EE.UU.: Los muertos que deja el sistema
Cada 12 minutos muere una persona por falta de atención médica en Estados Unidos. Esta cifra escalofriante para la primera potencia económica mundial obedece a la falta de seguro médico que afecta en la actualidad a 46 millones de estadounidenses.
Hace unos años el prestigioso Instituto de Medicina de aquel país hizo una primera estimación de los costos en vidas humanas que podría tener el vigente sistema sanitario estadounidense, donde un porcentaje considerable de la población carece de acceso a la sanidad. En 1993, este cálculo hablaba de 18.000 víctimas anuales causadas por no tener seguro médico. Más de 15 años después, y pese a todos los avances logrados en materia de ciencia y medicina, las cosas no han hecho sino empeorar. El análisis realizado en esta ocasión por científicos de la Universidad de Harvard habla de 45.000 fallecimientos anuales por el hecho de no contar con una aseguradora privada; una cifra superior a la que causan en el mismo período las enfermedades del riñón.
De hecho, el riesgo de mortalidad asociado a esta situación (incluso después de contar con factores como el tabaquismo o las enfermedades previas) es un 40% superior al de personas que sí cuentan con una póliza. "Los médicos tenemos muchos modos de prevenir enfermedades como la hipertensión, la diabetes o el cáncer", explica uno de los firmantes del trabajo, el doctor Andrew Wilper, "pero sólo si los pacientes pueden llegar hasta nuestras consultas y pueden permitirse pagar sus medicinas".
El análisis se llevó a cabo con los datos que recopilan anualmente los Centros de Control para las Enfermedades (CDC), con sede en Atlanta. El riesgo de morir por no estar asegurado era especialmente destacado entre los varones, los fumadores, los ex fumadores y las personas que valoraban su salud en las encuestas sólo como "pasable" o "pobre".
La reforma sanitaria que el presidente Barak Obama aspira a sacar adelante en los próximos meses pretende reducir la actual brecha que deja fuera de la protección de las aseguradoras a millones de estadounidenses. "Históricamente, el resto de naciones desarrolladas ha alcanzado una cobertura médica universal a través de diversas fórmulas de sanidad pública", señala Wilper. "Nuestro fracaso en lograrlo significa que 45.000 personas lo están pagando con sus vidas".
Los mecanismos por lo que un seguro afecta a la mortalidad ya han sido ampliamente estudiados en otros trabajos, pero los autores de éste sugieren tres posibles mecanismos: la existencia de ciertas patologías prevenibles que aparecen a consecuencia de una falta de acceso a la sanidad, la mala atención en el caso de las enfermedades crónicas y, último lugar, la posibilidad de disfrutar de una cobertura continuada. De hecho, explican, quienes tienen una póliza de manera intermitente (según sus condiciones económicas o laborales se lo permiten en cada momento) tienen mayor riesgo de mortalidad que quienes viven sin seguro permanentemente.
Con estos datos, el cálculo realizado en 1993 por el Instituto de Medicina de que cada 30 minutos un estadounidense muere por no tener seguro médico se queda corto. "Incluso aunque nuestras cifras sean una infraestimación, ahora una persona muere cada 12 minutos", concluyen. Y mientras sigue muriendo gente la reforma es férreamente resistida por las grandes corporaciones privadas de los seguros y la medicina.
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