Miércoles 09 de julio 2025

Poeta que se marcha y la muerte denegada

Redacción 22/01/2014 - 03.51.hs

Señor Director:
¿Por qué la muerte de un poeta provoca resonancias diferentes en una comunidad?
Ante la muerte de un prójimo, si se leen las expresiones de pésame que se hacen públicas, se advierte que el dolor solidario se dirige a los deudos. El extinto es lo que dejó de ser, el dolor es lo que entonces se manifiesta en lo que continúa siendo. En cambio, si estamos ante la muerte de un poeta reconocido como tal, la solidaridad de cuantos lo leyeron o escucharon realiza un primer movimiento como para retenerlo o negar su muerte.
Reflexiones de este tipo me sobrevinieron al saber de la muerte de Juan Gelman. Aún debo elaborarlas. El poeta parece haber creado con quienes lo conocieron una relación diferente. Al mostrarnos "sus profundos adentros" (la frase está en una breve despedida de Eduardo Galeano) puede haber despertado nuestros profundos adentros, que muchas veces permanecen desconocidos para nosotros. Se insinúan en algunos sueños y parecen llamar desde ciertos poemas que buscan colocarnos en una realidad diferente.
Dejo la rumia al lector para decir que mi relación inicial con Gelman se produjo en el ámbito periodístico y en materia de política y política internacional que también forman parte de mis quehaceres y temas. Gelman, porteño, nacido de una familia de judíos llegados desde Ucrania, adoptó tempranamente la ideología marxista y se afilió al PC, aunque luego (cuando Cuba) fue separado de ese partido. Algunos dicen que esto se debió a que había ido "más allá" de la doctrina de ese partido. Lo probable es que ni más allá ni más acá, sino que la ideología no es todo el hombre y por eso es posible que lleguemos a reconocer los valores de alguien que tiene una definición ideológica que no se comparte. Algunos han dicho que produjo una "poesía política"; aunque no digan qué entienden con esta frase, lo que sucede a estos críticos es que también creen que la política, aún la asumida con profundidad de compromiso, es todo el hombre o que anula sus otros "adentros". El propio Gelman dijo de quienes lo clasificaban como poeta político, que ellos "creen que vivo conectado a la realidad las 24 horas del día", o sea que la ideología no es toda la subjetividad del individuo. El individuo no es algo único y final. A medida que aprende a reconocer los pisos de su adentro, puede instalarse en más de uno de ellos o pasar de uno a otro en diferentes etapas de su vida. En los últimos años he leído regularmente sus columnas periodísticas sobre el momento político internacional. Su base era la del ideólogo y uno podía compartir o no sus apreciaciones, pero siempre había algo en su manera de decirlo que permitía que, aún en el reconocimiento de esa diferencia, su lector no sintiese la tentación de borrarlo (excluirlo), como hacemos muchas veces ante quien tiene ideas o creencias diferentes. No solamente la ideología, pero principalmente ella, es la generadora de adhesiones y rechazos. Como si dijésemos que "si eso es lo que piensa o lo que cree no puede ser persona digna de estima o respeto". Esta es, claramente, la conducta del fundamentalista, o sea la de quien cree que su verdad es la Verdad y que todo lo demás es desvarío o crimen. Quien lea las poesías que dedicó a su hijo después que sus restos aparecieran en un barril con grasa y cemento en l990 y con un tiro en la nuca (había sido "desaparecido" por la dictadura en l976), quizás podrá ver que hay otra mirada posible acerca de nuestro prójimo, cualquiera sea la manifestación en que lo hayamos conocido. Como ahora se insiste en decir, esa mirada es la que permite que lleguemos a visualizar y a entender el Nosotros como lugar de encuentro y reconocimiento entre el Yo y el Otro, Yo y los Otros.
Cuando se habla de poetas parece inevitable caer en un lenguaje que llega a parecer oscuro o alambicado. Puede que todo sea porque un poeta existe para que quienes lo leen sientan el rumor de sus propios "adentros".
Atentamente:
JOTAVE

 


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