Martes 01 de julio 2025

“Es un trabajo que se hace en conjunto”

Redaccion Avances 30/04/2025 - 10.14.hs

“Soy profesor de Educación Física y fui director del colegio Santa María de las Pampas durante siete años y desde hace ya ocho soy el director del colegio Normal”, resume en una presentación formal Adolfo Molas, mucho más conocido como ‘Fito’.
La palabra ‘director’ siempre impuso autoridad y hasta algo de temor, pero en la actualidad es un concepto más vinculado al respeto y al rol de un educador dispuesto al diálogo y al consenso. Y así lo entiende ‘Fito’ al frente de uno de los colegios más tradicionales de la ciudad.
“Ser directivo de un colegio secundario en constante cambio, es un desafío. Son las complejidades propias de la etapa adolescente que atraviesan los chicos. Hoy vivimos otro momento, otro contexto y no es la misma escuela de hace 40 o 50 años atrás. No hay que hacer comparaciones es simplemente diferente. Somos seres cambiantes y vivimos en constante cambios”, explicó en una entrevista con LA ARENA.
Además dijo que “gran parte de la sociedad está tensa, impaciente, intolerante incluso algunas veces hasta violenta, y debo decir que en esta escuela, si hay un aspecto a destacar, es el trabajo conjunto entre pueblo y familia, que contrarresta justamente muchos de los conflictos que se ven comúnmente”, apuntó.
Consultado por las diferentes problemáticas que se viven en las aulas, Molas dijo que al igual que en toda institución, se atraviesan diferentes situaciones. “Este colegio de 115 años, tiene una presencia muy fuerte de las familias y de los diferentes sectores de la sociedad. Por ejemplo, tenemos un Consejo Escolar de Convivencia conformado por directivos, estudiantes, docentes y familias. Hasta hace dos o tres años atrás, las familias no estaban contempladas y las incluimos en el Consejo Escolar. Hoy tienen voz y voto a la hora de definir aspectos como, por ejemplo las Normas de Convivencia, que también las elabora el Consejo”, detalló.

 

Mate.
El directivo puso uno de los ejemplos más controversiales a la hora de asistir a clases: el mate. “Estaba prohibido tomar mate en el colegio. Después de varios pedidos de delegados y delegadas de cursos, de algunos docentes incluso, nos tomamos un año entero para debatir si lo implementábamos o no. Dimos a todos los actores la posibilidad de que elaboren reglamentos tentativos. Y cada consejo áulico, que ya es otro órgano que está conformado por delegados, delegadas, docentes, tutores y docentes de cada curso, presentó un reglamento del uso del mate. A fin de año el Consejo Escolar tomó estos 24 reglamentos y se elaboró uno con la implementación. Se hizo un plan piloto, y hoy en día, hace un año, estamos tomando mate con una serie de reglamentaciones. Por ejemplo, los estudiantes saben que el horario para cargar el termo de agua es en el recreo, que si el docente no permite tomar mate en su clase, hay que respetar la opinión del docente, ellos deben, por ejemplo, limpiar los espacios y los lugares donde utilizan el mate. Son una
serie de reglas, normas, que cuando, como toda reglamentación, no se cumplen hay un sistema de sanciones”. Gracias a ello, Molas señaló el gran compromiso que existe en cada logro por parte del cuerpo estudiantil, docente y familiar.

 

Director.
Consultado sobre cuáles creen que son los aspectos a destacar del rol directivo, subrayó: “Uno de los primeros aspectos es asumirse parte del equipo. Saber que uno solo no va a lograr conducir una institución. No sirven los esfuerzos aislados e individuales, hay que trabajar juntos. Y justamente cuento con la suerte de tener un equipo de trabajo muy bueno. La verdad que la mayoría de los y las decentes están trabajando en la planta estable desde hace muchos año y se comprometen en todo”, explicó. También remarcó la importancia de ser parte de una “construcción conjunta; así como también trabajar de manera articulada, planificada y programada”.
Y agregó que es la única forma posible cuando se trata de matrículas tan grandes. “Hoy tenemos alrededor de 650 alumnos. Y también convivimos con una escuela primaria que tiene otros 300 chicos y con un Nocturno que también utiliza parte del espacio”.
‘Fito’ sabe que los directivos son verdaderos facilitadores, amigables componedores que hacen que toda la institución funcione de manera colaborativa. “Tenemos dos grandes objetivos: uno es transmitir a nuestros estudiantes el amor y la pasión por el acceso al conocimiento y el segundo, son los valores: solidaridad, dignidad, respeto, responsabilidad y trabajo en equipo”.
Ser director implica una renuncia a expresiones personales para ser lo más imparcial posible. “Cuando se asumen estos roles y funciones, uno sabe que debe despojarse de prejuicios, de banderas políticas, religiosas y laborales. Somos seres políticos, pero sé que soy el director de una institución donde existen diversas ideas políticas. Yo tengo una religión, pero también sé que estoy dirigiendo una institución donde hay diversos credos.
Y lo mismo ocurre con los equipos de fútbol. Hay que ser respetuosos, del lugar, del espacio, del rol, de la función y de la investidura”, aclaró.

 

Mediación.
Otro punto que destacó Molas es que las cuestiones sociales no escapan a los colegios.
“Vemos que las familias hoy están tensas, convulsionadas, impacientes e intolerantes. Es por eso que nosotros trabajamos mucho la mediación y hablamos acerca de los proyectos educativos. De hecho, hay un proyecto madre, que se llama el Proyecto Educativo Institucional, del cual se desglosan muchos otros proyectos transversales como por ejemplo el proyecto de ESI (Educación Sexual Integral), que es muy fuerte en esta institución. Por supuesto con aciertos y desaciertos, con cosas a mejorar, pero hay un norte, hay un plan, hay un trabajo y hay una decisión institucional de llevarlo adelante”, remarcó.
Además, se trabajan temas relacionados al medioambiente, a la prevención de la violencia y se establecen mesas de diálogos, acuerdos y programas de manera conjunta, entre escuela y familia, con un alto compromiso docente.
“Cuando terminás, cerrás la puerta y te vas a tu casa, se siente la energía que dejaste en el ámbito escolar, pero con gran satisfacción. Por eso creo que es muy importante poder despejarse. Es difícil, porque a veces pasan cosas y situaciones que nos dejan pensando y son las 11 de la noche y estamos con otros directores y con las escuelas y asesores pedagógicos interactuando por Whatsapp, viendo qué hacer al otro día con tal situación y cómo resolverlas”, se sinceró.

 

Detrás del escritorio.
Como todo trabajador, llega al final de cada jornada y se siente el agotamiento. “Sí, cansado pero contento porque hago algo que me gusta, que hago con pasión y con dedicación”. Para llevar adelante su rutina, ‘Fito’ hace diferentes actividades que permitan sostener el ritmo de trabajo. “Hago deportes, salgo a correr, juego al fútbol, hago kayak y ahora estoy pronto a rendir una capacitación de buceo. Además cuando puedo participo del Taller de Ajedrez y hasta hace un tiempo participaba de un Taller de Narración. Son actividades que me gustan, me relajan y disfruto mucho”, señaló.
‘Fito’ está próximo a jubilarse y se acerca el momento en donde toca comenzar a disfrutar de otros espacios. “Con mis hermanos tenemos un campo y semanalmente aprovecho para ir y relajarme mientras preparo mi pequeño emprendimiento directamente relacionado con la actividad rural”, contó.
“Solo quiero expresar que sé que mi tarea está cumplida, cuando los estudiantes que ya egresaron, regresan a contarnos que se recibieron, que están estudiando o que están trabajando. Se refuerza esta sinergia entre alumnos, familia y escuela que es realmente maravillosa. Y nos marca el rumbo de que estamos haciendo las cosas bien y eso al final del día nos trae mucha paz”, concluyó.

 

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