Increíbles deslices

Pasado el tiempo que era de esperar, el mileísmo se agrieta y derrumba cada día, en parte por su inviable plan económico (del que reniegan hasta las grandes y favorecidas empresas) sino también por sus propios e increíbles deslices protagonizados por integrantes de su partido, con el Presidente a la cabeza. Los ejemplos sobran pero algunos de ellos no solamente son repudiables sino también pasmosos.

 

El propio Presidente reafirma su infame referencia para con un niño autista –de 12 años- al que insultara públicamente a través de las redes sociales que maneja, avalando además la calificación de “boludo” que le adjudicara un diputado de su séquito, sin aceptar excusarse y borrar el “tweet” al respecto. Por si esto fuera poco, pretendió justificarse acusándolo de pertenecer a una familia “ultrakirchnerista”.

 

La demanda contra el Presidente interpuesta por el niño y su familia fue rechazada por un juez federal de La Plata con el increíble argumento de que el uso que Milei da a las redes sociales “puede ser institucional o personal, dependiendo del contenido, del contexto y de la intención del mensaje”. El falaz argumento de una doble personalidad activa y diferenciada entre la condición de Presidente y la de ciudadano ya había sido utilizada en el caso de la moneda virtual que desde hace tiempo incinera la figura de Milei.

 

La madre del joven autista lamentó el hecho y lo tildó de “muy doloroso” ya que “no piden mucho”, solo que el presidente Javier Milei borre el “tweet” de esa publicación. El fallo del juez considera que “no encuentra que el caso corresponda (…) como un ataque a la honra y reputación del menor” y que “este en su condición de activista” debía aceptar el debate, exponiendo a las claras por qué la Justicia es la más desprestigiada de las instituciones en la Argentina. Avala también el decir de un muy escuchado comentarista político de la TV: “los mileístas no solamente son ignorantes, también son brutos”.

 

Pero en todas partes del quehacer mileísta se cuecen habas de barbaridades. En el Senado de la Nación (aquella instancia legislativa que desde hace años se pone como ejemplo de la presencia de personas maduras, reflexivas y capaces) una senadora oficialista avaló –y acaso superó— al Presidente al afirmar que no creía que "los niños argentinos tengan derecho a venir al (hospital) Garrahan a ser curados" planteando que "la salud es de gestión provincial. Es una bola de nieve, es cada vez peor. Es una realidad general". Ante el repudio general usó el habitual caballito de batalla de los incapaces: dijo que “fue malinterpretada”.

 

Por cierto que en otras reparticiones oficiales son más discretos y directos en el uso de la palabra. Dos altos funcionarios prefirieron renunciar en silencio, avalando así la sospecha de que el gobierno manipula los números que tan desfavorables le son en la realidad.

 

Y hay más de estos increíbles ejemplos. En Córdoba, una candidata a diputada por La Libertad Avanza, haciendo gala de un misticismo a la violeta, calificó al multimillonario Elon Musk y al Presidente como “personas de luz”. Además, consideró a Milei como "un enviado para salvar al país”. Va de suyo que como elogio para congraciar su candidatura parece una afirmación exagerada. Se justifica que un chusco escribiera en las redes: "Si es ser de luz, avísenle a Edenor porque tiene un apagón importante”.