Los que atacan con impunidad

Mientras la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó por amplia mayoría una condena a Rusia por su invasión a Ucrania, muy pocas voces se levantaron en la comunidad internacional para rechazar un nuevo bombardeo de Israel a Siria ejecutado pocos días después del devastador terremoto que provocó miles de víctimas en ese sufrido país. Los misiles cayeron en un barrio residencial de Damasco, matando a 15 personas, hiriendo a varias decenas y destruyendo no pocos edificios y viviendas; habían sido lanzados desde las Alturas del Golán, es decir desde el propio territorio sirio que fue ocupado por el Estado de Israel tras una invasión militar.

Por esas mismas horas el Ejército hebreo lanzó una incursión sobre la ciudad de Nablus, en Cisjordania, matando a 10 palestinos e hiriendo a más de cien. Dos periodistas también fueron heridos mientras cubrían la operación. En lo que va de este año 59 palestinos, entre ellos diez menores, han sido muertos por balas israelíes. El desigual enfrentamiento entre una potencia bélica como el Estado de Israel y los palestinos, a quienes se les niega organizarse como Estado, le invaden y ocupan los territorios asesinando a su población, tampoco merece demasiada atención de la llamada comunidad internacional.

Israel, junto a su aliado Estados Unidos, vienen bloqueando la creación de un Estado palestino. Por eso las respuestas palestinas a la violencia colonial israelí son, necesariamente, anárquicas e individuales y toman la forma de atentados. Esos atentados son lo que usa como pretexto Israel para invadir territorio palestino, fundar enclaves propios en esos territorios ocupados y matar a la población palestina que resiste. Los "enfrentamientos" de los que habla la prensa occidental tienen en un bando a soldados armados con fusiles, carros de asalto, apoyo aéreo y misiles; y del lado palestino apenas piedras y armas de mano. La desproporción es abrumadora como también el número de bajas de ambas partes, y a pesar de que la ONU ha aprobado infinidad de resoluciones instando a Israel a respetar las fronteras previas a la guerra de 1967, la ocupación prosigue y cada día avanza más. Varios funcionarios del nuevo gobierno de derecha israelí ya ni siquiera disimulan su proyecto expansionista de arrasar por completo con Cisjordania y Gaza para crear lo que denominan el Gran Israel. Israel es el único país del mundo que no tiene sus fronteras definidas, ni le interesa hacerlo.

Frente a la queja casi diaria de los países occidentales en cuanto a las incursiones de cualquier otra nación que no integre su bloque de aliados aparece como manifiesta la hipocresía de que ninguno de ellos haya manifestado, siquiera tibiamente, su indignación por las incursiones bélicas israelíes contra sus vecinos palestinos y sirios. Con respecto a Siria ni siquiera frenó los ataques hebreos el pavoroso terremoto que acaba de suceder.

Para los gobiernos y la prensa occidentales el único villano de nuestros días es Rusia. El invasor serial EEUU y su par Israel parecen tener permiso especial para atacar otras naciones cuando les viene en gana sin rendir cuentas a nadie, ni siquiera a la ONU. Eso sí, siempre en nombre de la democracia.