Lunes 28 de abril 2025

La FAO insta a revertir degradación del suelo

Redacción 20/02/2022 - 01.02.hs

Revertir la degradación del suelo es vital si queremos alimentar a una población mundial en crecimiento, proteger la biodiversidad y ayudar a enfrentar la crisis climática del planeta, dijo el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Qu Dongyu.

 

Después de los océanos, los suelos son los mayores reservorios de carbono y juegan un papel crucial en la mitigación y adaptación a los impactos de la crisis climática.

 

Los suelos desempeñan una función decisiva de amortiguación o "regulación" del cambio climático. Los suelos destinados a la agricultura convencional siguen constituyendo una fuente de emisiones de dióxido de carbono (CO2), pero las técnicas de conservación pueden detener y, en algunas ocasiones, revertir la pérdida de carbono orgánico del suelo.

 

Los suelos están llenos de vida y albergan aproximadamente el 25 % de la biodiversidad mundial. La creciente población requiere más alimentos nutritivos y seguros, libres de contaminantes y patógenos; por eso los países deben asumir compromisos más firmes con la gestión sostenible del suelo.

 

Las presiones sobre la tierra nunca han sido tan intensas. La superficie de tierras de cultivo aumentó un 4% -esto es, 63 millones de hectáreas- entre 2000 y 2019. El crecimiento de las tierras arables destinadas principalmente a cultivos de regadío aumentó un 18%, mientras que en el caso de los cultivos de secano el incremento fue de solo un 2,6% durante el mismo período.

 

Los expertos estiman que la erosión del suelo podría provocar una pérdida del 10 por ciento en la producción de cultivos para 2050.

 

Al Foro Mundial para la Alimentación y la Agricultura (GFFA por sus siglas en inglés), una conferencia que se celebra cada año en Berlín emite conclusiones sobre este tema específico, asistieron Ministros de Agricultura de diferentes países y expertos internacionales.

 

Reversión.

 

La edición más reciente del informe de la FAO "El estado de los Recursos de tierras y aguas del mundo para la alimentación y la agricultura" ya nos ha avisado de la situación "límite" que atraviesan nuestros sistemas agrícolas, que constituyen una compleja red de relaciones entre la tierra, los suelos y el agua.

 

La erosión del suelo es la principal amenaza. Se calcula que, de aquí a 2050, podría provocar una caída del 10 % en la producción de cultivos y la pérdida de 75.000 millones de toneladas de suelo.

 

La contaminación del suelo también plantea dificultades. No conoce fronteras y pone en peligro los alimentos que comemos, el agua que bebemos y el aire que respiramos.

 

El uso excesivo o inapropiado de productos agroquímicos es una de las causas del problema. La producción mundial anual de productos químicos industriales se ha duplicado desde principios del siglo XXI, hasta 2.300 millones de toneladas aproximadamente, y se espera que aumente un 85 % más antes de que finalice la década.

 

Otro desafío es la salinización, que afecta a 160 millones de hectáreas de tierra de cultivo de todo el mundo y que cada año convierte 1,5 millones de hectáreas en tierra improductiva.

 

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