Jueves 25 de abril 2024

Mujeres sanmartinianas

Redacción 16/08/2022 - 08.45.hs

La gesta sanmartiniana que nos contaron hasta nuestros días retaceó en el lugar protagónico de las mujeres que acompañaron a San Martín en la revolución.

 

* VICTORIA SANTESTEBAN

 

Releer la historia con perspectiva de género exige detenernos en aquella historia oficial para reversionarla conforme los hechos, para que las únicas voces por entonces habilitadas al relato oficial se diversifiquen hasta alcanzarnos a todos y todas. Repasar estos hechos desde una mirada feminista, es entonces, recuperar nuestra historia e identidad, reivindicar los nombres postergados y construir discursos historiográficos con héroes y heroínas de la Madre Patria.

 

El rol de las mujeres en la gesta revolucionaria se redujo oficialmente a "hijas y esposas de" que organizaban tertulias, bordaban banderas y entonaban himnos. Esa historia solo mencionó entonces a aquellas que pertenecían a la clase social acomodada o bien a las familiares de los varones que formaban el ejército sanmartiniano. Remedios de Escalada y Merceditas son romantizadas por esta historia que las ubica como esposa e hija respectivamente del General, conforme la redacción patriarcal de sacarnos de escenarios públicos y politizados, de campos de batalla y trabajos masculinizados.

 

La Matria libre y soberana, sin embargo, se gestó también a partir de la diversificada población femenina que hizo suya la causa revolucionaria: indias, mestizas, esclavas y jornaleras se unieron al sueño libertario. Y las más acomodadas socialmente tampoco se quedaban atrás en su participación política: Mariquita Sánchez de Thompson incitó a las mujeres de su clase, entre ellas la joven Remedios de Escalada que ya noviaba con San Martín, a comprar las armas que empuñarían los soldados del general Manuel Belgrano bajo la condición que sus nombres fueran grabados en los fusiles, recuerda la historiadora Beatriz Bragoni.

 

Catorce mujeres tuvieron esa "ambición honrosa" de ver sus nombres grabados en esos fusiles, apunta Felipe Pigna en "Mujeres tenían que ser": Tomasa de la Quintana, Remedios de Escalada, Nieves de Escalada, María de la Quintana, María Eugenia de Escalada, Ramona Esquivel y Aldao, María Sánchez de Thompson, Petrona Cárdenas, Rufina de Orma, Isabel Calvimontes de Agrelo, María de la Encarnación Andonaégui, Magdalena de Castro, Ángela Castelli de Igarzabal y Carmen Quintanilla de Alvear. Y si bien en los registros figuran los nombres de las más acomodadas, mujeres de todas las clases sociales y provincias de la nación naciente hicieron sus aportes y donativos para armar la patria: cordobesas, cuyanas, tucumanas, santiagueñas, salteñas y correntinas contribuyeron en las guerras independentistas.

 

Política.

 

"La revolución introdujo un nuevo carácter a la vida social y cultural en el Río de la Plata y en la Provincia de Cuyo. La vida cotidiana de las familias de las elites como la de los sectores populares experimentó profundos cambios a raíz de la politización y movilización social. Y las mujeres no estuvieron al margen de ese proceso. Por el contrario, la atmósfera revolucionaria las condujo a tomar partido en el seno de las familias, en las plazas, el mercado y en la calle", continua Bragoni.

 

Esta revisión histórica sobre el rol femenino en la revolución advierte de su protagonismo y las diferentes formas de participación de las mujeres en la política de aquellos años. De bordar uniformes y confeccionar banderas, hasta pelear en batallas, organizar ejércitos y asistir médicamente a soldados, casi anónimamente.

 

San Martín no quería mujeres en su Ejército y menos en el cruce de los Andes, pero tuvo dos casos curiosos: Pascuala Meneses, una mendocina que se vistió de varón y se presentó como voluntaria, pero que al tiempo de ser descubierta se la hizo volver a Mendoza; y otra mujer que su condición de esclava la movilizó a unirse al Ejército sanmartiniano, la granadera Josefa

 

San Martín solicitó su libertad, pero no hay registros de si pudo conseguirla. En "Mujeres tenían que ser", el repaso de la historia argentina en clave de género de Felipe Pigna advierte otro de los roles femeninos durante la gesta revolucionaria: el espionaje. "Las mujeres también tuvieron en la epopeya sanmartiniana un activo rol como espías, tal es el caso de la Chingolito (...) también se recuerda a Carmen Ureta y a Rafaela Riesco entre otras valientes patriotas que se arriesgaban a caer en manos de un enemigo".

 

Sanmartinianas.

 

La historia que nos contaron tenía tinte paternalista también al momento de describir la relación de San Martín con las mujeres, en tanto se limitaba a mencionar a Remedios y Merceditas - a quien dedicó registrados esfuerzos para que accediera a una educación no muy usual para las mujeres de su época-. Remedios, ubicada por esa historia oficial como la "esposa de", tuvo una participación activa en el Ejército de su marido. Lo cierto es que el vínculo de San Martín con las mujeres no se redujo al círculo familiar, explica Bragoni, sino que mantuvo amistad en ámbitos culturales y políticos con mujeres, como en el caso de Rosa Campusano y Josefa Riglos. Y no puede obviarse el número impactante de mujeres (112) que integraron la Orden del Sol creada por San Martín para homenajear a quienes participaron en la causa.

 

El historiador Brewster señala que esta distinción no se limitaba a personas de élite que agasajaban al ejército victorioso, sino que, sin importar la nacionalidad, incluía a quienes trabajaban enviando mensajes, siendo espías, distribuyendo propaganda, recolectando víveres e incluso fabricando pólvora. Rosa Campusano de Guayaquil, Manuelita Sáenz de Quito, María de Guisla, Josefa Carrillo (a quien San Martín la llamó la "heroína de la independencia"), Narcissa Arias de Saavedra quien instaló un hospital en su casa de Lima para atender a los heridos en combate y Manuela Carbajal quien donó casi toda su fortuna a la causa de la independencia y pasaba información a los patriotas, son algunas de las mujeres que integran el listado.

 

Historia.

 

Las mujeres siempre hicimos historia, era sólo cuestión de que nos nombraran, no ya en el lugar romantizado y subalterno por femenino de mujeres detrás de varones, sino de protagonistas ineludibles. En un nuevo aniversario del paso a la inmortalidad del General José de San Martín, recordar su espíritu revolucionario y el arrojo heroico que hacía anteponer la causa libertadora ante cualquier necesidad individual, exige hoy reivindicar el lugar que permitió a las mujeres de la época, en tiempos donde el "bello sexo" quedaba recluido a la domesticidad. Y a la vez, en momentos de desaprendizaje patriarcal y reparación simbólica, volver a leer la historia - esta vez con perspectiva de género- recupera la valentía de las mujeres revolucionarias y su rol imprescindible en el surgimiento de nuestra Nación.

 

* Abogada, Magíster en Derechos Humanos y Libertades Civiles

 

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