Lunes 22 de abril 2024

Un pampeano en el País Vasco

Redacción 26/10/2016 - 02.14.hs

Mauro Funes tiene 19 años y combina sus días entre la cocina y la bici. Estuvo dos semanas en el País Vasco para aprender los secretos de los platos típicos de esa región: "Una experiencia única", afirma.
Si se escribe su nombre en YouTube en el primer video que aparece está vestido como cocinero y detalla la receta para un plato típico de los vascos: merluza en salsa verde con langostinos y papines. Pero también se lo puede encontrar volando arriba de su bicicleta, piruetas que intenta cuando deja de lado el delantal blanco y las hornallas y se calza las zapatillas para su otra pasión, el BMX. Mauro Funes es de General Acha, estudia y trabaja en Córdoba. Hace pocos días regresó del País Vasco luego de experimentar "una experiencia única en la vida".
"Estudiar y cocinar en una de las academias más reconocidas del mundo fue como irreal, un mundo soñado. Pude conocer todos los mercados, desde el principal en productos locales hasta una Lonja Pesquera donde desembarcan los pescados que abastecen al país. Y algo por el estilo fueron todos los días. Siempre quise decir que era el mejor día de mi vida, pero me contradecía porque el día siguiente lo iba a ser, y así con cada jornada de las que estuve allá", describió Mauro apenas llegado a Córdoba, cansado por el viaje pero sin tiempo a relajarse porque el mismo día rindió un parcial de su carrera de gastronomía.
En el marco del programa Gaztemundu, el País Vasco seleccionó a 25 jóvenes de distintos lugares de la Argentina para instalarse dos semanas en esa comunidad autónoma de España, un lugar que está en la frontera con Francia y en el que viven más de dos millones de personas. Allí está el origen de buena parte de la familia de Mauro y por eso él, en General Acha, fue elegido como representante del Centro Vasco de la localidad, el Euzko Txokoa.
"Para poder inscribirse en el Gaztemundu el requisito es tener entre 18 y 35 años y pertenecer con una antigüedad de al menos tres años a una Euskal Etxea (Casa Vasca) reconocida como tal en el registro de centros vascos del gobierno de la comunidad autónoma. Y tenía que preparar un video con la elaboración de un plato típico. Por suerte un amigo, Hernán Rimoldi que estudia cine, me ayudó un montón, lo hicimos y fui seleccionado", resaltó Mauro, que viajó el 1 de octubre con todos los gastos pagos gracias al programa Gaztemundu, el mismo que en el año 2001 también eligió a su madre, Valeria García Oyarzábal, para aprender cultura e idioma.
"Mi mamá fue clave para que me presente. Ella sabe que yo quiero aprender sobre la cultura de mi familia y por eso fomenta todo lo que tiene que ver con los vascos, así que antes de presentarme al Gaztemundu estudié y aprendí lo que pude sobre la cocina del país", señaló el joven que cursa en la academia Azafrán, una de las más reconocidas de la capital cordobesa, y que además trabaja en un restaurante de la zona de Nueva Córdoba.
¿Qué fue lo más destacado de la experiencia?
"Lo que aprendí de la cultura vasca desde la gastronomía fue increíble. Esta oportunidad fue una experiencia única en todo sentido, y me ayudó a consolidar mi mentalidad para lograr lo que quiero. Ahora que regreso como embajador de todo lo que aprendí, mi objetivo es ponerlo en práctica en mi Centro Vasco de General Acha, en el cual me eligieron como representante y asumí con total compromiso la responsabilidad. Voy a organizar un servicio gastronómico para que las personas puedan acercarse a la realidad vasca a través de la gastronomía que es lo que tanto me apasiona. Espero tener el apoyo de mi pueblo en estos proyectos", aseguró Mauro sobre sus próximos pasos.
El joven cocinero también fue seleccionado para la final del Casalta Argentina, un concurso en el que junto a un grupo de compañeros de estudio presentó un plato gourmet bautizado "Cordero Extrovertido", donde se combina la carne de ese animal con salsa de mango, hierbas, frutos secos, queso de cabra, tomate con albahaca, aceite de oliva en una ensalada rusa, aceto balsámico y cereales con miel.
Frente a una agenda tan exigente con la cocina, la bicicleta quedó un poco relegada en el departamento en el que vive con su hermano Nahuel, aunque en cualquier hueco saldrá a rodar por el cemento cordobés. "Estoy muy contento de todos estos logros, pienso que son los frutos del esfuerzo y dedicación, pero tengo que decir que todo esto me está costando demasiado tiempo abajo de la bici que es algo que me motiva; voy por el mundo pensando siempre en andar en bici. Después de que me acomode del viaje, rinda los exámenes y pase la competencia de cocina pienso tomarme un tiempo para hacer el buen BMX".
Este año Mauro participó del "Córdoba X", el primer evento de deporte extremo en la capital de esa provincia y que juntó a 28 disciplinas alternativas. "Me llamaron para hacer una demostración y estuvo genial, así que esas cosas te incentivan un montón. A mí la bici me apasiona, por eso la puedo postergar un poco, pero no veo la hora de volver".
Volvió a Córdoba, a su academia y a su trabajo, aunque esta vez con la valija llena de esos secretos que se transmiten en su familia desde su bisabuela Isabel Oyarzábal. "Es espectacular conocer cosas de tus ancestros, y todo lo que tiene que ver con los vascos me resulta apasionante. Espero difundirlo desde la cocina", dice Mauro pensando ya en una receta que se diga en euskera.

 

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