México estrena nuevo liderazgo
Con la nueva presidenta, la Cuarta Transformación -las anteriores fueron la Independencia (1810-1821); la Reforma (1858-1872) y la Revolución de 1910- sigue su marcha. Sus consignas son: austeridad republicana, antineoliberalismo, disciplina fiscal y combate a la corrupción.
Telma Luzzani*
La Cuarta Transformación ha cumplido sus primeros seis años. Su impulsor, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), de 71 años, terminó su ciclo presidencial el 30 de septiembre con alrededor de 60 por ciento de apoyo popular. Dejó en su lugar a Claudia Sheinbaum, una doctora en Ingeniería Energética y Ambiental, militante de izquierda desde su juventud, quien arrasó en las elecciones presidenciales del 2 de junio pasado y se convirtió así no sólo en la primera mujer presidenta de México, sino también en la más votada en la historia de la república.
En 2018, AMLO recibió un país atravesado por un largo proceso de demolición neoliberal y con altas tasas de pobreza y desigualdad. Así lo cuenta en su libro “A la mitad del camino”, publicado en 2021, cuando -como lo indica su título- había gobernado casi tres de los seis años de su período presidencial. “Ya sabíamos que estábamos en decadencia por la aplicación, durante 36 años, de la política de pillaje llamada neoliberal”, escribió. “Pero lo que descubrimos al llegar al Gobierno no solo reafirmó nuestras convicciones, sino que superó por mucho lo que imaginábamos. El Gobierno estaba consagrado a facilitar la corrupción, y no se preocupaba ni por asomo del bienestar del pueblo. Toda su actividad consistía en privatizar y en hacer jugosos negocios al amparo del poder público”.
El bienestar de los mexicanos y la lucha contra la corrupción fueron sus principales metas. En seis años de gobierno, millones de mexicanas y mexicanos fueron mejorando paulatinamente su estándar de vida. “Los logros son concretos, medibles y evidentes”, aseguró la periodista mexicana Cecilia González. “Redujo la pobreza; contrarrestó la presión de la oposición con sus conferencias mañaneras, que le permitieron controlar la agenda del debate público; controló la inflación, por primera vez en un gobierno no hubo devaluación; las reservas son récord, y no es un presidente que se enriqueció con la corrupción, lo cual es inédito en México”.
Poder adquisitivo.
Según la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, después de 35 años estancado, el poder adquisitivo real, con AMLO, aumentó más del doble. El salario mínimo pegó un salto sideral: 120 por ciento por encima de la inflación, variable que se mantuvo (de 4,83 en diciembre 2018 a 4,99 en julio 2024) demostrando, por añadidura, que el argumento empresarial de que el aumento de salarios genera inflación es falso.
En cuanto a la pobreza, según el mandatario, en su gobierno “salieron de esa situación 100 mil mexicanos por mes”. “Que el Banco Mundial haya certificado que, de 2018 a 2023, sacamos a 9,5 millones de personas de la pobreza me tiene más que orgulloso. Pasamos de 34,3 millones a 24,7”, dijo el pasado 1º de septiembre.
A pesar de su nombre, la Cuarta Transformación no hizo cambios estructurales: no subió el impuesto a los más ricos ni intervino en los planes del sector privado. El gobierno deja las cuentas fiscales sanas, mantuvo el equilibrio macroeconómico y logró que la inversión extranjera llegara a niveles récord. La moneda se fortaleció y el desempleo llegó al mínimo: “Casi pleno empleo”, se ufanó AMLO. Pero en derechos humanos, explicó la periodista mexicana, su política fue absolutamente decepcionante.
Aciertos y errores.
Con sus aciertos y sus errores, el Movimiento de Regeneración Nacional, con apenas diez años de vida (fue fundado por AMLO en 2011 y se convirtió en partido político en 2014), hoy domina la escena política mexicana. Gobierna 24 de los 32 estados del país y la presidenta Claudia Sheinbaum contará con una mayoría calificada en la Cámara de Diputados y con una mayoría muy cerca de ser absoluta en el Senado.
“Sheinbaum llega con todas las ventajas. Ganó con 60 por ciento de los votos, a una distancia de 30 puntos de su principal rival, y llega con mucho poder: con mayoría absoluta en el Congreso y con una reforma judicial que permitirá elegir el próximo año, por primera vez en la historia de México, a jueces y a los ministros de la Corte”, analizó González.
Uno de los grandes logros de este sexenio fue la aprobación, en el Congreso (revalidada por los Estados), de una profunda reforma democrática del Poder Judicial propuesta por AMLO. A pesar del boicot de Estados Unidos, de las transnacionales y de la poderosa élite judicial, la Suprema Corte y los jueces serán elegidos por el voto popular, a partir de 2025.
Primera presidenta.
Sheinbaum (61) también tiene una larga historia política. Se acercó al Partido de la Revolución Democrática (PRD), una rama izquierdista que se desprendió del histórico Partido de la Revolución Institucional (PRI), cuando el PRI giró del neoliberalismo, en los años 80. Luego, en 2000, cuando AMLO fue elegido alcalde de México, fue su secretaria de Medio Ambiente y acompañó al dirigente cuando dejó el PRD y creó Morena. En 2018, Claudia ocupó el cargo de alcaldesa de la Ciudad de México.
Las expectativas respecto de su gobierno son enormes, sobre todo en lo vinculado a los derechos de género y el tema ambiental. El 2 de junio, cuando conoció la cifra abrumadora que la hicieron sucesora de AMLO, se refirió justamente a su condición de mujer. “No llego sola. Llegamos todas, con nuestras heroínas que nos dieron Patria, con nuestras ancestras, nuestras madres, nuestras hijas y nuestras nietas” y enumeró una serie de grandes mujeres mexicanas, encabezada por la gran erudita y escritora Sor Juana Inés de la Cruz, nacida en 1648.
En cuanto a América Latina y el Caribe, se espera que la nueva presidenta siga la línea de su antecesor de abandonar el encandilamiento neoliberal con el Norte y “mirar al Sur”, recuperando la histórica vocación latinoamericanista de México.
En un mundo convulsionado y en trasformación, México en América del Norte, la Colombia de Gustavo Petro y el Brasil de Lula en América del Sur, forman un triángulo de esperanza en la región. Será un honor que la primera mujer en presidir México sea quien consolide, con su energía, este momento histórico. (*Extractado de Tektonikos)
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