"Me siento decepcionado"
La crisis económica que atraviesa el país incrementa la desocupación y modifica drásticamente la vida diaria de millones de personas, principalmente y en primera instancia, de los sectores más vulnerables de la población. Matías Plaza vive en Santa Rosa y es un claro ejemplo de esta situación. Es un caso más, un testimonio más, que se repite en cientos y miles de personas que perdieron su empleo y postergaron su desarrollo personal y familiar para volver vivir el “día a día”.
El joven tiene 33 años y había conseguido trabajo en una empresa constructora local, pero el desfinanciamiento de la obra pública nacional lo alcanzó, como a otros mil trabajadores pampeanos. Ahora, tuvo que volver a su trabajo anterior lavando autos en la calle, desde hace dos meses fue despedido.
“Tuve que volver a lavar autos porque la empresa en la que estaba trabajando hubo recortes por el tema de que frenaron la obra pública y no hay más trabajos para hacer”, contó Matías, durante un parate en su trabajo en cercanías de este diario.
Comentó que anteriormente también lavaba autos en el centro de la ciudad hasta que decidió hacer un curso de electricista en la EPET y pudo recibirse para progresar laboralmente. “Con eso pude entrar a trabajar en una constructora, fue un avanza para mí”, dijo Matías.
“Estuve trabajando dos años en la empresa constructora, era un trabajo re lindo, me gustaba. Me siento bastante defraudado, estaba contento porque tenía algo seguro, me alcanzaba para poder vivir. Ahora todo cambió y tengo que vivir el día a día, nada más”, manifestó, evidentemente emocionado.
“Después de hacer el curso de electricista, tenía una salida laboral, algo seguro, la importancia de la obra social que vale mucho, más que nada por los nenes y ahora se complica todo”, señaló Matías, agregando que “tengo que tener para comer porque no alcanza y hay que cuidar mucho la plata”.
El joven tiene dos hijos y su pareja trabaja como empleada de casas particulares, un sector golpeado también por la crisis, sobre todo ante la desregulación de la economía. “Se complica mucho más ahora, todo, es muy difícil la situación”, reflexionó.
Por último, contó que “hay muy poco trabajo también lavando autos y a veces no alcanza para comer, pero quiero lo mejor para mis nenes, para mi familia y no me importa el frío ni nada” y advirtió que “mucha gente ha quedado sin trabajo, muchos compañeros, algunos salieron a cortar el pasto, otros a lavar autos también, todas changas”.
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