Consenso a contramano
Las corrientes mayoritarias del pensamiento económico en el mundo difieren diametralmente de la postura del gobierno libertario de marcar al Estado como un enemigo de la sociedad.
Por caso, varios premios Nobel, galardón que otorga el Banco de Suecia en Ciencias Económicas y en memoria de Alfred Nobel, han reconocido el trabajo de obras que exponen las limitaciones que tiene el libre mercado.
En 2001, Joseph Eugene Stiglitz recibió el Nobel por su investigación en teoría de los mercados con información asimétrica. Con este trabajo, Stiglitz revocó la creencia de que los mercados funcionan generalmente de forma eficiente. Además de sus aportes académicos y científicos, Stiglitz también desempeñó funciones de gestión como presidente de los consejeros económicos de la administración del Bill Clinton y como primer vicepresidente y economista jefe del Banco Mundial.
Otras de las ideas centrales de este autor considerado como un economista de la Nueva Economía Keynesiana, es que cuando los mercados operan bajo información imperfecta, lo que ocurre prácticamente en todas las economías, el reparto de los recursos no es eficiente y los sistemas o mecanismos de intervención del Estado pueden generar distribuciones más eficientes.
En 1972, Kenneth Arrow, también laureado con el Nobel por sus contribuciones a la teoría del equilibrio económico y del bienestar, consideraba que la maximización empresarial sería ineficiente para la sociedad cuando existen externalidades negativas, como la contaminación o la desigual información entre la empresa ofertante y sus clientes demandantes, entre otras fallas del mercado. Este es uno de los motivos por lo que es necesario un Estado regulador y redistribuidor de los recursos.
Otras de las contribuciones de Arrow fueron la introducción de los conceptos de riesgo moral y selección adversa, sentando las bases para la teoría de la información en la economía y la medida de aversión al riesgo.
En 2018, William Nordhaus obtuvo el Nobel por integrar el cambio climático en el análisis macroeconómico de largo plazo. Su investigación abordó el calentamiento global y el cambio climático, analizando el impacto sobre sectores económicos como la pesca o la agricultura.
Nordhaus es además profesor en la Universidad de Yale y miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, de la cual fue elegido presidente en 2013. Durante el gobierno de Jimmy Carter fue integrante del Consejo de Asesores Económicos. Es autor de varios libros y coautor junto con Paul Samuelson del texto universitario Economics así como coautor del artículo sobre la medición del bienestar y una economía sostenible con James Tobin.
En 2024, la Real Academia Sueca de Ciencias le otorgó el galardón a Daron Acemoglu, Simon Johnson y a James A. Robinson por sus estudios sobre cómo se forman las instituciones y cómo afectan a la prosperidad. Uno de los temas que plantean es la importancia de un Estado inclusivo, de derecho e instituciones sociales para el desarrollo económico y crecimiento de la sociedad.
A contramano de la corriente económica predominante en el mundo, las medidas implementadas por el gobierno libertario tienen el siguiente paradigma: lo público es un gasto innecesario, es generador de impuestos que aumentan la carga tributaria y reduce las ganancias empresariales privadas; el salario es un costo y debe ser minimizado para maximizar la ganancia; toda actividad económica debe ser privada y por cada necesidad hay un negocio; la negociación salarial debe ser directa entre el trabajador de forma individual con el empleador o patrón. Ni el sindicato ni el Estado deben interferir en los acuerdos salariales y de las condiciones laborales; y el cambio climático es una falacia ecologista y ambientalista. (Por Eugenio Montesino, docente en UBA y en UNQ en Economía y en Impuestos)
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