Domingo 21 de abril 2024

Filmarán la saga de Calfucurá en La Pampa

Redacción 04/12/2021 - 00.25.hs

¿Cómo se encuentran, en la actualidad, los y las descendientes de Calfucurá? Esa es la pregunta que intentará responder el reconocido director y guionista Pablo Reyero, mediante el largometraje documental que grabará en La Pampa el año que viene. El trabajo se llamará "Los murmullos de Salinas Grandes" y tiene como protagonistas a cuatro mujeres: dos descendientes, una arqueóloga y una historiadora.

 

Pablo Reyero es licenciado en Ciencias de la Comunicación (UBA), director, guionista y productor de películas. Su último documental, "Paso San Ignacio", se estrenó en 2019 y el motivo era conocer sobre la vida cotidiana, actividades laborales, cultura y creencias de descendientes de Calfucurá en Paso San Ignacio, un paraje rural en la cordillera junto al Lanín.

 

La familia de Reyero es de nuestra provincia y sus integrantes vivían en la zona de Salinas Grandes, muy cerca donde Calfucurá tuvo su toldo principal. "Mi tatarabuelo era carretero, iba al desierto a buscar sal e intercambiar mercaderías. Mi bisabuelo fundó un pueblo en la entrada de Salinas Grandes de La Pampa que se llama Macachín. En mi familia hubo cautivas y cruza de sangre", explicó a LA ARENA.

 

"Las historias de los salineros me llegaban de chiquito en fiestas familiares y siempre me quedó la incógnita de cómo estarían hoy los descendientes de Calfucurá, que fue el principal líder político, guerrero y espiritual de la Nación mapuche al este de la cordillera de Los Andes, el único que tuvo la visión de armar una confederación de tribus para oponerse a la conquista del desierto y retrasar la ocupación de territorios y el genocidio. Tenía un conocimiento e inteligencia que lo distinguía del resto, no era cualquier cacique. Su forma de vida se mantiene hasta hoy", describió.

 

Largometraje documental.

 

El realizador contó que actualmente está trabajando en un largometraje documental y que, a mitad de este año, obtuvo un premio de Incaa sobre desarrollo de proyectos inéditos. El guión ya está terminado y las protagonistas, todas mujeres, ya están seleccionadas. Participarán dos descendientes salineras de la tribu de Calfucurá: Guillermina Gómez, de la Comunidad Aborigen "Ñancufil Calderón"; y la tejedora Rosa Maldonado, cuya bisabuela fue una cautiva mapuche que trajeron los blancos desde la zona de Temuco.

 

A su vez, estarán presente la arqueóloga Mónica Verón y la historiadora Claudia Salomón Tarquini. "El documental, que se denomina 'Los Murmullos de Salinas Grandes' trata sobre la vida de las salineras y cómo resignifican la trayectoria de sus ancestros en La Pampa", manifestó.

 

Explicó que se grabará "en los principales lugares donde estuvo asentada la tribu de Calfucurá en La Pampa, donde los toldos formaban como una ristra: Salinas Grandes, Chillihue, Bajo Atreucó, zona cercana a General Acha, Lihuel Calel y Curacó". Allí se ubicaban las "grandes rastrilladas de los chilenos o de las vacas en La Pampa".

 

"Es un camino milenario indígena que unía el océano Atlántico con el Pacífico, donde transitaron mapuches y tehuelches. Por eso es importante el aporte de Mónica Verón, porque con sus hallazgos arqueológicos se puede probar esta parte de la historia", indicó Reyero.

 

El documentalista señaló que la grabación comenzará el año que viene. "Es un proyecto grande y ambicioso sobre los pueblos originarios pampeanos. Estamos buscando co-productores y financiadores, ya sea de organismos públicos y privados, porque con el premio del Incaa no alcanza. Se declaró de interés cultural del Gobierno de La Pampa y del municipio de Macachín", concluyó.

 

Salinas Grandes y los mapuches.

 

Calfucurá fue el principal líder mapuche del este de la cordillera y su figura es importante de rescatar porque todo el linaje Curá peleó junto a los patriotas contra los españoles en la guerra de la independencia, no solo en Argentina sino también en Chile. "El padre de Calfucurá es uno de los guías de San Martín cuando se dirigen a Chacabuco para la batalla", explicó Reyero.

 

Luego también estos linajes participan en la guerra de la conformación del Estado argentino. Hasta ese momento, el gran negocio era la sal, los cueros, la conservación de la carne por medio de la sal, la pólvora que también se hacía con la sal, el tasajo que era la comida de los esclavos. "La sal tenía el valor del oro", destacó el cineasta.

 

Calfucurá bajó desde el otro lado de la cordillera, se instaló en las Salinas Grandes para cuidar y controlar el corredor bioceánico desde 1840 hasta 1879. Luego del descubrimiento de las Salinas, en 1668, se organizaron expediciones, dos por año, dirigidas a este paraje. Hasta 1716, estos viajes fueron llevados adelante por quienes disponían de los recursos necesarios para concretarlos, sin auxilio de las autoridades y sin contar con la autorización real.

 

Las expediciones consideradas oficiales se iniciaron a partir de esta fecha, cuando el gobierno comenzó a tener un mayor control sobre estas, siendo el Cabildo de Buenos Aires quien se encargó de su organización, para evitar así la escasez de sal, que era la de mejor calidad del país, y el aumento de su precio. A partir de 1778 comenzó un tenso conflicto interétnico. En 1838, Rosas hace sus propias campañas del desierto y Roca fue el último que las llevó a cabo. "El objetivo era quedarse con las tierras, correr a los indios porque cambió el modelo de acumulación, y se necesitaban las tierras para criar ganado, y de ahí nacieron las estancias de ganaderos de Buenos Aires", explicó.

 

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