“Hay relación entre plaguicidas y salud”
El XXXIX Congreso de Medicina General, Equipos de Salud y Encuentros con la Comunidad comenzó ayer en Santa Rosa, y hasta el lunes habrá diversos talleres, cursos y conversatorios con expositores y delegaciones de todo el país.
Bajo la consigna “Estado(s) de la salud: la potencia de lo colectivo en tiempos de incertidumbre. Hacia un frente por la Salud y el Buen Vivir”, el congreso organizado por la Federación Argentina de Medicina General arrancó ayer a la tarde en la sede central de la UNLPam. Además de las exposiciones y presentaciones de trabajos científicos, habrá otras actividades como presentaciones de libros, talleres, mesas de diálogo y una peña el sábado. El programa completo del congreso puede consultarse en el sitio web famg.org.ar o en @congresos.famg en Instagram.
Agrotóxicos.
En el marco de este congreso, una de las primeras actividades estuvo vinculada a un tema que ha generado controversia en la provincia las últimas semanas: los agrotóxicos. El ingeniero agrónomo Javier Souza Casadinho fue uno de los disertantes en la exposición “Agrotóxicos/agroecología: sus impactos en la salud comunitaria. Intervenciones desde los equipos de salud”. Previo a su intervención en el congreso, dialogó con Radio Noticias (FM 99.5) sobre el tema.
“Está demostrado ampliamente el efecto socioambiental del uso de plaguicidas; hay mucha información, no solamente en Argentina y en el mundo. Y vemos estudios de todo tipo que certifican el efecto de los plaguicidas en la salud no solamente de los humanos sino de todos los seres vivos”, sostuvo. “Buscamos armonizar la producción bajo regímenes de agroecología, que no solamente es sustentable sino que también es rentable desde lo económico“.
Respecto al panorama nacional, Souza Casadinho remarcó que “Argentina no tiene una ley nacional de plaguicidas, y eso ya marca una decisión política desde hace muchos años. Sí tenemos 22 leyes provinciales muy heterogéneas cada una y tenemos ya cerca de 200 ordenanzas municipales que limitan el uso de plaguicidas”.
Este debate no solo se da en nuestro país: ”A nivel internacional también se dan discusiones sobre la toxicidad de los plaguicidas y la posibilidad de hacer una transición a alternativas para reducir el impacto socioambiental”, afirmó.
Prohibidos.
El ingeniero también es colaborador de la Comisión de Salud y Ambiente de la Sociedad Argentina de Pediatría, que en 2021 recopiló investigaciones hechas en Argentina sobre el efecto de los agroquímicos en la salud ambiental. “Lo que vamos viendo, en base a estudios y monitoreos en las comunidades, es que hay una relación. Si bien las enfermedades son multicausales, hay una alta relación entre el uso de plaguicidas, la exposición a ellos y la salud socioambiental. Si no, no habría una lista de plaguicidas prohibidos en el Convenio de Estocolmo”, dijo.
Comentó que hay plaguicidas prohibidos en otros lugares del mundo que sin embargo en Argentina se siguen usando, entre los que citó al glifosato. “Aquí en nuestro país está prohibido solo en algunos territorios pero no lo está a nivel país”, explicó.
Argumentos.
Souza Casadinho rebatió algunos de los argumentos que sostienen los grupos de ruralistas que defienden el uso de agroquímicos.
Un argumento reza que reducir o prohibir los plaguicidas afectará la producción agrícola, incluida la destinada a alimentos. “No hay una relación entre uso de plaguicidas y hambre. En Argentina, en los últimos 30 años se pasó de utilizar 30 millones de litros hasta 1993, a 300 millones de litros en el 2012; a partir de ahí no hubo un listado oficial pero por cálculos extraoficiales se estarían usando 400 o 500 millones de litros de plaguicidas. Sin embargo, en estos 30 años, en la población de nuestro país y del mundo, aún existe el hambre”, dijo.
Respecto a una posible caída del rinde agrícola, el ingeniero sostuvo que “no solamente tienen que ver con el potencial de las semillas o el manejo tecnológico sino de una gran serie de variables; y cuando decimos manejo tecnológico no decimos solamente uso de plaguicidas. Los productores tendrían que pensar estrategias que vayan hacia la sustentabilidad y también a una reducción de costos. La sustentabilidad habilita que los agroecosistemas recuperen su posibilidad de existencia”.
A propósito de la sustentabilidad, resaltó la creciente desaparición de unidades productivas. “Los censos del año ‘88 al del 2018 hablan de que en 30 años desaparecieron unas 170 mil unidades productivas. Los modelos agrarios y el aumento en los costos de producción hacen que muchos productores queden fuera, y ese aumento tiene que ver con una mayor demanda de plaguicidas, insecticidas, fungicidas y otros productos. Creo que eso también los productores tendrían que pensarlo”.
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