Lunes 24 de noviembre 2025

Activar el movimiento

Redacción 24/11/2025 - 00.14.hs

En política, la triste propuesta de la ultraderecha global es y ha sido siempre la misma, un manual repetitivo de perversiones e involución social. Los grotescos amigos de la censura, comienzan sus aventuras públicas con tijeras y motosierras, vociferando corrupciones ajenas y achicando responsabilidades constitucionales en nombre de austeridades jamás asumidas, para luego redireccionar esos mismos recursos “no tan escasos”, hacia beneficiarios afines a sus verdaderos objetivos, alejados de cualquier paz social o bienestar general.

 

Por ese motivo “no hay plata” –ni jamás la habrá- para los sectores vulnerables de nuestras comunidades (niños, ancianos, discapacitados, enfermos), receptores indefensos de la indiferencia gubernamental, la violencia material y los ataques a sus derechos conquistados desde las “fuerzas del odio”. Eso sí, te venden la libertad de comprar y vender en el mercado como la panacea que solucionará todos tus problemas existenciales, siempre y cuando tengas con que lucrar, de lo contrario verás pasar la oportunidad de pertenecer a ese círculo de privilegiados, bajo tu exclusiva responsabilidad.

 

La única forma de ponerle freno a tanto oprobio revelado, consiste en activar una oposición instruida en una ideología alternativa y liberadora, capaz de superar ampliamente la fórmula fallida del egoísmo, reproductora de un régimen excluyente y violento. Argentina es uno de los pocos países del mundo -casi el único-, dónde aún existe una expresión política popular (no populista) defensora de esa sociedad armoniosa que todos anhelamos. Como partido político y movimiento político-social, el justicialismo nos invita a participar democráticamente en la construcción y defensa de un país justo, libre y soberano.

 

Sin crisis de identidad y con la certeza de ser la oposición más contundente ante esa derecha inhumana y conservadora que hoy “gestiona” los destinos del país (porque ya no tenemos Patria ni Nación), el Movimiento Nacional Justicialista vive en la militancia de las organizaciones libres del pueblo, que sostienen el sistema democrático con su participación de “abajo hacia arriba”, más allá de las contiendas dirigenciales distraídas en minucias de baja estofa.

 

Lo anticipó Perón en “La Hora de los Pueblos” (1968), la democracia popular terminará con la democracia liberal burguesa y comenzará el gobierno de los pueblos. ¿Y quienes son los pueblos?, son todos aquellos que se sienten trabajadores dentro de un proyecto colectivo que los aglutina con valores y aspiraciones similares. Con diferencias lógicas claro, pero sin exclusiones programadas emanadas del egoísmo, ausencia de solidaridad social o cooperación comunitaria. Un trabajador o trabajadora no pueden vivir solo para pagar deudas, merecen y pueden tener vidas mejores a las que les imponen, como ya ocurrió en otras etapas de nuestro devenir nacional.

 

Activar un proyecto de país que devuelva la soberanía política, en defensa directa de sus recursos e intereses nacionales, frente a la angurria material y división social provenientes de la acción cómplice entre agentes internos y externos; supone un acto de dignificación identitaria y liberación imperial; imprescindibles para contrarrestar el proyecto expoliador que nos imponen. Superemos el “shock” libertario con una historia de realizaciones e ideología capaces de recrear “un país mejor para todos”. El justicialismo, ese “hecho maldito” para la derecha por atreverse a cuestionar su statu quo, ha sido siempre el freno inevitable para ese virus retrógrado.

 

Tengamos memoria, muchas veces la Argentina ha sido liberada de sus verdugos, podremos hacerlo nuevamente. Sin la concurrencia oportuna de empoderamientos populares nucleados en sus respectivos espacios de representación, estamos condenados a la dictadura libertaria. La resignación vacía jamás será una salida para este infierno que vivimos. Únicamente organizados, conscientes, generosos y humildes podremos revertir la sinrazón impuesta por acciones opuestas a la unificación de voluntades nacionales que buscan el bienestar general y la grandeza de la patria… esas que nos quieren robar, como tantas otras cosas. (Silvio J. Arias, profesor en Ciencia Política y afiliado al PJ – La Pampa).

 

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