Miércoles 14 de mayo 2025

El hombre y sus circunstancias

Redaccion Avances 02/01/2025 - 12.20.hs

El 2025 ya está aquí,  y el tablero político empezó a reflejar que las piezas empezaron a moverse. La reciente aparición de una foto de un Carlos Verna muy sonriente, posando junto a su comunicador favorito, Juan Ramón, de FM Alegría, es toda una señal.

 

Hace ya varias semanas, en una conferencia de prensa donde anunciaría nuevas medidas del Banco de La Pampa para alentar el consumo, el gobernador Sergio Ziliotto en un tono de informalidad –pero con la evidente intención de que lo que manifestara fuera conocido-- se dirigió a uno de los periodistas presentes para comentar en un tono campechano que en 2027 volvería a jugar al fútbol (en el torneo de Veteranos), y que dejaría su cargo para no ocupar ningún otro.

 

A casa.

 

Otro cronista presente intervino para indicarle a su colega --a quien el primer mandatario le había dirigido la palabra-- que “eso no es así. Lo vas a ver como Senador...”. Fue el propio Ziliotto quien lo refutó casi revelando que se iría a su casa y dejaría la arena política.

 

Desde entonces pasaron muchas cosas. Por ejemplo se observa una oposición cerril que en la Cámara de Diputados le ha mostrado los dientes a cada iniciativa del Ejecutivo, y que se abroquela pensando en las legislativas nacionales de este año, pero también con la mirada en el 2027. Y también un gobierno provincial abocado a ver de qué manera se enfrenta a la motosierra nacional sin control,  manejada por una derecha insensible a las necesidades del pueblo.

 

Además se advierte un justicialismo que –por ahora-- aparece como adormecido pero que deberá poner los motores en marcha para no perder terreno en el plano electoral. Todo en medio de una tensa calma aportada por los faustos navideños, que pronto serán pasado y obligarán a afrontar la realidad.

 

Sin “Ziliottismo”.

 

El Ruso, como lo identifican los que andan en política, en su momento había expresado con convicción que se iba a dedicar a la gestión, y que de ninguna manera debería esperarse “ziliottismo”, y que no tenía en mente armar su propia línea interna dentro del PJ provincial: “Mi desafío es dejar una provincia ordenada”, sostuvo mientras daba pautas que al final de su mandato su paso por la política habrá finalizado.

 

Y cabe decir que desde el mismo inicio de su gobierno se esmeró en actuar hasta con cierta  generosidad, áun con intendentes que no respondían a su espacio político. Si bien se movió de esa manera, no faltaron desde la oposición voces que se alzaran reprochando que eso no habría sido así.

 

Primero la gestión.

 

Ziliotto se dedicó a gestionar, enfrentando a un gobierno nacional que mantiene una deuda cuantiosa con La Pampa, y que se adueña de recursos que pertenecen a las provincias. No obstante ese contexto el gobernador formuló decenas de anuncios que demostraron la fortaleza financiera de una provincia que –mal que le pese a muchos-- se sostiene desde los tiempos de Oscar Mario Jorge como ministro de Economía, y de quienes fueron sus adláteres. Esto es Osvaldo Dadone, Ernesto Franco, Ariel Rauschemberger y ahora Guido Bisterfeld, que adhirieron a una línea de austeridad que mantuvo equilibradas las cuentas públicas.

 

Una provincia ordenada.

 

Ante la realidad que plantea la insensibilidad del Gobierno de Milei, que sostiene a rajatabla un déficit fiscal cero a costa de no pagar sus deudas –entre otros desatinos--, Ziliotto se puso en la vereda de enfrente junto a un grupo de gobernadores que están en la misma sintonía. De todos modos,  y pese a que los aportes de Nación no llegaron, afrontó obras públicas que Javier Milei decidió discontinuar; y a través de la herramienta que es el Banco de La Pampa alentó de gran manera el consumo. Pero no se quedó sólo en eso, porque siguió con la construcción de viviendas en distintas localidades –actividad siempre revitalizadora de las economías pueblerinas--, y hasta llegó a informar esta misma semana casas para personas mayores y con discapacidad.

 

“Yo y mi circunstancia”.

 

Ha dicho Ortega y Gasset que el hombre es él y sus circunstancias (“Yo soy yo y mi circunstancia”), una frase que viene a cuento con esta realidad de Sergio Ziliotto como gobernador de la provincia. El Ruso parece haber entendido que su momento y lugar es coyuntural, y no tendría pretensiones de seguir siendo referencia en la política provincial cuando termine su mandato. Que esa es su circunstancia, distinta a la de otros políticos que pretenden continuar con su influencia todo el tiempo que pueden.

 

Alguien ha dicho que se ha mostrado como “un gobernador de neto corte peronista, pero paradójicamente poco apoyado por un importante sector del peronismo”.

 

¿Y esa inquina?

 

¿Es tan así? Si bien “pour la galerie” pareciera que el vernismo no actúa sistemáticamente en contra de la administración de Ziliotto, hay algunas actitudes que dan para pensar que existe cierta inquina encubierta. Se manifiesta en algunos posicionamientos en la Cámara de Diputados, en gestos y declaraciones que estarían demostrando que Carlos Verna sigue moviendo hilos en el justicialismo lugareño, y no siempre para fortalecer la gestión del hombre que supo ser su delfín. Éste, por otra parte –más allá de su malestar apenas insinuado-- se sigue referenciando como perteneciente a la línea Plural.

 

Relaciones tensas.

 

Pero hay movidas del ex senador y ex dos veces gobernador que invitan a una lectura más detallada. ¿Por qué ese desafío frecuente de Verna a quien en su momento era uno de sus hombres de confianza, al punto que llegó a privilegiarlo para ocupar el sillón de Villa Elvina sobre otro  hombre fuerte de la Plural, como es Daniel Lovera?

 

Las relaciones comenzaron a tensarse ya en el primer período ziliottista, sin que se pudieran conocer bien los motivos, aunque algunas sospechas –difíciles de confirmar-- puede haber; y continuaron en este primer año del segundo mandato. Se sabe, Carlos Verna se alejó (¿¿) de la política para atender su problema de salud, pero obviamente y como correspondía siguió siendo una referencia ineludible para los hombres de su línea. No obstante, seguro, algunas determinaciones del gobernador Ziliotto no le gustaron al caudillo, y lo hizo notar.

 

La lapicera.

 

En algún momento Verna se plantó –siempre utilizando su plataforma X (twitter)-- para algunas definiciones. En un mensaje, entre otros que difundió (a veces con una simple foto), fue muy explícito al marcar la cancha en la relación que Ziliotto tejió con el gobernador bonaerense Axel Kicillof; y también dejó en claro que no le gusta para nada el sentido de “horizontalidad” que el Ruso le ha dado a sus movimientos políticos.

 

Por eso, cada vez que pudo –o que quiso-- Carlos Verna salió a decir “aquí estoy yo”. Ziliotto afirmó por estos días que utilizaría la lapicera “hasta el último día” de su gestión, y aunque pareció referirse a acciones de gobierno, hubo vernistas que leyeron otra cosa.

 

Lo que viene.

 

En el año que está próximo a iniciarse, se vienen las legislativas nacionales, y nuestra provincia deberá renovar tres bancas. Las que pertenecen a Varinia (Lichi) Marín (PJ), Martín Maquieyra (PRO)  y Marcela Coli (UCR). En tanto Ziliotto estaría decidido a no bancar a ningún candidato propio –si bien algunos ministros de su gabinete querrían ser tenidos en cuenta en la la lista del PJ--, Verna en una reciente aparición dio señales que él no haría lo mismo.

 

Nada inocente.

 

Sin ninguna inocencia –cabe señalar-- Carlos Verna se mostró en una foto con Juan Ramón, y en una escena que se viralizó mostró que está dispuesto a jugar. A seguir jugando. Al pie de la foto se lee: “Aquí está la lapicera. Feliz año”. Si ese no es todo un aviso.

 

El año electoral estará en marcha en horas, y por supuesto habrá lugar para muchas especulaciones. Lo que pareciera es que hablan de cosas distintas: Ziliotto de privilegiar su gestión hasta finalizar el mandato para después irse a casa; y Carlos Verna de seguir rigiendo los destinos del peronismo lugareño, hasta el último de sus días. Esa es la impresión que da la situación que se puso sobre la mesa.

 

 

 

 

 

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