Jueves 10 de julio 2025

Tomaselli, sin arrepentimiento ni memoria

Redacción 19/06/2012 - 04.38.hs
(General Pico) - La primera audiencia del juicio oral y público por el crimen de Carla Figueroa se realizó ayer. Marcelo Tomaselli, su esposo, quien antes fue acusado de violación y beneficiado con el "avenimiento", ahora es juzgado como homicida y sobre el sangriento episodio, simplemente señaló: "No me acuerdo".
A pesar que declaró "soy culpable" y dijo que se iba a hacer cargo, manifestó que "no recordaba" haber acuchillado a Carla pero que lo sabía porque tuvo "las evidencias en sus propias manos".
Tomaselli entró en la sala de audiencias rodeado por cinco policías y esposado. Pálido, con el pelo corto e inmutable se sentó junto al defensor oficial Walter Vaccaro y escuchó las acusaciones, vio las fotos del asesinato y oyó los testimonios sin muestras externas de dolor, arrepentimiento o tristeza. Sólo se conmovió cuando su propia madre testificó.
Roxana Muchiut, su mamá, narró los hechos. Contó que los días previos a la muerte de Carla, su nuera de 19 años, todo parecía normal. Su hijo Marcelo Tomaselli, de 26 años, había salido de prisión el viernes 2 de diciembre y se había reconciliado con su pareja. Los recién casados y su nieto de 3 años estaban viviendo con ella hasta que alquilasen una casa.
La mujer relató que el 10 de diciembre salió a comer con una amiga y regresó a la 1.30 del sábado a su domicilio. En la casa todo estaba silencioso y mientras el resto dormía ella se encerró en su habitación a mirar televisión. Pasaron unos 15 minutos, cuando su hijo y Carla le avisaron que iban a salir y que vigilara al niño que estaba dormido en la otra pieza. Los jóvenes se fueron. Cerca de las 2.15 horas la pareja volvió, y Muchiut escuchó ruidos en la cocina, parecía que estaban poniendo la pava en la hornalla. En seguida los dos salieron a tomar mate al jardín y la mujer pudo oír un murmullo de voces y que Carla se reía. A partir de ese momento la historia se volvió trágica. Muchiut se despertó porque su nieto lloraba de manera desesperada. Corrió hasta la habitación pero la puerta estaba cerrada con llave, golpeó y pateó hasta que Marcelo Tomaselli abrió y le entregó de manera violenta al niño, al punto que la hizo retroceder. Desde allí pudo observar a Carla que estaba parada dentro de la pieza con una mirada que pedía ayuda. La mujer, asustada, se fue hasta su dormitorio para proteger al pequeño y cuando volvió a ver a su hijo él estaba ensangrentado, "como ido", y Muchiut pidió ayuda con su teléfono celular.

"No me acuerdo".
Tomaselli declaró en el juicio pero en sus palabras nunca afirmó "yo la maté". El imputado aseguró que escuchó en la radio que él había matado a Carla, que se lo dijeron los policías que lo custodiaban en la celda cuando se despertó y no sabía lo que ocurría, o que lo supo a través de diferentes medios.
A pesar que adujo un estado de amnesia temporal, se encargó de recordar la conversación previa a la muerte de Carla. Cuando la joven le confesó que lo había engañado y que posiblemente el niño que tenían no era su hijo.
El fiscal Alejandro Gilardenghi le preguntó a Tomaselli por qué estaba el cuchillo en la habitación, el arma con que fue apuñalada 15 veces Carla, pero otra vez el imputado dijo que no se acordaba. Más tarde, Roxana Muchiut, su madre testificó que había comprado hacía poco tiempo un juego de cuchillos tipo serrucho con mango de madera y que la tarde anterior al homicidio se dio cuenta de que le faltaba uno y no lo pudo encontrar.
El testimonio del imputado apuntó a mostrarse como ajeno mentalmente al momento del ataque mortal a Carla. Su declaración muestra una sagaz sutileza. Tomaselli sabe que mató a su esposa porque se lo contaron pero en ningún momento asume la autoría.

 

Descompuesta.
El resto de los testimonios de la mañana fueron el de Walter Tomaselli, hermano del acusado, y los cuatro policías que fueron los primeros en llegar a la escena del crimen. Cuando Cristian Avila, quien se desempeña en la Comisaría Segunda, realizó un detalle de lo ocurrido y se mostraron fotos del interior de la casa donde murió la joven se produjo un malestar en el interior de la sala de audiencias.
Con las imágenes del cuerpo de Carla ensangrentado y tendido en el piso de la habitación parte del público comenzó a llorar, hubo algunos insultos dirigidos a Tomaselli y la hermana de la víctima, Soledad Reynoso, se descompuso y debió retirarse.
La joven fue auxiliada en el segundo piso de los tribunales por allegados y empleados judiciales. Pero por el ataque de nervios que la invadía se ordenó convocar de urgencia al Servicio de Emergencia Médicas, que trasladó a Soledad hasta la guardia de adultos del hospital Centeno.

 

Peritos.
A la tarde se presentaron en la audiencia los peritos que intervinieron en el caso. El médico forense Graciano Masó fue enumerando todas las lesiones que tuvo la víctima, las heridas corto punzantes que le perforaron la tráquea, el diafragma, la arteria carótida, el hígado y llegaron hasta el pericardio cerca del corazón. La causa de la muerte fue calificada como: "Shock hipovolémico".
La joven sólo tenía dos cortes superficiales en las manos que son las heridas usuales por el instinto de defensa, fue uno de los puntos que destacó Masó. A pedido de uno de los jueces interviniente, Fabricio Losi, el perito explicó que en sus casi 20 años de experiencia laboral es normal observar que ante un ataque la persona agredida tenga más lesiones en manos y antebrazos.
Por ese motivo no descartaron que Carla haya querido proteger a su hijo, teniendo al niño alzado con los brazos hacia arriba o interponiendo su cuerpo entre Tomaselli y el pequeño. Sobre estas hipótesis también coincidió luego Alejandro Morán licenciado en criminalística.
Otro de los testigos fue el médico psiquiatra Martín Telleriarte, de la Oficina Forense. El profesional hizo una descripción del acusado y mencionó que se trata de un hombre con poca madurez afectivo-emocional, con baja tolerancia a la frustración, sin sentimientos de culpa ni afligido en lo afectivo, con actitud hostil y reticencia para hablar.
Además, aclaró que el tipo de amnesia que alegó Tomaselli no coincide por sus síntomas o características con un cuadro clínico demostrable. El perito consideró que la posibilidad de un trastorno mental transitorio era improbable.
Por otro lado, el testimonio de Morán aportó más datos sobre la dinámica del hecho. Presuntamente el ataque contra Carla comenzó en la cama de dos plazas que había en la habitación, luego la víctima y su agresor se movieron y supuestamente, la joven trató de salir por lo cual quedaron manchas de sangre en la puerta. Por último, el cuerpo de la víctima quedó desvanecido boca abajo junto a la cama.
Por último, el bioquímico Daniel Paolichi, quien trabaja en Criminalística, explicó que el dosaje de alcohol y las pruebas para determinar la presencia de drogas en sangre fueron negativas. Los exámenes se realizaron en la joven fallecida y el imputado. Hoy a las 9 horas se desarrollará la segunda audiencia de debate y las partes darán sus alegatos para la sentencia final.

 

Celosa organización del juicio
La organización del juicio oral y público contra Marcelo Tomaselli, por el asesinato de su esposa Carla Figueroa, derivó en un inédito despliegue de medidas de seguridad y de exigencias a la prensa para cumplir con su labor.
La policía desplegó una cantidad importante de efectivos dentro y fuera del edificio de tribunales para la custodia y prevención de cualquier incidente. Esas medidas contrastan visiblemente con otros juicios de importancia realizados en General Pico, donde la seguridad fue mínima.
Cuando se debatió el crimen del productor rural de Caleufú, "Chiquito" Giraudo, donde había cinco imputados, la seguridad en el interior y exterior de la sala de audiencia fue mínima, incomparable con la observada ayer.
Además, desde la oficina judicial se requirió a la prensa una serie de exigencias, como no permitir transmisiones en vivo y "transcripciones de los testimonios". Inusual este segundo punto ya que han sido múltiples las coberturas periodísticas realizadas de juicios por homicidio donde se podía observar al otro día u horas después transcripciones de testimonios. Pero nunca alguna autoridad judicial cuestionó esas publicaciones.
Según se informó, los representantes de los medios de prensa que expresen su voluntad de presenciar la audiencia tendrán privilegio de asistencia frente al público, pero no será permitida la transmisión simultánea oral o audiovisual, excepto los alegatos finales y la lectura de sentencia; la grabación con esos fines requiere la autorización previa del Tribunal.

 


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