CINE. Historias en 16 mm
Un proyector así se puede colocar en cualquier lugar, y un comedor, un patio o un club se convierten en un cine en instantes.
El primer Cine Club.
Luis Saslavsky realizó el primer largometraje nacional de 16 mmm, denominado "Sombras", con fotografía de Carlos Connio Santini. Fue estrenado el 11 de octubre de 1930, interpretado por Irma Villamil, Jorge Weil y Dalila Saslavsky. La cinta posee un valor puramente histórico, por su realización al margen de toda organización comercial. El perfeccionamiento del formato de 16 mm -comenta José Agustín Mahieu en "Historia del cortometraje argentino"- permitió la multiplicación de aficionados, y en 1932 se fundó una entidad que los agrupa, el Cine Club Argentino, con fines "ajenos a toda especulación comercial, puramente culturales, educativos y artísticos". Su objetivo fue lograr entre sus asociados un perfeccionamiento mayor en el arte de filmar. Se realizaron de esta manera proyecciones periódicas y concursos de filmación.
Prelorán y Cochengo Miranda.
Jorge Prelorán (1933-2009), prestigioso documentalista argentino comenta en su libro "El cine etnobiográfico" que llevaba la película que realizaba a la zona donde se había documentado casi terminada (en un estado de "fine cut") con la mayoría de las imágenes y el sonido incorporado. Se proyectaba varias veces ante la mirada de los protagonistas, se evaluaba y así, una vez que los filmados y sus familias se sintieran cómodos con todo lo que se mostraba en el film, recién ahí se desarrollaba el proceso final. Pero mientras hacía la película "Cochengo Miranda" en el oeste pampeano en 1975, tuvo un problema, que -según cuenta Prelorán- "por suerte con el tiempo resultó reparable".
"Llevé el material en un fine cut y luego de las diferentes sesiones de exhibición y evaluación, tuve el visto bueno de la familia. Sin embargo, al regresar a Buenos Aires, agregué una frase que se me había traspapelado y a la que en su oportunidad no le había dado gran importancia. En ella Don Cochengo explica cómo conoció a su esposa. El comentario era ingenuo y tierno, no me pareció que pudiera molestar a alguien. Don Cochengo decía: 'Y a la maruca la conocí cuando tenía 15 años y le dije que necesitaba una compañera, que se viniera a vivir conmigo y ella me dijo 'es que soy muy joven, tendrá que esperar al menos un par de años' y así lo hice y nos casamos'. Pasado el tiempo, tuvimos la suerte de poder organizar el estreno formal de la película en la casa de los protagonistas, un verdadero lujo para muchos documentalistas. En la casa de los Miranda se reunió un audiencia de más de 200 personas, casi todos los vecinos del lugar. Cuando terminó la primera proyección -pidieron ver la película tres veces-, me acerqué a Maruca para abrazarla y agradecerle su colaboración. Ella me devolvió el abrazo pero me dejó dolido uno de sus comentarios: 'Todo muy lindo don Jorge, pero no me gusta la parte en que Cochengo dice que me casé joven. No me gusta que todos los vecinos se hayan enterado de eso, nunca se lo había dicho a nadie'. Con los años Maruca me confesó que -después de ver varias veces la película- las palabras de su esposo le resultaban intrascendentes. Sin embargo, la experiencia sirvió para enseñarme lo delicado que es tener en nuestras manos las historias de nuestros personajes".
Jornadas universitarias.
Oscar Nocetti es profesor de filosofía y actualmente presidente de la Cooperativa Popular de Electricidad de Santa Rosa. Entre 1980 y 1994 coordinó y llevó a cabo un destacado ciclo de cine del mundo proyectado en la Universidad Nacional de La Pampa en 16 milímetros, con material proveniente de Instituto Goethe, de las embajadas de Francia y de Alemania, etc., y con muy buen apoyo del público y de los medios de prensa locales.
Comenta Nocetti, que en plena dictadura, a veces tenían un "control de visita": un agente de la Policía Federal iba para verificar los contenidos de las películas que se proyectaban. En ocasiones de muestras de cine independiente, no era el problema la presencia de la policía en la sala, sino que el control no podía controlar sus propios ronquidos.
La Universidad Nacional de La Pampa compró el proyector de 16 milímetros en 1980, y se sigue utilizando aún: en 2008 se realizó en el Cine Amadeus un ciclo de películas de Prelorán en éste formato, como "Cochengo Miranda", "Los hijos de Zerda" -ambas realizadas en La Pampa-, y "Medarno Pantoja", entre otras.
Se podía terminar preso.
Jorge Vasquez, protagonista del documental "Los Resistentes" sobre la lucha clandestina llamada la "Resistencia Peronista" entre 1955 y 1965, hace un comentario sobre la 16 mm en el cine de denuncia, como es la película "La Hora de los Hornos".
"En nuestra experiencia -explica- no nos tocó terminar presos, nunca cayeron cuando la estábamos dando tampoco, pero uno de nuestros compañeros que se traslada de un lugar a otro fue en cana con proyector y todo, y después se compró otro proyector y otra copia de 'La Hora de los Hornos' para seguir trabajando. Las proyecciones las realizábamos en Capital y Gran Buenos Aires, uno de nuestros compañeros era el coordinador y, más que nada, el que entendía el proyector, porque si se cortaba la película había que enhebrarla, pasándola por una serie de ruedas, ¡había que tener un croquis! El era el encargado de pasarla. La copia la había comprado el Sindicato de Telefónicos, y se proyectaba en casas de familias, en los sindicatos y en otros lugares en forma clandestina".
Vasquez indica que "toda la película dura como cinco horas, con la parte internacional y demás, casi siempre la dábamos en dos o en tres veces, y siempre se originaba después una charla, una discusión, servía para el debate. La convocatoria se hacía por conocimiento, era cuestión de organizarse, un día se daba en un lado otro en otro, había mucha onda con los artistas 'progre' de ese momento, y era de boca a boca, nunca se hacía ningún tipo de difusión masiva, ni volantes, ni nada. Se había hecho una especie de cadena y se comentaba dónde y cuándo. Fácilmente la hemos pasado entre 150 y 200 lugares, desde unas diez personas en una casa hasta cien o ciento cincuenta en algún galpón o en algún lado. En esa época de Onganía también hubo muertes, desaparecidos y hay gente que no ha aparecido todavía. Lo de Videla después fue peor. En el sindicato teníamos organizado un seminario, como un curso delegados y la jornada final que fue en Mar del Plata, pasamos la película".
"La película se la comprábamos a través de un contacto a Pino Solanas, que también estaba en la clandestinidad, y por otro lado compramos el proyector de 16 milímetros. Estábamos con el tema de las proyecciones un grupo de compañeros con los que teníamos mucha afinidad con muchas cosas y constituimos las bases. Así que hicimos un laburo político interesante, y a pesar de que no todos los compañeros estaban a favor de la reivindicación de la lucha armada. Había otras posturas más bien insurreccionales, siempre en contra de la dictadura", comenta.
En la actualidad.
Algunos formatos desaparecieron o se utilizan en raras ocasiones, como el 8 mm, súper 8mm, el 9,5 mm. Pero el de 16 sigue vigente. En 1970 el sueco Rune Ericson creó el Súper 16 mm que permite un registro de imagen de gran calidad. Se utiliza en documentales, publicidad y series de televisión, y en películas que fácilmente se pueden ampliar a 35 mm (película de cine) a través de un proceso digital.
*PROGRAMADOR de cine
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