Viernes 24 de octubre 2025

“La vida sin Lía se siente vacía”

Redacción 24/10/2025 - 00.18.hs

En la tercera jornada del juicio contra Francisco Roldán por el homicidio de Lía Falcón, en un siniestro vial ocurrido el 16 de enero pasado en la esquina de Circunvalación y Cavero, declararon los últimos cinco testigos de la querella, entre ellos el papá y las mejores amigas de la víctima. Además, comenzó la ronda de testigos de la defensa, con las declaraciones de la esposa e hija de Roldán. Para este viernes están previstas las comparecencias de otros siete testigos, incluido el perito de siniestralidad vial, Aníbal García.

 

En primer termino declaró un testigo de apellido Vallejo, que dijo haber estado parado en el semáforo de la calle Cavero. “Vi a una persona, una chica, esperando para cruzar porque tenía el semáforo peatonal en rojo. Yo me distraje un momento y sentí un ruido muy fuerte, levanté la vista y vi la cola del Falcon pasando. A la chica no la vi más”, aseguró.

 

Y añadió que “me da verde el semáforo, cruzo y veo a la chica tirada más adelante, a unos 30 metros, y un rastro de sangre. Estacioné, me bajé, y vi que una chica se acerca a Lía, le trata de tomar el pulso y le empieza a hacer RCP. Yo traté de cortar el tránsito, y llegó una chica con una moto que la cruzó para cortar el tránsito. Cuando llegó la policía, y se hicieron cargo de cortar el tránsito, de hacerle RCP a la chica, yo me subí al auto y me fui”.

 

Psicólogo.

 

El segundo testigo fue Mariano Sancho, que es psicólogo de Alejandra Falcón (mamá de Lía), desde julio de 2023. “Yo no leo los diarios, por eso me enteré del accidente cuando Alejandra me llamó y me dijo ‘se murió mi hija, la atropelló un auto’”, indicó.

 

Respecto al tratamiento de Alejandra, dijo que “veníamos trabajando mucho desde julio de 2023, teníamos muchas mejoras en el manejo de la ansiedad, pero después del accidente volvimos a ver agravados los síntomas. Insomnio, ansiedad, fatiga”, describió. Y aseguró que “nos ha costado encontrar herramientas para poder transitar de manera normal un duelo. Creo que todavía no las hemos podido encontrar. Ella tiene dificultades para reinsertarse en el área laboral, le cuesta ir a trabajar”, explicó.

 

Asimismo, dijo que “también le cuesta adaptarse a la nueva conformación del grupo familiar, haciéndose cargo del duelo de sus otros dos hijos y su marido. Y el desarrollo de este proceso judicial también le sigue afectando. Tiene una dificultad para retomar la cotidianidad, incluso para asistir semanalmente a las sesiones”.

 

El psicólogo dijo que “Lía era un apoyo permanente para Alejandra, con las tareas del hogar, con el cuidado de su hermano menor León que tiene autismo. Ella se encuentra con una nueva realidad. Ella no puede abordar el duelo, y en vez de transitar un duelo normal, se convierte en un duelo patológico. El duelo normal tiene etapas, hasta poder asimilar la pérdida, es necesario abordar las etapas para llegar a la aceptación. Eso normalmente dura un aproximado de un año. Alejandra no ha logrado superar ninguna”.

 

“Ella era un premio”.

 

En tercer lugar declaró Gustavo Germán Alday, en uno de los momentos más emotivos de la jornada. “Soy el papá de Lía, la crié por más de 19 años. Cuando conocí a su madre ya venía con el premio, porque ella era un premio para mí. La conocí a los 3 años, al principio no me quería mucho, la convencí con unos chocolatitos todos los días. Ella nunca tuvo buena relación con su papá, y de muy chiquita un día me dijo ¿te puedo decir papá?”, recordó Alday.

 

Y agregó: “La llevé a la escuela toda la primaria, toda la secundaria. Escuchábamos la misma música, éramos muy parecidos en los gustos. Yo siempre le decía que tenía que hablar con su papá, que tenía que estudiar, que tenía que ser mejor que nosotros”.

 

Alday definió a Lía como “una persona muy servicial, estaba para sus amigas, para quién lo necesite. Alguien necesitaba algo, y Lía movía cielo y tierra. Estuvo siempre con sus amigas cuando quedaron embarazadas, cuando trabajábamos ella cuidaba a sus hermanos. Alejandra tuvo un problema de salud, estuvo 40 días en Buenos Aires, y ella se hizo cargo de sus hermanos. Ayudaba mucho con su hermano León de nueve años, que tiene autismo. Su carrera era para ayudar a los chicos, incluso a los que no tuvieran recursos, estaba estudiando Psicopedagogía para eso. Quería estudiar para ayudar a su hermano”.

 

A su vez, dijo que “sus hermanos la extrañan mucho. Mía (14) está destrozada. León la busca por todos lados, comenzó a darse algunos golpes, está medicado cuando él antes no necesitaba medicación”.

 

“Lía no está”.

 

“Cuando me dijeron que era Lía la chica del accidente, fui al hospital, y cuando llegué estaban todos llorando. Pensé fue grave, y ahí me abraza mi esposa y me dice Lía no está. Entramos a verla, y no se le podía sostener la mano. Alejandra hizo todos los trámites en la funeraria, le puso toda la garra que yo no podía”, recordó entre lágrimas.

 

“No es vida la que tenemos después del 16 de enero. Yo cuando perdí a mi hermano veía a mi papá destrozado y pensaba ya te se va a pasar pá. Y hoy lo vivo en carne propia. Tengo que seguir adelante porque tengo dos hijos más, pero ella era mi vida”, aseguró. “Me apoyé principalmente en Alejandra, en mis hijos, en amigos y en hermanos de la iglesia. Hay que tratar de seguir, pensar que hoy sale el sol de vuelta, y la única manera de sostenerse es pensar el día de mañana vamos a estar todos juntos de vuelta”, concluyó.

 

Amigas.

 

Finalmente, por parte de la querella declararon las mejores amigas de Lía, Lucía Tuffoni y Candela Kunz. Describieron su relación con la víctima, lo importante que era en sus vidas y cómo se las cambió el siniestro vial.

 

“Nosotras nos conocíamos desde los 16 años, ella era una compañera, una hermana, tía de mi hija desde que se enteró que estaba embarazada. Ella quería ser policía cuando terminó el secundario. Se quería hacer un departamento arriba de la casa de la mamá, comprarse un auto. Después cambió la idea, y empezó a estudiar Psicopedagogía para ayudar a su hermano, y a los chiquitos que no pudieran. La vida sin Lía se siente vacía, me levanto para cuidar a mi hija, porque sé que Lía me retaría si no cuido a Cata. Cata era para Lía la hija que no pudo tener, y que no va a poder tener, porque Roldán le arrebató la vida”, enfatizó Lucía.

 

“Ella era el motor de su familia, ayudaba a todo en su casa, a sus hermanos para ir a la escuela, aconsejaba a su hermana, ayudaba a hacer la comida. Tenía un montón de proyectos, ella se quería meter a la policía, pero cuando estábamos sacando las materias juntas se decidió por hacer Psicopedagogía, para ayudar a su hermano y tener su consultorio propio. A mí el mundo se me frenó, yo solamente me levanto, voy a trabajar… y nada más”, concluyó Candela.

 

Agresiones entre familias.

 

Luego de la tercera jornada del juicio, dos de las testigos que prestaron declaración ayer se trenzaron en una violenta pelea a la salida del Centro Judicial de Santa Rosa. Otras personas que estaban entre el público intercedieron para poder separarlas.

 

A la salida de la audiencia del juicio oral y público por la muerte de Lía Falcón, familiares de la víctima y del único acusado, Francisco Roldán, protagonizaron una fuerte pelea fuera de la Ciudad Judicial. Familiares y amigos de Lía radicaron la denuncia ante la Seccional Sexta donde acusaron a Alexia Roldán de haber agredido a Candela Kunz, una de las mejores amigas de la víctima. Ambas habían prestado declaración previamente en calidad de testigos, Kunz por la querella y Roldán por parte de la defensa de su padre.

 

A su vez, los familiares de Roldán también radicaron una denuncia en la sede policial antes citada. Al finalizar la audiencia, la seguridad dispuso que primero salieran los familiares de Roldán y luego los de Lía. En la jornada anterior, el orden había sido inverso.

 

Ambos grupos se habrían cruzado afuera del edificio, y de acuerdo con el testimonio de los familiares y amigos de Lía, Alexia Roldán habría tomado del cuello a Candela, una de las mejores amigas de la joven víctima. Otras de las personas presentes debieron interceder para tratar de separarlas y la situación derivó en la intervención policial.

 

Efectivos de la Seccional Sexta intervinieron en la gresca, incluso estaba el comisario Javier Ayala. "Ocurrió una pelea entre mujeres por lo que se invitó a las partes a hacer las denuncias, justo estaba en el lugar y vi la pelea entre ellas", relató el jefe policial a este diario.

 

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