La mejor zurda y la peor derecha
Un funcionario dio en esta semana dos consideraciones que seguramente pasarán a la historia. La primera, largamente comentada y repudiada, fue el intento provocador de ningunear a Diego Armando Maradona en el “Día del Zurdo”. La segunda fue sostener que para el gobierno nacional la inflación es un “tema terminado”.
El caricaturesco vocero habló del tema de los aumentos en el costo de vida unas horas antes de la difusión de los datos oficiales que dieron un aumento del 4 por ciento mensual. Y encima después salieron a festejarlo como si fuera un gran logro argentino.
Evidentemente, no se necesita ser un economista diplomado para percibir que la realidad desmiente largamente a ese índice. Solo hay que recurrir al sentido común para sostener que el guarismo es mayor. Pero no es solo una “sensación”, como cuando antes se hablaba de la “sensación de inseguridad” en momentos en los que se pretendían esconder estadísticas mayores vinculadas con los delitos.
De todos modos, más allá de las percepciones que puede tener cada uno, con ir al supermercado de vez en cuando alcanza. Y si quedan dudas, bien podría recurrirse a los archivos de publicidades con ofertas de productos para darse cuenta que los precios crecieron notoriamente y que la suba no se detiene.
Lejos de la realidad.
¿Se necesitan más indicadores para pensar que ese 4 por ciento es un “dibujo”? Cada lector puede hacer un fácil ejercicio comparando tickets, si es tan ordenado como para guardarlos, o bien de boletas de servicios. La luz, el gas, la prepaga, los remedios, el alquiler, las expensas, el combustible, el transporte, cada uno puede tomar o elegir el costo que se le ocurra para comprobar que los números oficiales estarían bastante lejos de la realidad.
Por mucho menos que esto lo enjuiciaron al ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Lo acusaron de “inventar” índices menores a los supuestamente reales, en una maniobra que presuntamente ejecutaba para conveniencia de su gestión. ¿Y ahora no estaríamos ante una situación similar?
La gran diferencia parece ser de intereses. Con un gobierno de otro signo político, en este momento se ve que tirar la inflación a la baja sirve para mostrar ciertos resultados “exitosos” y de paso frenar reclamos salariales y de haberes previsionales para quienes ven día a día que lo que perciben cada vez les alcanza para vivir dignamente menos días de cada mes.
Y menos mal que vivimos en una provincia como La Pampa, en la que el gobierno dispone congelamientos de tarifas y un banco que acompaña con promociones que alivian los bolsillos y reactivan la actividad económica.
Números y más números.
El problema de este gobierno nacional es no tiene para mostrar un solo índice favorable. Consiguen superávit porque no le pagan a nadie. Cortaron coparticipaciones, obras públicas, fondos para salud y educación. Y ni siquiera así acomodaron la situación económica.
Decían que necesitaban la Ley Bases y un régimen de inversiones para arrancar. Pero seguimos esperando la “inflación cero” y la recuperación económica.
Los sectores de la alimentación y la construcción dan números espantosos. Hay capacidad ociosa en la producción industrial. En el país de la carne, el consumo por habitante es el peor de los últimos 26 años.
No tienen nada para mostrar y todo lo que les queda es provocar día por medio con alguna bomba de humo para que se hable de otra cosa. El gobierno anterior, por si fuera necesario, le dio una gran mano con los escándalos protagonizados por el ex presidente, pero con eso no alcanza. Es “pan para hoy y hambre para mañana”, en un país que ya tiene un millón de niños que se van a dormir sin cenar.
Se supone que en algún momento el pueblo se va a cansar de esperar ese cambio que nunca llega y reclamará que el reparto vuelva a ser un poco más equitativo.
Mientras tanto, hay que seguir dándole la razón a quienes dicen que Argentina es un país de grandes contrastes. Unos pocos tienen cada vez más, y cada vez son más los que tienen cada vez menos.
Y no es el único contraste: Diego dibujaba con la zurda y hacía feliz a un pueblo entero. Estos muchachos que intentaron ningunearlo siempre toman el camino contrario. Ya no tenemos a la mejor zurda y para colmo seguimos padeciendo a la peor derecha.
DANIEL ESPOSITO
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