La pampeanidad al palo
Pasó casi una semana, pero aún resuenan los ecos del recital del domingo pasado en el Anfiteatro Provincial.
La Bersuit Vergarabat mostró su vigencia y también la coherencia que mantiene el grupo a lo largo de los años. El grupo resiste los archivos, siempre caminando por la misma vereda, la de la calidad musical y también la del compromiso con las causas populares, con la verdad, la memoria y la justicia.
Pero no estuvieron solos en el escenario. La Banda Sinfónica acompañó y demostró que está a la altura. No solo tienen para mostrar historia y trayectoria, sino también una calidad instrumental tan inmensa como para estar a la par de una reconocida banda de nivel internacional, sin desentonar en ningún momento.
Fue una noche que además permitió exhibir en todo su esplendor un modelo de gestionar, ofreciendo un espectáculo de primer nivel con acceso libre y gratuito, por iniciativa del gobierno provincial y con apoyo del Consejo Federal de Inversiones. Justamente, todo lo que el gobierno nacional sostiene que no se debe hacer, porque considera que ofrecer semejante show sin cobrar una entrada sería algo así como un “despilfarro” de dinero surgido de fondos oficiales.
Esta posibilidad de disfrutar de un concierto de tal calidad se extendió aún más por otra virtud del mismo modelo, gracias a la Televisión Pública Pampeana, que ofreció una transmisión en vivo prácticamente sin fisuras. Otra faceta de una forma de gestionar que está absolutamente en las antípodas del gobierno nacional, que no solamente no quiere gastar un solo peso en los medios estatales, sino que amenaza periódicamente con fusiones y/o privatizaciones que incluyen a Radio Nacional y la TVP.
Una forma de ser.
En definitiva, la noche del domingo pasado mostró una forma de ser, que bien puede ser definida como pampeanidad. De esto mismo habló el gobernador Ziliotto en sus últimos discursos, para dejar en claro que en esta provincia hay lineamientos claros que marcan un camino. Hay cuentas claras, fondos anticíclicos, apoyo a la cultura, al deporte, a la educación, a la salud, a la producción y al empleo. Y hay un banco que fomenta la actividad económica, que ayuda al campo, a las empresas y a los trabajadores. Y también hay una tarea coordinada y complementaria con el movimiento cooperativo y con los municipios, sin mirar de qué partido político son sus intendentes. El apoyo casi unánime de hace pocos días hacia el “Estado presente” de parte de los jefes comunales habla por sí solo de un consenso que es raro observar en provincias vecinas.
Justamente, unos días antes, el intendente de Toay, Ariel Rojas, definió la situación actual con claridad. Dijo que gobernar hoy en día con una gestión nacional que corta fondos y diálogo “es una verdadera epopeya”. En realidad, ese desafío para los gobernantes también es una lucha diaria para los gobernados. Tal vez no tomemos perspectiva, pero con el tiempo nos daremos cuenta que sobrevivir en las actuales condiciones que impone este gobierno libertaria se transforma en una verdadera epopeya para todos los argentinos.
Mientras tanto, los pampeanos seguimos apostando a la democracia, y bien desde el llano, como lo mostró la gran participación que tuvo la elección para las dos nuevas comisiones vecinales en el barrio Lowo Che. Es otra arista de este modelo, una forma de cultura ciudadana que no se debe abandonar nunca más.
Pacto y estallido.
Ese último domingo con elección vecinal terminó con la gran noche del Anfiteatro. Y así como la Bersuit trajo todos sus grandes éxitos, entre ellos la exitosa “La argentinidad al palo”, ese gran concierto dejó como saldo una muestra de ese modelo distinto al del gobierno nacional, que tranquilamente podría ser denominado como el de “la pampeanidad al palo”.
Como frutilla del postre, el cantante Daniel Suárez lo simbolizó vistiendo poncho y boina, algo inusual para un grupo que siempre se caracterizó por subir al escenario con sus tradicionales pijamas. Más pampeanidad sería difícil de sintetizar en una noche, aunque tal vez a algún “hombre de campo” le haya agarrado algo parecido a la urticaria.
El tema de la “argentinidad” tuvo un bis y también unas cuantas referencias en tono crítico hacia personajes como “El Peluca”, “Toto” y “Patricia”, señalada como “la que manda a pegarle a nuestros abuelos”.
A ellos le dedicaron “Se viene el estallido” y más tarde entonaron “Un pacto para vivir”, como si fuera un presagio de la actualidad de la intensa semana que terminamos de pasar.
Mientras por estos pagos resistimos con nuestra “pampeanidad al palo”, nos queda por saber si el gobierno nacional recapacita y cambia de rumbo o si decide acelerar más fuerte hacia un camino sin salida aparente. La duda es si elige “un pacto para vivir” o que se venga el inevitable estallido.
DANIEL ESPOSITO
Artículos relacionados