Domingo 27 de julio 2025

La química de la amistad

Redacción 27/07/2025 - 00.12.hs

Este invierno o, mejor dicho, este verano boreal, estamos presenciando lo que quizá sea el éxito más frenético y espectacular que jamás haya logrado un músico popular argentino. Los protagonistas son los jovencísimos Catriel y Paco Amoroso, dos músicos que, si bien ostentan ambos una nutrida carrera discográfica como solistas o integrantes de bandas, han encontrado en la química de su amistad una fórmula que los hace irresistibles. Hay algo especial en esos dúos de amigos que se juntan para hacer arte, algo de lo que esta ciudad sabe un poco: los grafiteros "Los Guaskas" en los años '80; los teatreros "Serenito Digiovanni" y los periodistas "Violando la Norma" en los '90.

 

Exito.

 

Tocar con la Filarmónica de Los Ángeles, dirigida por Gustavo Dudamel; participar del mítico festival de Glastonbury en Inglaterra, o del Festival de Jazz de Montreaux, en Suiza. Cualquiera de esos hitos podría bien representar la cumbre de popularidad para cualquier músico, sobre todo proviniendo del trasero austral. Y estos chicos lograron todo eso... en un solo verano.

 

Catriel y Paco Amoroso probablemente no sean los compositores más originales que ha dado nuestra música popular. De hecho, sus influencias son bastante evidentes, y las llevan con orgullo: mucho soul y funk de los años '70, mucho Stevie Wonder, mucho Earth, Wind and Fire. Pero claro, esos referentes son procesados con mucha ironía, como cuando, para tararear a la manera de la canción "September", emplean repetidamente la palabra "paria".

 

Ambos son músicos más que competentes, especialmente Catriel, que tiene una voz prodigiosa y una técnica guitarrística impecable. Ambos son consumados showman, con una presencia física arrasadora, y una gracia natural. Pero probablemente el secreto de todo esté en esa química que destilan como amigos: dos atorrantes argentinos que están tomando el mundo por asalto.

 

Pequeño.

 

¿Cómo es que se disparó este fenómeno, que no pasa una semana sin dar otra sorpresa por YouTube? (ver, por ejemplo, el reciente video con los fans japoneses coreando las canciones ¡en español!)

 

Pues bien, como ya hemos sostenido en esta columna, lo que alguna vez se denominaba "industria discográfica" no existe más. Aquella noble fábrica de discos, llena de gente talentosa que se dedicaba a la caza de talentos, y a "producir" música nueva, invirtiendo en arreglos, en estudios de grabación, en publicidad... todos aquellos dinosaurios se suicidaron como auténticos pájaros dodos. El último clavo en su ataúd fue el vergonzoso acuerdo (¿capitulación?) que hicieron con los vampiros de Spotify.

 

Hoy las carreras musicales se construyen desde las redes sociales, y entre ellas, la principal es la ya mencionada aplicación de videos propiedad de Google. Busque el lector el canal de YouTube de la radio pública estadounidense (National Public Radio, o NPR) y allí encontrará una nutrida serie de videos llamados "Tiny Desk Concerts" (conciertos en un escritorio pequeño), una marca registrada del programa "All songs considered".

 

Fue en ese magnífico ámbito que se produjo, el año pasado, la actuación consagratoria de Catriel y Paco Amoroso.

 

Escritorio.

 

El famoso "escritorio pequeño" está en las oficinas que la NPR tiene en Washington, DC. Y aunque el programa se hizo famoso masivamente durante la pandemia, sus emisiones comenzaron hace casi dos décadas, en 2008. Cuenta la leyenda que Stephen Thompson, conductor de "All songs considered" estaba en un bar presenciando la actuación de la canta-autora Laura Gibson, y sufriendo la tortura de no poder escucharla por el ruido de los comensales que no paraban de hablar durante el concierto. Allí surgió, medio en broma, medio en serio, la idea de hacer pequeños conciertos, de no más de media hora, donde los músicos pudieran mostrar su arte en un formato de casi desnudez, no necesaria -pero predominantemente- acústico, sin trucos de estudio.

 

Hoy el canal de Tiny Desk en Youtube tiene diez millones de suscriptores, y más de tres mil millones de visitas. Nada mal para un programa producido desde una emisora estatal, llena de casta y de Estado profundo.

 

Catriel y Paco Amoroso no son los primeros argentinos que gozan del privilegio de esa vidriera al mundo. Hace unos años le tocó ese honor a Juana Molina, otra artista que tiene considerablemente más éxito en el exterior que en Argentina. Obvio, la cumbia no es lo suyo.

 

En la serie han habido varios conciertos memorables. Un favorito local es el de Anderson Paak, pero vale la pena también ver los de Dua Lipa, Sting y Shaggy, y el brasileño Rodrigo Amarante.

 

Ah! por cierto: el programa -como toda la NPR- está en peligro de extinción, gracias a los recortes presupuestarios de la administración Trump, que ya se ha encargado de cerrar "La Voz de América", esa radio internacional emblemática de la Guerra Fría. Son así estos motosierristas: incapaces de construir nada, se empeñan en destruir todas las buenas cosas.

 

PETRONIO

 

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