ocurre en muchas otras.

 

En síntesis, ser dirigente deportivo -comprometido- en estos tiempos puede tener poco de satisfactorio si analizamos lo que pone de sí mismo quien asume esa condición, que por supuesto, conlleva esfuerzo y un trabajo que se realiza a veces en soledad o con pocos acompañantes. Sin dejar de considerar que, obviamente, no hay rédito alguno sino más bien todo lo contrario: en oportunidades hay que sacar del propio bolsillo para sustentar algún aspecto de la actividad.

 

La crítica fácil.

 

Y esto en tiempos en que la dirigencia en general -ya sea en lo político, lo social o lo deportivo- está sumamente cuestionada hay que tener muchas ganas de participar. Porque es cuestión que alguien asuma ese rol para que inmediatamente se encuentre -hoy las redes sociales son campo fértil para eso- a críticas y reproches despiadados, generalmente carentes de fundamentos. Pero si alguien es dirigente es lo que le espera...

 

Desde un tiempo a esta parte nos hemos sentido en la necesidad de conocer la historia de un personaje más de la ciudad. Se hizo difícil el contacto y coordinar horarios, porque el hombre es empleado de comercio en gran parte del día. Asimismo después de extenuantes jornadas laborales, en los ratos libres, le dedica tiempo a trámites engorrosos como son los de comandar una asociación deportiva. Pero no reniega de eso.

 

"El Berna", personaje.

 

Horacio Daniel Bernasconi, "El Berna" como se lo conoce en el ambiente del atletismo, es nacido y criado en Santa Rosa, en la calle Formosa, en Villa del Busto. Es hijo de Nélida Isabel Mollecker y Juan Roberto Bernasconi (fallecido); es papá de Jonathan y Johana y abuelo de Natasha, Giovani y Cataleya.

 

"El Berna" nos recibe en su domicilio -mientras su perra "Gala" no deja de saltarnos alrededor-, en su casita de la calle Crispiniano Fernández donde reside hace muchos años, y a la cual Daniel nos invitó para contarnos su historia.

 

El hincha de All Boys.

 

Es raro escucharlo hablar de fútbol a Daniel, y mucho más confesarse hincha de alguna institución. Pero el barrio tira, claro que sí... Más aún si el estadio Dr. Ramón Turnes queda detrás de su casa: "Me empecé a meter en el club cuando un grupo de atletas, 'El Loro' Aymar, 'Tito' Garciarena y 'Lalo' Pérez -siempre vinculados al atletismo- me invitaron a participar de la hinchada... Nunca había entrado a la cancha de All Boys y eso que vivía a dos cuadras". Y recuerda por qué se hizo "fana" desde adolescente: "Cuando el colectivo pasaba por detrás de la cancha yo veía los colores de All Boys, que eran como los de Boca Juniors y entonces me hice hincha por ese motivo. Después comencé a ir más seguido a los partidos", completa.

 

Hincha viajero.

 

Le gusta hablar del tema en realidad, y rememora algunos viajes y anécdotas: "Un día viajamos a seguir al equipo y lo cierto es que teníamos muy buena relación con las hinchadas, por ejemplo con los de Boca de Bariloche... nos recibían con alguna cena y después cada uno hinchaba por sus colores". Y menciona a algunos de esos buenos compañeros de viaje, como Laborde, Torino, Franck... y lo larga que se les hizo la vuelta desde el sur: "21 horas tardamos en volver desde Bariloche. Cuando entramos a 25 de Mayo, fuimos parando por todos los boliches, y terminó siendo el viaje más largo que alguien se pueda imaginar", evoca.

 

Simpatizante "sacado".

 

Siempre lo vimos a "El Berna" como una persona tranquila y bonachona, pero se ve que al hombre se le escapó la tortuga, aunque es bien consciente de que no está bien lo que hizo.

 

Cuenta que en una oportunidad, ante un mal resultado del club de sus amores tuvo un accionar del que hoy se arrepiente... "Tuve un mal momento y en una oportunidad le pateé la puerta del auto a un dirigente... Era un 405 cero kilómetro y le pegué dos patadas a la altura del tanque de nafta. Después de eso no aparecí por una semana; pero un día que día que estábamos en grupo sentados en la cantina del club, al lado de la cancha de bowling, se sentó ese dirigente: 'Se ve que alguien de la hinchada me pateó el auto', comentó. "Y yo no sabía dónde meterme... por suerte me parece que nunca se enteró que fui yo", sonríe aún con cierta culpa.

 

Sabemos el nombre de aquel dirigente, pero lo vamos a reservar porque la causa prescribió... La pasión, esa vez, no tuvo límites. Y Daniel sabe que no estuvo bien.

 

APAV y el atletismo.

 

Daniel Bernasconi es en la actualidad presidente de la Asociación Pampeana de Atletas Veteranos, institución que abraza uno de los deportes más antiguos, como es el de correr. APAV nuclea a los atletas veteranos, pero eso no significa que excluya a quienes no cumplan el requisito de la edad, porque ellos también pueden participar.

 

En esa tarea de organizar la actividad, la entidad tiene en marcha el regional de fondo que ya es un clásico. Nueve fechas distribuidas a lo largo de todo el año, y que se realizan en distintos puntos de la provincia con una o hasta incluso dos competencias mensuales...

 

Y ahí donde se realicen estará siempre Daniel Bernasconi. Desplegando un enorme trabajo dirigencial, y tratando de estar en todos los detalles... tal vez porque le cuesta delegar, o quizás porque es de los puntillosos que pretenden que cada cosa esté en su lugar y todo se haga bien.

 

Un todo terreno.

 

En más de una ocasión lo hemos visto bajar la bandera a cuadros, subirse a la moto con su cámara en mano, adelantarse 500 metros y "gatillar" el momento justo en el que los corredores transitan algún tramo de la competencia. Pero su labor no empieza ni termina ahí... En su casa de Villa Del Busto recibe en los días previos a una prueba a los atletas que se quieran inscribir; luego realiza los trámites de habilitación de espectáculos deportivos, y mucho más: "Es una de ir y venir de forma constante", señala.

 

Una vez que la prueba está en marcha, Bernasconi se multiplica para estar un poco en todos lados. Por suerte no está solo, porque lo acompaña un grupo de hombres y mujeres en su tarea. Y en esto mucho tienen que ver José Muñoz y Haydee Suárez, dos referentes de la institución, que hoy día han dejado el legado dirigencial en cabeza de los más jóvenes.

 

Un poco cansado.

 

A veces Daniel siente la necesidad de dar un paso al costado, y si lo concretara sería una pérdida muy valiosa para APAV: "Uno a veces se cansa de no tener tiempo libre, y cuando eso pasa está el temor de empezar a equivocarte... Las redes sociales son difíciles, permiten demostrar mensajes de ingratitud, se producen reproches; y eso te quita ganas... y se hace difícil porque es mucho el esfuerzo que hacemos como institución", comenta.

 

Y agrega: "Muchos atletas han venido conmigo el día previo a la carrera y cuando ven todo lo que hay que hacer para poner en marcha una competencia, se empiezan a dar cuenta de lo que cuesta. Recién ahí lo empiezan a valorar, porque no es fácil organizar todo con 350 atletas que compiten por fecha".

 

El repositor.

 

En sus 56 años le tocó emprender distintos trabajos, y en la actualidad y desde hace muchos años es empleado en un conocido supermercado de la ciudad. Ahí, en la sede central de 'Gabi And", es donde transita varias de las horas de su día en pleno corazón de Villa del Busto.

 

Daniel reconoce una muy buena relación con sus empleadores y hace 18 años que desarrolla su trabajo allí: "Cada uno tiene su sector, lo repone y hace las compras y siempre hay un trato cordial".

 

Recuerda que en sus inicios, cuando ingresó, estuvo "un mes, pero como las ventas habían bajado, no me podían tener, entonces tuve que conseguir otro trabajo extra. Medio día en otro trabajo y medio día en el super, hasta que una vez se enfermaron varios compañeros y me necesitaron. Bueno, desde entonces quedé fijo aquí".

 

Movidos por la pasión.

 

En ese mismo comercio se desempeña otro apasionado del deporte: Agustín Larrondo, periodista deportivo.

 

Es que precisamente eso, el entusiasmo, el ímpetu, es lo que mueve a los que se ponen al servicio de un deporte, tanto entre los que lo practican, como en quienes lo difunden. Y afortunadamente todavía son muchos y muchas que pudiendo utilizar su tiempo libre para regocijo personal, lo ponen al servicio de los demás. Y también es verdad que para poner en marcha el motor de la imprescindible organización hace falta una buena dosis de pasión. Esa que tiene "El Berna" y tantos como él...

 

Porque todos necesitamos ratos de ocio, de descanso y de disfrute. Y dice Daniel: "Nunca fui de salir mucho, siempre era de trabajar, trabajar y trabajar...". Y quizás por allí se pueda encontrar la respuesta a tanta dedicación en lo que hace, a esa función de dirigente deportivo que tiene el apoyo incondicional de Carina Bergonzi, su compañera de vida; que no obstante trata de hacerle entender que no debiera trabajar tanto, y que es momento de disfrutar de otras cosas de la vida. Difícil tarea.

 

El atleta.

 

Daniel Bernasconi señala que su mejor momento en el atletismo de fondo fue de la mano del recordado y querido Dardo Oscar Pacheco (fallecido no hace mucho): "Corría 5 y 10 kilómetros y nunca me había entrenado nadie. La cuestión es que yo estaba trabajando en un kiosco y Dardo iba todos los días... siempre me decía cuándo iba a empezar y me terminó convenciendo. Para el 2004 estaba corriendo en 3 minutos 10 segundos el kilómetro, un progreso muy importante". Y sigue haciendo memoria: "En un campeonato que se había hecho en el Centro Empleados de Comercio, de diez fechas, en la quinta carrera Dardo Pacheco me dice: 'Tenemos que salir a ganarle a esos tres (señalando a otros competidores)... y esos tres eran Gustavo y Walter Ocampos de General Acha y Mario Ginestet de Macachín. Ese día salí fuerte, les hice la diferencia de entrada y después mi rendimiento cayó, pero les terminé ganando", recuerda sonriente.

 

Y sigue: "En 2007 debuté en pista y campo con los veteranos, pero mis mejores años deportivos fueron con Dardo", reconoce.

 

Hoy ya no corre con frecuencia, pero es de aquellos "viejos" atletas, curtidos, que en poco tiempo enderezan la maquina si se lo proponen.

 

Piano, piano, si va lontano.

 

Daniel es descendiente de italianos por parte de su padre Juan Roberto Bernasconi: "En el '97 decidí terminar la escuela y empecé a hacer el Magisterio. Cuando llevaba un mes de clases, a través del Centro Ligure me salió una beca para ir un mes a Italia", sigue contando.

 

"El viaje consistía en viajar a Italia a realizar cursos y capacitaciones... las becas eran para los descendientes de la Liguria y como soy pariente de italianos accedí. Quienes quisieran podían pagarse el viaje y hacerlo", precisa.

 

Los cursos de verano los hacían el Centro Internacional de Estudios italianos de la Universidad de Génova y concurrían personas de 25 países diferentes, con tres niveles de dificultad según lo avanzado que se estuviese con el idioma: "Lo que menos hice fue estudiar, pero me sirvió mucho la experiencia", rememora ahora.

 

Ir un poco más allá.

 

Dicen los que dicen saber que el rol de dirigente viene en las personas de manera innata... Y en el caso de Daniel le resultó muy difícil no intentarlo, no ponerse en ese papel. Además de lo que ya se contó también ha colaborado con el Centro Ligure de La Pampa, aunque admite que en esta institución el trabajo ha sido menor que con el atletismo. "Porque se trabaja para ciertos eventos o la fiesta del inmigrante, pero no es constante como en lo deportivo", razona.

 

No caben dudas que en el deporte, en las actividades sociales, en la vida en realidad, se necesita de personas comprometidas, honestas, apasionadas... y transgresoras... En definitiva de aquellos que rompan el molde y se animen a patear el tablero, de esos inquietos que pretendan ir un poco más allá de los límites... Sí, de los imprescindibles.

 

Rescatando a "Pulpita" Ruiz.

 

Es un buen tipo Daniel Bernasconi. Y hay una historia que lo pinta de cuerpo entero. Tiene realizado, junto a grupos de atletas, varios viajes a Europa con diversas delegaciones.

 

En uno de esos casos, cuando fueron a disputar el Mundial de Atletismo Master en Málaga, hubo una contingencia que dejó en claro cuánta es su solidaridad. Alberto "Pulpita" Ruiz es un atleta de 76 años, oriundo de Carhué, y como otros se había pagado el viaje manifestando su intención de representar a APAV.

 

Y Daniel cuenta qué sucedió: "Corrió el primer día un cross de 6 kms, junto con Ernesto Galván, Oscar Andrade, Susana Trinak, Juan Serraino, Ramón Sosa y Luis Matamala, y hasta ahí todo iba bien. En los días posteriores andábamos paseando y recibí un mensaje donde me decían que 'Pulpita' estaba descompuesto. Así fue que lo buscamos y lo llevamos al hospital... resultó tener neumonía y debía quedarse internado en observación".

 

Lo malo era que la delegación ya se aprestaba a volver, y que los vuelos estaban reservados. "Pulpita" quedó internado y el resto regresó a Argentina.

 

Para Bernasconi eso era demasiado fuerte. ¿Qué hizo entonces? Decidió regresar a Málaga para buscar al querido "Pulpita".

 

"Lo veía como mi abuelo... Me sentía muy mal con esa situación, pensando que el hombre se encontraba tan lejos, solo, sin conocer a nadie... Así que decidí emprender el viaje para ir buscarlo. 'Pulpita' estaba en esa situación, en otro continente, enfermo, sin sus seres queridos al lado... lloré mucho por todo eso", recuerda Daniel ahora.

 

"Pulpita" no era familiar, no tenían parentesco, sólo un lazo fraternal que los unía, justamente a partir del atletismo, deporte noble si los hay. Daniel buscó entre sus ahorros, se pagó el pasaje y volvió a buscar al compañero que había quedado varado. Sí, en menos de 30 días viajó dos veces a España. Sin pensar en costos ni en otras consecuencias... Tenía que ayudar a "Pulpita", y no sería él quien lo dejaría abandonado... Por supuesto que no. (Emanuel Vega)

 

' '

¿Querés recibir notificaciones de alertas?