"Mientras haya grieta va a ser imposible una reforma"
El abogado Andrés Gil Domínguez brindó ayer una conferencia en la Universidad Nacional de La Pampa, en el marco del Congreso Nacional de Derecho. Bajo el título "¿Qué Corte Suprema de Justicia necesitamos?", brindó su perspectiva sobre una reforma integral del sistema de justicia federal y los puntos necesarios para concretarla.
Su disertación cerró la segunda jornada del congreso que se está llevando a cabo en la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas de la UNLPam.
El abogado inició su exposición afirmando que "el problema que tenemos no es un problema de nombres, es un problema del sistema. En el ámbito de la justicia hay mojones que funcionan bien: Juzgados de primera instancia, Cámaras, Tribunales Superiores. Pero el problema es que el sistema no funciona bien".
En ese sentido remarcó que "hace falta una reforma integral que empiece desde el momento que una persona se inscribe a concurso para ser juez o jueza ante el Consejo de la Magistratura, pasando por todos los estamentos de designación y control, hasta el momento en que la Corte Suprema de Justicia dicte un fallo. Sino van a ser parches insustanciales".
Acuerdo político.
Gil Domínguez sostuvo que para lograr la reforma del sistema judicial "es necesario que exista un acuerdo político", y que "este acuerdo es lo que la sociedad tiene que demandar".
"Es necesario que lo que se decida se transforme en política pública. Porque en la medida en la que sigamos viviendo en las fauces de la grieta, va a ser imposible que se pueda transformar el servicio de justicia", sostuvo.
Asimismo remarcó la importancia de que el reclamo sea transversal a todas las fuerzas políticas. "Si es solo la propuesta de una facción, esta va a ser descalificada y cuestionada, y en casos en que se necesiten mayorías no se va a poder alcanzar".
"Si la política no madura de esta etapa de adolescencia permanente que genera la grieta, vamos a seguir igual, o los impulsos de reforma van a ser externos", afirmó.
Cuatro ejes.
El letrado puntualizó cuatro ejes en los cuales debería basarse una reforma judicial. El primero de ellos es la incorporación de una "paridad y perspectiva de géneros y diversidad". En segundo lugar, un federalismo "sustancial": "muchas veces escucho que se entiende por federalismo la representación formal mediante personas que nacieron o viven en el interior, y no garantiza el federalismo. Hay que ver las cuestiones desde un lugar que tenga en cuenta las texturas diversas que ofrece este país".
El tercero es la democratización de la justicia, "no a través de la politización, sino a través de una posibilidad concreta de que la sociedad se involucre en varios aspectos de la construcción de la justicia, especialmente en las decisiones que afectan a derechos colectivos". Sugirió que "una forma de democratizar la justicia es a través de un juicio por jurados. Otra forma de participación es abrir los procesos de selección de jueces y juezas a la sociedad, o posibilitar que cuando se evalúa la actuación de un juez, pueda participa activamente la persona denunciante o sectores de la sociedad civil".
Por último, consideró urgente una agenda de innovación e incorporación tecnológica a los procesos y trámites de la justicia federal.
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