Sabado 23 de marzo 2024

Poderosa y profunda

Redacción 26/06/2022 - 10.19.hs

Por Horacio Verbitsky

 

Dos cantos entretuvieron a la multitud. Uno, con predominio femenino decía:

 

¿Y para cuando

 

van a entender

 

que no fue magia,

 

nos conduce una mujer?

 

El otro fue el clásico:

 

Unidad

 

De los trabajadores/ trabajadoras

 

Y al que no le gusta

 

Se jode, se jode

 

Salvo Perón en el campo nacional y popular, y Alsogaray y Martínez de Hoz desde su contracara liberal y oligárquica, el liderazgo político argentino ha sido reticente a la hora de fundamentar las políticas que postula y ubicarlas dentro de un contexto global. En esta época, sólo Cristina encara ese desafío, que exige exponer en términos accesibles a todos y al mismo tiempo resistentes a la crítica académica, y que connota el siempre presente riesgo de algún dato erróneo o algún concepto polémico, que luego sirva para deslegitimar el núcleo del mensaje. Una semana después no han dejado de reverberar los ecos de lo que planteó, poderosa y profunda como nadie.

 

Identidad de clase.

 

Ella contó que la idea inicial era "Recordando a Belgrano", pero que Hugo Yasky sugirió hacer eje en su vigencia para hablar de mercado y precios; producción, trabajo y política social en una Argentina bimonetaria. Nada menos.

 

La principal preocupación que registran todos los sondeos sociológicos es la inflación, y ese fue uno de los ejes que Cristina eligió para sus palabras. Antes de ella, Jorge Ferraresi y Yasky habían fijado un marco del que no se puede prescindir al analizar las afirmaciones de CFK. Ferraresi contó que, ante el avance de la inflación y el magro financiamiento del estado municipal de Avellaneda, anunció que se duplicarían las tasas a las grandes empresas. Cuando protestaron convocó a la movilización popular. En la posterior mesa de diálogo se acordó que el aumento no fuera del 100% sino del 50%. Con los recursos así obtenidos, incrementó la remuneración de los trabajadores por encima de la inflación, lo que a su vez incentivó el consumo y la actividad económica. Más allá de la anécdota, atribuyó su actitud a la conciencia de clase. Citó como ejemplo al entonces presidente de la Unión Industrial, Miguel Acevedo, quien en 2019 dijo que votaría por la reelección de Maurizio Macrì, pese a que había sido el peor gobierno del último medio siglo. Esto recuerda la frase célebre del canciller de Franklin D. Roosevelt, Cordell Hull, sobre Tacho Somoza: "He may be a son of a bitch... But he is our son of a bitch!!".

 

La movilización y la salida política.

 

Yasky recordó la resistencia popular al "gobierno de los ricos para los ricos", en la que se forjó la unidad entre dirigentes de distintas organizaciones. El Hugo blanco fue pionero en ese sentido, hace ya 15 años, cuando coordinó con el Hugo negro un paro conjunto de la CGT y la CTA en repudio por el asesinato en Neuquén del maestro Carlos Fuentealba. Esto implicó un apartamiento del exclusivismo impreso hasta entonces por Víctor De Gennaro, quien hoy ocupa una banca por el Frente de Todos en el Concejo Deliberante de Lanús. Fruto de esa trayectoria, lo escuchaban en la primera fila el secretario general de la CGT, Pablo Moyano; el dirigente de la Corriente Federal Sindical, Sergio Palazzo; el secretario adjunto de Smata, Mario Manrique; el canillita Omar Plaini; los docentes Sonia Aleso y Roberto Baradel; el curtidor Walter Correa. Yasky reconoció la batalla cultural que las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo ganaron contra la lógica del genocidio y destacó la presencia de empresarios pequeños y medianos, con quienes "tenemos que enfrentar las políticas de la especulación financiera, del hambre, de la exclusión". También postuló que se debe ser autónomo de los patrones pero no neutral ante las opciones políticas, y reivindicó el liderazgo de Cristina. Su reclamo por la libertad de Milagro Sala y el homenaje al recién desaparecido dirigente metalúrgico Victorio Paulón, uno de los titanes en la búsqueda de la unidad sindical, no fueron menciones nostálgicas, sino mensajes de actualidad.

 

Consignó que en el video que la CTA había compilado, faltó el acto del 13 de abril de 2016 en Comodoro Py, cuando Cristina habló de construir la salida política, la Unidad Ciudadana, sin la cual la resistencia al neoliberalismo se hubiera encerrado en un callejón sin salida, porque sin "un horizonte de proyecto común, para poner a un pueblo de pie", la sola movilización "muchas veces termina siendo aprovechada por la derecha".

 

Unidad y correlación de fuerzas.

 

Dijo que la necesaria unidad no es contradictoria con decir las cosas que no andan bien y señaló que es tan importante tener en cuenta la relación de fuerzas como imaginar los caminos para modificarla, porque de otro modo puede repetirse la experiencia de Brasil, donde el derrocamiento de Dilma fue posible porque se aplicaron políticas demasiado próximas al neoliberalismo. Caracterizó esto como vaciarse por dentro, resignándose a las limitaciones. La clave para impedirlo está en la movilización popular. "Ellos nos quieren convencer de que hagamos lo que hagamos vamos a perder. Es la vieja política de la clase dominante en la Argentina. Siempre perdemos, y nosotros tenemos que demostrar que no". El 17 de octubre de 1945 el pueblo revirtió la correlación de fuerzas más adversa, con Perón encarcelado, la oligarquía mandando, la prensa diciendo que el que saliera a la calle tenía que ir preso. "La clase trabajadora no pensó en reunirse con los empresarios a ver si podían acordar condiciones para que el líder saliera. No pensó en un habeas corpus. El pueblo salió a la calle y el propio Perón, que estaba pensando quizá que su destino iba a ser vivir su amor con Eva, encontró que la libertad brotaba de un acto de rebeldía, de los que hasta ese momento eran negados como ciudadanxs". De regreso al presente, reclamó la recomposición del ingreso de trabajadores y trabajadoras, con un aumento de suma fija como el que dio Néstor Kirchner en 2003. "Acortar los tiempos de la recomposición y después discutir en paritaria. No podemos tener compañerxs que no puedan llegar a fin de mes teniendo empleo. Acá tenemos toda la capacidad, acá tenemos la fuerza de la clase trabajadora, la CGT, la CTA, los movimientos sociales, acá tenemos compañerxs dispuestos a pelear y tenemos una compañera que condujo nuestra lucha, nuestro horizonte de construcción, después que Néstor nos dejó. Tenemos que estar convencidos que de aquí en más vamos a salir como siempre salió el pueblo argentino, a decir que no hay derrota, porque cuando los trabajadores tienen una síntesis política, y una conducción es posible construir la libertad y la liberación de nuestro pueblo".

 

Las causas de la inflación.

 

Luego de una reivindicación del rol del Estado en la crisis global de 2008 desencadenada a partir de la quiebra de Lehman Brothers, y en 2020 con la pandemia, Cristina la emprendió contra las explicaciones del liberalismo para la inflación.

 

1. Que la causa es el déficit fiscal.

 

Sin embargo, 12 de los países del G-20 tienen un déficit fiscal primario y total superior al de la Argentina: la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Inglaterra, Francia, Canadá, India, España, China, Italia, Australia y Alemania.

 

2. El déficit comercial

 

No hay país en el mundo con mayor déficit comercial que Estados Unido, mientras la Argentina figura con superávit comercial. En ese punto se permitió uno de sus comentarios irónicos: "Ah bueno, pero tiene la maquinita que imprime los dólares. Y además, para ayudarlo, tiene unos cuantos portaviones. Entonces, mis queridos amigos y compañeras, el déficit que es un concepto económico no matemático, no necesariamente es el causante de los desmadres económicos y de la super inflación".

 

3. Incremento de la demanda por exceso de plata.

 

Frente a esto, la receta liberal es reducir los sueldos. Sin embargo, no hay grandes salarios ni capacidad de compra de los trabajadores (en 2015 participaban en el 51% del PIB y ahora se acercan al 40%) ni se usa demasiada capacidad instalada, que en todos los sectores de la industria es inferior a la de 2015. En cambio, la vicepresidenta propuso observar

 

4. Las ganancias de las empresas.

 

Citó el caso de una alimenticia, cuyas utilidades entre 2019 y 2021 crecieron más del 400% y otra de insumos difundidos, que en 2021 ganó 224% más que en 2019. Aunque no las nombró, hablaba de Molinos y de Techint. También desechó la incidencia en la inflación de

 

5. La presión tributaria.

 

La nómina mundial de presión tributaria la encabeza Francia, con el 47%, seguida por la Dinamarca de Birgitte Nyborg y por Bélgica. La Argentina aparece muy lejos, con el 28%. En cambio, hay otros ranking donde la Argentina se sube al podio. Por ejemplo,

 

6. Evasión fiscal.

 

Dijo que la Argentina era tercera en el mundo, sólo precedida cabeza a cabeza por Guyana y Chad, seguidos por Malta, que es uno de los destinos de la triangulación de exportaciones de la soja argentina. Ese dato, que una semana antes figuró en un informe del Instituto Patria, es objetado por tributaristas también identificados con el kirchnerismo. Afirman que proviene de un trabajo de 2017 de Tax Justice International, que luego lo rectificó y que los datos corresponden a 2013.

 

7. Formación de activos en el exterior.

 

El mismo tercer puesto ocupa la Argentina en la lista de países con mayor formación de activos en el exterior, lo que vulgarmente se conoce como fuga de capitales. De este modo, agregó, nos acercamos al verdadero gran problema del país, que es

 

8. La economía bimonetaria y la escasez de dólares.

 

La Argentina produce dólares, pero una alta proporción se evaden. Mencionó entonces

 

9. El festival de importaciones.

 

Para ponerle límite es imprescindible la coordinación entre el Ministerio de la Producción, que autoriza cada importación; el Banco Central, que provee las divisas al cambio oficial; la AFIP, que a través de la Aduana fija los precios de referencia y controla que no los inflen para las importaciones ni los encojan con las exportaciones. El control no debería ser muy difícil ya que el 75% de las importaciones lo realizan apenas 600 empresas. Ante el patético silencio de todos los involucrados, la portavoz presidencial intentó negar que existiera tal festival y dijo que las importaciones aumentan por el crecimiento industrial. Ignoró el aumento vertical de las importaciones de bienes terminados de consumo, que desplazan producción local, y el adelanto de operaciones al valor actual del dólar. Los ejemplos sobran: el mes pasado, la Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos había alertado a los ministros económicos (Guzmán, Kulfas y Domínguez) que las importaciones de carne de cerdo crecieron 106% respecto de 2021 y 210% sobre 2020, con una dilapidación de divisas por 50 millones de dólares.

 

10. El endeudamiento externo

 

Cristina recordó que otro 20 de junio, de hace cuatro años, el FMI anunció el mayor préstamo de su historia concedido al gobierno de Macrì por 50.000 millones de dólares. Junto a los más de 100.000 del endeudamiento privado constituyen el verdadero fundamento del proceso inflacionario. En el endeudamiento, que precede a toda crisis económica e inflacionaria, "juega la economía bimonetaria. Porque cuando se acaban los dólares o cuando el mercado atisba que no va a haber dólares comienza la carrera por la devaluación y apretar entonces. Por eso comienza la brecha, la brecha entre los dólares financieros, el famoso dólar blue que hoy hacen pingües negocios entre ellos con las importaciones". Esta economía bimonetaria necesita dólares para pagar las importaciones que todavía nuestro aparato productivo demanda para tener actividad pero también para la fuga al exterior y el atesoramiento porque salvo las transacciones domésticas, "para comprar una casa o un departamento te piden dólares. Esta es la economía y este es el drama. Entonces cada vez que el país se endeuda en dólares la economía bimonetaria hace saltar al país por los aires".

 

11. El partido judicial

 

Cristina reveló que varios juzgados en lo contencioso administrativo habían otorgado medidas cautelares por las que se ordenó al Banco Central la venta de dólares al precio oficial para importaciones que el Poder Ejecutivo no había autorizado. Desde que comenzó 2021 se otorgaron autorizaciones por casi dos mil millones de dólares. El diario Ámbito Financiero identificó a los juzgados 6, 8 y 9, de Enrique Lavié Pico, Cecilia Gilardi Madariaga de Negre y Pablo Cayssials como los campeones de este torneo y describió la táctica usada por las empresas: si el sorteo lleva la causa a otro juzgado desisten y vuelven a presentarse, hasta que la bolilla caiga en el 6, el 8 o el 9, algo que bastaría una acordada de la Corte para prohibir.

 

Lavié Pico ha dictado medidas que interfieren no sólo con facultades del Poder Ejecutivo, sino también del Congreso y de la Procuración General. Fue denunciado ante el Consejo de la Magistratura por una cautelar en favor de Daniel Angelici, considerando confiscatorio el aumento del impuesto a las ganancias para los juegos de azar. Su récord fue declarar inconstitucional la Constitución, cuando Elena Highton se negó a dejar su asiento en la Corte Suprema de Justicia al cumplir 75 años.

 

Cayssials anuló la adecuación obligatoria del Grupo Clarín a la ley audiovisual; permitió al gobierno de Macrì utilizar la base de datos de la Anses para sus comunicaciones publicitarias; declaró inconstitucional la gratuidad universitaria y el ingreso irrestricto; admitió la remoción de la Procuradora Gils Carbó sin juicio político; ordenó no aplicar la resolución que obligaba a contadores y abogados a informar sobre tácticas de elusión y evasión de sus clientes; y convalidó el aumento del 300% en las tarifas del agua.

 

Madariaga de Negre fue la primera jueza que concedió una cautelar contra la contribución solidaria sobre las grandes fortunas, porque afectaría el derecho de propiedad de un directivo de Globant. Durante el gobierno de Macrì decidió que la AFIP no debía informar sobre reembolsos tributarios en puertos patagónico.

 

12. El secreto fiscal

 

CFK se refirió a la discusión sobre el secreto fiscal. "Es un yeite maravilloso. El Banco Central te dice no, hay secreto bancario; la Comisión Nacional de Valores te dice: no, hay secreto bursátil. Y la señora AFIP te dice: no, hay secreto fiscal. Entonces los que tienen y los que han tenido la sartén por el mango y el mango también están de fiesta. Muchachos, este es un Estado estúpido, un Estado donde no se articula la información que tiene el Banco Central con la información que tiene la CNV con la información que tiene la AFIP (...) y tampoco hay voluntad ni actitud de cambiar las cosas para desarmar lo que ha constituido una verdadera estafa de los argentinos". En su conferencia de prensa, Cerruti terminó por admitir que es necesaria la coordinación interinstitucional.

 

En los días siguientes, varios fallos judiciales respondieron a las palabras de Cristina:

 

- La Corte Suprema rechazó una decena de recursos de Cristina en la causa de Vialidad, donde se la acusa de defraudación y Asociación Ilícita, por la adjudicación de 51 obras a empresas de Lázaro Baez en Santa Cruz.

 

- El aún fiscal Carlos Stornelli dispuso archivar la investigación sobre contrataciones de la obra social del Poder Judicial, que depende del juez Juan Carlos Maqueda. Pero el juez Ariel Lijo de todos modos ordenó medidas de prueba.

 

- La Cámara Federal de Córdoba declaró nulas las actuaciones del fiscal Enrique Senestrari y de la querellante AFIP contra una banda de evasores y lavadores de dinero mediante facturas truchas, porque se habría violado el secreto fiscal. Uno de sus usuarios era Nadie Argañaraz, el tributarista en el que se basan las cámaras patronales para alegar que las empresas están sofocadas por 164 impuestos. Confirmaron la nulidad, que protege a los evasores, los jueces Graciela Montesi y Eduardo Ávalos. "Otorgarle al secreto fiscal una protección más allá de lo que establece la letra misma de la ley, es efectuar un blindaje que solo beneficia a quienes valiéndose de estas formalidades o ritualismos excesivos -que sólo surgen de una interpretación de la ley-, cometen un sinnúmero de ilícitos fiscales y tributarios, que conducen a que cada día las evasiones contra el Estado Nacional sean multimillonarias".

 

La Corte Suprema tardó tres años en responder los recursos de Cristina, de modo que el juicio público vuelva a coincidir con el proceso electoral, como ya ocurrió en 2019. Entonces, el efecto buscado se frustró, por el anuncio del 19 de mayo sobre la designación de Alberto como candidato. Ahora se presume que a fin de año concluirán los alegatos, y que el Tribunal Oral pronunciará su fallo después de la feria de enero, en plena campaña proselitista.

 

Con el método Ollendorf, la Corte dijo que el cargo de vicepresidenta no implica gravedad institucional, porque todos los ciudadanos son iguales ante la ley, cuando la defensa nunca utilizó ese argumento. La gravedad, sostuvo, proviene de la acusación de que los gobiernos de 2003 a 2015 constituyeron o permitieron una Asociación Ilícita para cometer delitos y que los instrumentos fueron las leyes de presupuesto que los legisladores fueron obligados a aprobar. Si esto se aceptara podría producirse una nulidad en cadena de actos de gobierno, de consecuencias institucionales inimaginables. Al descartar la gravedad institucional, la Corte omite que esa doctrina fue un invento de 196o, que le permitió rechazar la demanda de Jorge Antonio para que le devolvieran seis autos y dos embarcaciones, retenidas bajo la acusación nunca probada de ser testaferro de Perón.

 

Al rechazar medidas de prueba esenciales (el 80% de las propuestas por la defensa), como el peritaje de las obras realizadas, y aceptarse como perito a Eloy Pablo Bona, de probada y manifiesta hostilidad hacia la familia Kirchner, se viola el derecho de defensa en juicio. Sobre Bona, la Corte guardó silencio, y respecto de la limitación de la prueba, sólo dijo que a la fiscalía también le había negado medidas propuestas, pero no analizó la importancia de las requeridas por cada parte. Ya en 2011 el juez Julián Ercolini se había declarado incompetente y remitido la causa a Santa Cruz, donde en dos expedientes se declaró que los hechos denunciados no constituían delito. ¿A qué se reducen entonces las garantías de cosa juzgada y ne bis in idem? Además, luego de un lustro en que intervino la sala I de la Cámara de Casación, la causa fue derivada a la sala IV, donde esperaron a Cristina los asiduos visitantes de Macrì, Gustavo Hornos y Mariano Borinsky. Poco antes, el fiscal general José Luis Agüero Iturbe desistió de apelar el fallo que había considerado que esas visitas no constituían delito. En un dictamen que hace sonreír por la proliferación de errores (cusa por causa, asilada por aislada, singo por signo, reciente por resiente, pero por peor, hecha por echa), Agüero dice que continuar la causa implicaría "profundizar la ya esmerilada dignidad del Poder Judicial" y "socavar la investidura de un ex mandatario", o sea "derruir la estructura republicana y la división de poderes" (sic). También rechazó recibir testimonio del personal en funciones que pudiera haber presenciado las reuniones porque podría autoincriminarse.

 

Al rechazar los recursos de Cristina, la Corte Suprema reemplazó su habitual lenguaje por una serie de descalificativos, ironías y sarcasmos, con una terminología agresiva y desafiante.

 

Esa redacción confrontativa y virulenta demuestra una clara intencionalidad política. Para rechazar el argumento defensista de que estos hechos ya habían sido juzgados, la Corte buceó en su océano de jurisprudencia sobre ne bis in ídem, y solo pescó como precedente un recurso rechazado al dictador Jorge Videla, y además le añadió un fraseo mordaz e insidioso. Más que un fallo de la Corte Suprema, estas resoluciones parecen parte de la acusación fiscal, convalidan todo lo actuado en las instancias anteriores y señalan la orientación que debería seguir el tribunal de juicio. El prejuzgamiento es tan ostensible que ni siquiera deberían descartarse recusaciones cuando la condena en ciernes sea recurrida ante la Corte.

 

En plan de escándalo.

 

Sobre el final de su exposición en Avellaneda, Cristina hizo una escueta referencia a los piquetes y los planes sociales. Recordó que eran obra de las políticas neoliberales de la década de 1990 y cuantificó que al asumir Néstor Kirchner en 2003 había 2.200.000 planes, lo cual coincidía con una desocupación del 22%. Al terminar su gobierno, en 2015, quedaban 220.000, se habían reducido junto con la desocupación. Pero hoy, con el 7% de desocupación hay 1.300.000 planes. Sostuvo que el Estado debe tener el control y auditoría de las políticas sociales, así como del uso de la fuerza, que no puede tercerizarse, calificó que "eso no es peronismo, el peronismo es laburo, trabajo" y enfatizó, "si Evita los viera. Mamita".

 

Las pantallas y páginas de los medios que siempre vituperaron a los piqueteros se abrieron con generosidad para que sus líderes se declararan ofendidos por la presunta estigmatización de Cristina a los trabajadores y en especial las trabajadoras de lo que llaman "la economía popular", cuando la vicepresidenta sólo habló del control y la auditoría estatal de las políticas sociales. En diversas entrevistas, el jefe evitero dijo que adoraba a Cristina, una reverencia inevitable para él, porque ese es el sentimiento de sus bases, la contradicción principal que no puede superar. De este modo, consiguieron que una cuestión secundaria desplazara de la atención pública las de fondo que Cristina planteó en Avellaneda.

 

Un informe del Centro de Economía Política (CEPA) señala que la baja de la desocupación del 11% al 7% entre fines de 2020 y de 2021 no se reflejó en una disminución de planes asociados a cooperativas (Potenciar Trabajo) que por el contrario crecieron un 56%, de 780.000 a 1,2 millones, cuando no deberían pasar de 310.000 si se proyectara la misma relación del último cuatrimestre de 2015 respecto de la desocupación.

 

El fondo del conflicto es político. Los eviteros anunciaron que se proponen formar un partido para competir en elecciones, cosa que ya habían anticipado en La Matanza, donde la esposa de Papá Noel desearía enfrentar a Fernando Espinoza y Verónica Magario. Por alguna razón piensan que tendrían más éxito que en tentativas previas. Mientras, se abstienen de participar en los debates de fondo que planteó Cristina.

 

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