Jueves 25 de abril 2024

Nuevo procedimiento inédito de Rigutto

Redacción 16/07/2023 - 00.10.hs

El pasado jueves se realizó en el sanatorio Santa Rosa una intervención cardiovascular calificada como "de altísima complejidad", con una técnica quirúrgica novedosa y de avanzada para esta especialidad. El procedimiento quirúrgico fue realizado por los cirujanos cardiovasculares del citado centro médico, encabezado por el cirujano cardiovascular Jorge Rigutto, que estuvo acompañado de los médicos Claudio Medina y José Aquino, y el equipo quirúrgico de cirugía cardiovascular de la entidad.

 

Rigutto le dijo a LA ARENA que "la operación fue realizada a una paciente de 28 años de edad”. Se trata de Luciana Naiman, una piquense que se desempeña como enfermera en el hospital Centeno.

 

Ella presentaba “una cardiopatía congénita denominada 'comunicación interauricular', la cual se caracteriza por la falta de desarrollo completo del tabique o septum interauricular que separa la aurícula derecha de la aurícula izquierda del corazón dejando un orificio en dicho tabique de grandes dimensiones".

 

"En este caso, produce un cortocircuito sanguíneo con pasaje de importante cantidad de flujo sanguíneo desde el aurículo izquierda (cavidad cardíaca de mayor presión), hacia el aurículo derecho, ya través de ésta, por la válvula tricúspide hacia el ventrículo derecho, arteria pulmonar y circuito vascular pulmonar, sobrecargando de volumen sanguíneo a dicho circuito a la aurícula y ventrículo derecho, produciendo agrandamiento de dichas cavidades cardíacas, con serios síntomas clínicos patológicos para la paciente", explicó el profesional.

 

La cirugía.

 

Respecto de la cirugía que duró más de cinco horas, Rigutto señaló que "comenzó como una operación de forma estándar, con circulación extracorpórea y la comunicación inter- auricular (orificio intracardíaco), fue cerrado utilizando un parche vascular de Gore-Tex. El componente del Gore-Tex, que es una membrana formada por politetrafluoroetileno PTFE, suturada con monofilamento de ProN4-0".

 

"Durante el procedimiento se observó en forma intraoperatoria, una dilatación funcional del anillo de la válvula tricúspide, que conecta la aurícula derecha con el ventrículo homónimo, y debido al hiperflujo sanguíneo ya mencionado y una deformación o displasia de la valva septal de la válvula tricúspide", explicó el galeno.

 

En ese marco, detalló que "la válvula tricúspide, está constituida de tres valvas o velos: septal, anterior y posterior. Dichos velos se insertan a través de cuerdas de colágeno llamadas cuerdas tendinosas, en tres músculos papilares, que cumplen la función de riendas. Los músculos papilares son anterior, posterior y central respectivamente, y se encuentran en las paredes del ventrículo derecho".

 

Displacia.

 

Rigutto señaló que en el caso puntual de esta paciente, "la displasia, o deformidad, encontrada originaría potencialmente a futuro una insuficiencia valvular tricuspidia con graves consecuencias para la paciente. Lo novedoso y complejo de la reparación fue que se utilizó un injerto de pericardio autólogo, es decir tejido de la propia paciente".

 

En ese marco, el médico señaló que "se extrajo un segmento de cinco por seis centímetros, de pericardio autólogo. El pericardio es la membrana que recubre el corazón. Esa membrana extraída se colocó durante 10 minutos en glutaraldehído al 0, 6%, para fijar el tejido pericárdico. Luego se lavó con solución fisiológica tres veces en intervalos de cinco minutos, y se procedió a extirpar la valva acetal de la paciente".

 

"A continuación se determinó minuciosamente la distancia entre las comisuras, o sea los bordes de la valva, y estas mediciones y molde se reprodujeron en la placa del pericardio autólogo, para fabricar una valva o velo nuevo, el cual se suturó al anillo valvular y se reforzó su fijación al músculo papilar septal. Esto se realizó con dos cuerdas tendinosas artificiales de Gore-Tex, que se suturaron a la valva y al músculo papilar septal, para evitar de esta forma tener que reemplazar la válvula natural por una prótesis", describió el procedimiento.

 

Técnica de Ozaki.

 

Para la preparación de la placa de pericardio se siguió la técnica descripta por el doctor Shigeyuki Ozaki, desarrollada en Japón en el año 2007. "La técnica Ozaki es utilizada mundialmente para la reparación de la válvula aórtica, pero no de la tricúspide. La diferencia en este caso, que es lo que la vuelve novedosa y auspiciosa, es que se utilizó para la reparación de la válvula tricúspide con el agregado de la complejidad técnica de colocar cuerdas tendinosas artificiales, dado que la válvula aórtica carece de dichas cuerdas de fijación, lo que facilita su reparación de esta manera", indicó el cardiocirujano.

 

"El procedimiento quirúrgico se completó con una reducción del anillo (lugar donde se insertan las valvas) de la válvula tricúspide, realizándose una anuloplastia con técnica de De Vega, para corregir la dilatación funcional del anillo valvular producida por la cardiopatía congénita (hiperflujo)", añadió.

 

Finalmente, el médico señaló que "se realizaron los tests intraoperatorios correspondientes para chequear el funcionamiento de la válvula reparada, a ver cómo había quedado, por tratarse de algo nuevo para nosotros. Los resultados fueron altamente satisfactorios, con el normal funcionamiento de la válvula y sin déficit residual", aseguró.

 

Asimismo, celebró que "la paciente, es profesional de la salud también, enfermera de terapia en el Hospital Gobernador Centeno, y afortunadamente evoluciona en forma óptima y muy estable luego de la cirugía realizada. Ya está sin respirador, y podrá ser dada de alta en los próximos días", concluyó el cardiocirujano.

 

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