Policías, a los tiros, golpearon a un joven en el barrio Matadero
Dos policías fueron condenados por maltratar, disparar y golpear a un joven en el barrio Matadero de Santa Rosa. Según fuentes judiciales, el juez de audiencia, Miguel Angel Gavazza, condenó a los policías Mariano Oscar Ferreyra y Fabio Alejandro Bengolea, por ser autores del delito de lesiones leves agravadas por el uso de arma de fuego y por ser miembros de una fuerza policial, cometidos con exceso en el ejercicio de su autoridad o cargo, a la pena de cinco meses de ejecución condicional.
El fallo fue dictado a partir de un acuerdo de juicio abreviado presentado por el fiscal general Guillermo Sancho, la defensora oficial Mariel Annecchini y los dos imputados. Ferreyra tiene 33 años y Bengolea 36.
Además a ellos se les impusieron –como reglas de conducta durante dos años–, las de fijar residencia y someterse a “un tratamiento psicológico o psiquiátrico si el médico forense o el equipo interdisciplinario del Juzgado de Ejecución Penal así lo dispone”.
Los hechos.
Gavazza describió el hecho de la siguiente manera: el 15 de noviembre de 2014, entre las 18.30 y 19, “el Cecom 101 solicitó una presencia policial en el barrio Matadero, en Blanco Encalada y Sotelo. Al llegar la comisión policial fue recibida por Clemente Sánchez con disparos de gomera. Éste luego se trasladó a donde se domicilia su madre, en Blanco Encalada y Olguín, y desde la puerta desafió a los policías con movimientos amenazantes y portando un cuchillo, lo que obligó a Ferreyra y Bengolea a intervenir con las armas que portaban, entre ellas escopetas con las que dispararon. Como Sánchez se resistió, utilizaron la fuerza para reducirlo y llevarlo a la Seccional Primera. Esa intervención fue la que provocó a Sánchez las lesiones que dieron a conocer los médicos en sus informes”.
La versión del denunciante fue que concurrió a visitar a su madre y que, en esas circunstancias, aparecieron dos patrulleros, se bajaron cuatro o cinco policías, le pegaron en varias partes del cuerpo y lo detuvieron. También dijo que el accionar fue violento y que la policía disparó con escopetas.
Sánchez agregó que en el calabozo de la comisaría lo siguieron maltratando, hasta que llegaron otra vez cuatro o cinco policías para indicarle que por la orden de un superior podía retirarse. Así lo hizo y se fue caminando a su casa.
En su informe, el médico forense José Manuel Sansón observó que Sánchez presentaba “escoriaciones en ambas muñecas, ocho hematomas de dos por dos centímetros de coloración azulada en hemiabdomen derecho, lesiones compatibles con impactos de balas de goma en la región posterior de ambas piernas y en la región lateral de la pierna izquierda, contusión frontal derecha y aumento del tamaño del testículo izquierdo”. El denunciante fue asistido en un primer momento en la guardia del hospital Lucio Molas y de allí fue derivado a la Asistencia Pública.
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