Al menos, que mande carta
Un juez de Rosario ha dictado sentencia en el caso resultante de la denuncia de una madre. Esta mujer dijo que su marido se había marchado a España hace diez años, para mejorar los horizontes de la familia y, en particular, los de su pequeño hijo. Que tanto demoró llamarlos a compartir su nueva instalación, que ella resolvió separarse. Pero que el pequeño sufre porque el padre hasta ha dejado de escribirle o comunicarse de alguna manera con él.
Comprensivo, el juez ordenó que tal padre, en plazo perentorio, provea a su cachorro de computadora, Internet y todo lo necesario para crear un medio de comunicación regular, tal que permita que el muchacho recobre la fe en sus mayores. Al parecer, el ausente es marinero y vive embarcado, aunque tiene domicilio en España. La madre es portera de escuela y su sueldo no permite más gastos que los indispensables para sobrevivir.
Los cheques según de quién
La diligencia policial ha permitido aclarar en Santa Rosa un caso de estafa: un individuo que tenía chequeras de dos bancos locales y se dedicó a comprar electrodomésticos y artículos de uso rural "pagando" con cheques que no tenían fondos. La mercadería ha sido recuperada y el presunto estafador fue apresado.
Tal vez el hombre leyó todo lo publicado sobre otro caso (pampeano) en el que una persona ha desparramado hasta un centenar de cheques sin fondos, para comprar deuda (no bienes tangibles), y no han faltado, en su favor, miradas benevolentes y llenas de piadosa comprensión. Nadie osa llamarle "estafador".
Arena movediza en la justicia
Las arenas movedizas han sido uno de los temas explotados en los relatos y filmes de terror. Nada es peor que sentir que falla el suelo, cuya consistencia y lealtad para con nosotros damos por tan cierta que rara vez tanteamos el sitio antes de pisar.
¿Serán arenas movedizas las que forman el piso de los juzgados, de los que se dice que ciertos juicios no solo no avanzan sino que terminan como tragados por la tierra? El senador radical Sanz acaba de declararse en estado de indignación, señalando que no sólo se duermen y se hunden los casos referentes a derechos humanos, sino también los de corrupción. El senador debe estar trabajando en el esclarecimiento del caso Banelco, que seguramente le quita el sueño.
¡Cuídate de los de Arata!
Un manifestante aratense (de los que reclamaron más acción para limpiar la atmósfera que perdura luego de dos casos fatales de un mal de acción rápida) dejó una frase impactante al decirle al cronista de nuestro diario lo siguiente: "Si ven que sos de Arata, te disparan". Debe entenderse que esos que ven al aratense no disparan sus armas contra él sino que salen corriendo, ponen distancia: "se rajan". O sea que hay que remitirse a la novena acepción de "disparar" que consigna el diccionario.
Puesta la expresión en su contexto sigue siendo impactante, sobre todo por lo que revela acerca del estado de ánimo de los aratenses y, en otra escala, de la comunidad pampeana con relación a los aratenses. Como si se dijesen: ahí anda un enemigo artero y nada nos asegura que no volverá a atacar. Los médicos dicen que se ha cubierto el riesgo según las pautas establecidas. Nunca se puede hablar de un ciento por ciento de seguridad: no es alcanzable.
Artículos relacionados