Sabado 12 de julio 2025

Preocupantes episodios

Redacción 11/07/2025 - 00.35.hs

El acontecer pampeano se ha visto sorprendido durante las últimas semanas por sucesos hasta ahora poco frecuentes en la provincia: violencia escolar en el nivel secundario. La referencia no apunta a los encontronazos que desde siempre y por un u otra causa concretaban los adolescentes, aunque sin pasar a mayores. Ahora el problema, que se ha hecho evidente en su repetición, aparece con trasfondo de rencores u ofensas y revistiendo formas decididamente peligrosas.

 

Basta repasar los últimos acontecimientos para advertir que poco tiene que ver la casualidad en estos sucedidos y que, latentes o evidentes hay motivaciones varias. Es cierto que una mirada global sugiere una interpretación de otra índole. Tal como dijera recientemente una autoridad gremial de los docentes, los casos recurrentes de episodios violentos en escuelas de la provincia están vinculados con una complicada situación vivida en el plano económico y social del país y ”no corresponden propiamente a los establecimientos educativos sino a lo que pasa en la coyuntura”.

 

La interpretación parece acertada, ya que desde hace meses el país sufre un acontecer de violencia originada en las más altas esferas de gobierno a través de distintas formas y medidas que bajan al pueblo sin pudor alguno. Por cierto que es de un nivel peligrosísimo un suceso como el que se diera semanas atrás en Santa Rosa, cuando tres jóvenes “patotearon” a otro muchacho y lo hirieron con un destornillador, elemento muy cercano a un cuchillo en cuanto a su uso indebido, pero qué queda por decir de una alocución del presidente de la República que pide un mayor odio para con los periodistas, obviamente apuntando a quienes no coinciden con él. Simultáneamente, haciendo gala de su desprecio por el idioma y por los hablantes, desgrana una catarata de groserías de marca mayor que directamente asombran en boca de la máxima autoridad del país, que desaprensivamente maneja una palabra tan peligrosa como lo es “odio”.

 

En medio de una situación económica y social que se acerca al desastre, parecería que la educación –una de las víctimas preferidas de este gobierno— no alcanza para crear en los adolescentes la capa necesaria que hace a la convivencia ni a frenar la iracundia que suelen acarrear la necesidad, tanto material como de guía espiritual.

 

Otro ejemplo que llama a considerar la situación muy seriamente es el de un establecimiento educativo del este provincial, donde las agresiones físicas entre alumnos han ido creciendo en número y entidad. En toda la provincia han ocurrido, que se conozcan, más de media docena de hechos de índole parecida y no falta en el área docente quien agrega a la cada vez peor situación económica y social una suerte de relajamiento disciplinario interno en los establecimientos, donde las otrora temidas amonestaciones ya son solamente un recuerdo.

 

Pero no debe pensarse que la pampeana es la única sociedad propicia a esta violencia. Son varios los episodios similares acaecidos en otras provincias y en varios casos con un severo agravante: llevar armas a la escuela. Considerado desde ese punto de vista, se observa que esas acciones se han vuelto frecuentes en todo el mundo y que en algunos casos la acción epilogó en decenas de muertos. En esa perspectiva, parecería imprescindible analizar el papel que tienen los medios de difusión –televisión fundamentalmente— donde la violencia y la muerte están presentes a toda hora.

 

La razón de los hechos señalados y los criterios expuestos seguramente no son compartidos por la ministra de Seguridad de la Nación, quien recientemente disminuyera la normativa para la compra y tenencia de armas.

 

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