Viernes 22 de agosto 2025

No es cualquier elección

Redacción 22/08/2025 - 00.31.hs

No se trata de una elección más de medio camino sino que está en juego la reconversión total del país.

 

Eduardo Lucita *

 

Acordadas las alianzas políticas y las listas de candidatos –en un espectáculo lamentable que alimenta el abstencionismo y que dejó expuesta la implosión del sistema de partidos surgido de la crisis del 2001- se ha ingresado en el último tramo de la carrera electoral.

 

Nunca desde el 83 hasta ahora unas elecciones legislativas nacionales tuvieron la importancia de las que se sustanciaran este año. Nunca fueron tan decisivas, más aún luego de las derrotas sufridas por el oficialismo en la cámara de diputados, a tal punto que se las monitorea día tras día. Tal vez porque nunca se dieron bajo un gobierno de la naturaleza del actual, que las ha planteado como un plebiscito. De su gestión y de la orientación general.

 

No es solo ajuste.

 

Quienes al principio del gobierno de Milei enunciaron la teoría de “la fruta madura”, que ahora han mutado a “que esto cae solo” o “no llega a octubre”, o quienes ponen el acento en la política de ajuste (cierto es que en este año y medio de gobierno el ajuste ha sido lo preponderante) o en que “los números no cierran” (volatilidad cambiaria, dificultades para renovar deuda en pesos) dejan de lado que el ajuste (estabilización de la economía en términos de los neoclásicos) es solo un primer paso de algo mucho más amplio. La eliminación y recorte de políticas públicas, el cierre y la fusión de organismos del Estado, el ataque sistemático a periodistas, a personalidades de la cultura, de las artes y a los científicos, a la agenda progresista, las desregulaciones al por mayor, son todos indicios de que lo que está en curso es una reestructuración de la economía, la política y la cultura acompañada por el intento de un cambio de régimen político en el país. Dicho de otro, modo Milei y compañía no están solo para administrar la crisis y hacer negocios, sino que vienen a resolverla en los términos del capital internacional y de los grupos de poder locales. Todo en una deriva autoritaria del régimen de la democracia liberal, y una inserción internacional totalmente subordinada al imperio y a las grandes corporaciones globales.

 

Es en este sentido que no se trata de una elección más de medio camino sino que lo que está en discusión es la reconversión total del país.

 

Lo que está en juego.

 

Si se comprende lo que está en juego, si se comprende que estas elecciones no son solo importantes para el gobierno, sino también para el campó popular, se comprenderá entonces que los resultados que arrojen las urnas en octubre definirán los movimientos de las principales variables financieras en el corto plazo y también pueden o no consolidar la política del gobierno en el largo plazo. En este contexto el abstencionismo es expresión de un inconformismo pasivo, o de una despolitización que solo favorece al oficialismo. Lo primero es combatirlo y promover el voto contra Milei, más allá de quienes votaremos a la izquierda.

 

En los últimos tiempos varios colectivos del conurbano bonaerense y también de CABA que discutían abstenerse han ido virando su posición y crece el “Vote contra Milei” o “No vote a Milei”.

 

Provinciales.

 

Claro que en el camino están las elecciones provinciales del 7 de septiembre, que a medida que se acerca la fecha cobran mayor significación, ya que los resultados pueden impactar en las nacionales de octubre. Serán totalmente atípicas. Por primera vez van desdobladas de las nacionales, se votará en 8 jurisdicciones bajo un ley provincial. Por si algo faltara la ponderación, la relación entre la cantidad habitantes y la elección de escaños, no responde a la realidad poblacional actual. Así se abren interrogantes: ¿Qué coalición se considerará ganadora? ¿La que obtuvo más votos, la que ganó más jurisdicciones o la que obtuvo más escaños? Todo en un contexto en que distintas encuestas arrojan un empate técnico, aunque otras dan ganador al peronismo. Por otra parte ¿Qué pesará más la macro o la micro? Dicho de otra forma ¿La nacionalización que busca el gobierno o el peso de lo local (intendentes) y la gestión de Kicillof?

 

Nacionales.

 

En el orden nacional, todas las encuestas dan ganadora a LLA (habrá que comprobarlo). No será lo mismo si obtiene un triunfo holgado (40% o más de los votos emitidos) o si alcanza un resultado que podemos llamar neutro (entre 35 y 39%).

 

En el primer caso el proyecto Milei se consolidaría, el Círculo Rojo renovaría su apoyo y las derechas institucionales virarían nuevamente a su favor sin mayores matices y las reformas estructurales tendrían vía libre. Crecerían las posibilidades de conformar un bloque de poder. Mejoraría su representación en las cámaras de diputados y senadores, aunque no lograría obtener mayoría parlamentaria en ninguna y se reforzaría la reelección para el 2027. En el caso de un resultado neutro continuarían las dificultades para gobernar la crisis y la volatilidad de los mercados. El Círculo Rojo tomaría una relativa distancia mientras que las derechas institucionalistas continuarían con su comportamiento errático frente al gobierno y profundizarían sus proyectos actuales de cara al 2027. En el parlamento mejoraría su representación.

 

Tormenta financiera.

 

Sin embargo, el gobierno que ya estaba a la defensiva desde las derrotas sufridas en el parlamento se encuentra ahora arrinconado por la situación financiera. Lo que los mercados esperaban sucediera en los días cercanos a la elección de octubre se adelantó. Producto de una mala praxis del BC (según se comenta por una orden de presidente Milei contrariando lo que pensaba el ministro Caputo) el desarme de las Lefis (letras financieras por unos 15 billones de pesos) obligó a subir fuerte las tasas de interés y a aumentar los encajes bancarios para retirar dinero de la plaza. A pesar de esto, en la nueva licitación de letras el BC solo logró renovar el 61%, (quedaron flotando unos 6 billones de pesos) obligando a subir nuevamente las tasas (algo más del 70%) y a aceptar encajes remunerados (mayor pago de intereses), todo para evitar una corrida sobre el dólar. Algunas estimaciones muestran que ya se estaría pagando más de intereses que en jubilaciones y pensiones.

 

Estas medidas no solo profundizarán la caída del consumo y de la economía, sino que encarecerán el capital de trabajo de las empresas, aumentarán el costo del crédito bancario y golpearán fuertemente a quienes refinancian los saldos de sus tarjetas de crédito. Todo hace previsible un aumento de la morosidad y dificultades en la cadena de pagos. ¿Impactará esto en la decisión de los votantes?

 

El ministro Caputo ha reconocido en estos días que todo es transitorio para llegar hasta las elecciones. La situación abre interrogantes: ¿Llegarán hasta octubre? Y si llegan, ¿qué pasará después de las elecciones? Por último, ¿cuál es el límite de la paciencia social?

 

Estas elecciones no solo una elección más.

 

* Integrante de EDI (Economistas de Izquierda).

 

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