Jueves 28 de marzo 2024

"Lácteos Don Felipe": La vigencia de la calidad

Redaccion Avances 30/07/2022 - 10.05.hs

La empresa de Macachín acumula más de 60 años de trayectoria ofreciendo los mejores productos de la mano de José Luis Bergara y su padre, que sigue con el entusiasmo del primer día en una empresa de sello bien pampeano.

 

Nuevos puntos de ventas, mayor volumen de producción, decenas de puestos de trabajo y una proyección de crecimiento hacia el futuro condensan de la mejor manera la fortaleza de una empresa de origen familiar y que hoy, más de 60 años después de su surgimiento, se mantiene como uno de los estandartes de lo mejor de la producción alimenticia pampeana. Productos con sello provincial que gracias a su gran calidad se venden en otros lugares del país. Eso es Lácteos Don Felipe, una pyme que desde Macachín se multiplica hacia otras geografías.

 

“Desde hace un tiempo entramos en el mercado de Mar del Plata, es un lugar en el que fuimos de menor a mayor y que hoy ya tenemos una buena clientela. Era una asignatura pendiente porque desde hace 15 años que estamos en Villa Gesell y Mar del Plata está ahí nomás, con un mercado muy grande y que no solo es por el turismo, es una ciudad muy grande, con muchísimo movimiento, con gran cantidad de industrias, estudiantes, comercio. Era un desafío para nosotros y lo logramos así que es un buen incentivo”, describe José Luis Bergara (35) sobre uno de los puntos fuertes de la actualidad de Don Felipe.

 

José Luis es la tercera generación en el manejo de una fábrica pionera en La Pampa, una pyme que da empleo a 40 personas y comercializa sus distintos productos lácteos -sobre todo como mayorista- en distintas ciudades, sobre todo en el conurbano bonaerense. Con los quesos como gran punto fuerte, la firma también produce leche, crema, dulce de leche, ricota, muzzarella.

 

Don Felipe tiene un volumen de producción de más de 1.600.000 litros mensuales. “El 90 por ciento de lo que se produce es queso, en sus distintos tipos: blandos, semi duros y duros, el cremoso, port salut, barra para fetear, masa para muzzarella. La mayor parte de la producción va a Capital Federal y provincia de Buenos Aires, abastecemos directamente nosotros como mayoristas. Son clientes de muchos años, muchos de ellos que mi papá fue haciendo a lo largo del tiempo y que hoy se mantienen comprando lo que hacemos”.

 

Pionero.

 

José Luis Bergara padre tiene 71 años y recuerda que la fábrica nació en 1955 en Rolón de la mano de su papá, José Alfonso, en la ciudad bonaerense de General Villegas, que en ese momento era un polo tambero muy importante y había muchas fábricas lácteas. Luego se trasladaron a Rolón y a comienzos de los ’80 el desembarco en Macachín, donde “Don Felipe” ya se radicó de manera definitiva hasta hoy.

 

“La fábrica supo mantenerse más allá de los momentos complicados, que es imposible no atravesar. Con la pandemia fue difícil porque recuerdo que anunciaron un fin de semana el inicio de la cuarentena y cuando llegamos el lunes a la planta había todo un escenario muy diferente, con una gran incertidumbre. Después tuvimos una gran cantidad de contagios dentro de la planta y eso complicó, pero en esto quiero destacar sobre todo la atención que nos brindaron desde el hospital de Macachín, que nos vinieron a testear a todos, nos hicieron seguimiento. Una atención sobresaliente que vale la pena mencionar”, subraya José Luis.

 

Don Felipe tiene su planta industrial sobre la ruta provincial 1, a la salida de Macachín hacia el sur, y desde allí parten diariamente los camiones que son propiedad de la firma y que transportan la carga hacia los diferentes puntos de venta. La empresa se equipó con tres tinas con capacidad para almacenar seis mil litros de leche cada una y la tecnificación le permitió al emprendimiento familiar ajustar la eficiencia y la calidad de los distintos envasados.

 

“Ahora estamos ampliando el saladero porque buscamos darle más valor agregado a la leche. Nuestro fuerte son los quesos pero siempre buscamos que el resto de los productos se distingan por su calidad. Tenemos una clientela grande y por ahí en Santa Rosa nos faltaría llegar un poco más, hacernos fuertes en otro modo de promoción y que nos visibilicemos más para tener una presencia más trascendente”, admite José Luis. En esta ciudad Don Felipe se encuentra en distintos comercios y supermercados.

 

Crecimiento.

 

José Luis convive desde muy chico en la planta. Fue creciendo mientras pintaba el exterior de los quesos brinz de negro y por eso su horizonte laboral siempre estuvo ligado a la pyme familiar.

 

“A mí siempre me gustó trabajar así que cuando terminé el secundario me fui a Villa María, en Córdoba, para estudiar Ingeniería en Alimentos. Volví en 2012 y con mi papá en ese momento acordamos empezar una nueva etapa, sobre todo con la incorporación de tecnología, un equipamiento que permitió que se trabaje de una manera mucho más eficiente. Eso nos permitió tener una expansión y un crecimiento muy importante”, recordó.

 

En la década del '90, los Bergara apuntaron a hacer cosas nuevas pero la iniciativa no tuvo buenos resultados. Y complicó el camino, según recordó José Luis padre. “No nos fue nada bien, el '96 fue el peor momento y estuvimos concursados. Nos costó muchísimo poder salir, pero apostamos a seguir y hubo mucha gente que confió en nosotros. Los productores, por ejemplo, porque sin ellos hubiese sido imposible seguir. La gente del pueblo que confió también, hay mucha gente a la que vamos a estar agradecidos de por vida. Hay empleados que trabajan en la fábrica desde hace 40 años, hubo otros que se jubilaron con nosotros. Entonces esas cosas te hacen mirar hacia atrás y poder valorar realmente el trabajo que hacemos, porque tanto mi hijo como yo estamos de lunes a lunes y nos ocupamos de todo, de que las cosas funcionen como debe ser”.

 

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