Viernes 26 de abril 2024

El pibe que desafió al campeón de Barón

Redacción 26/11/2023 - 00.32.hs

El chiquito se paró frente a la mesa ubicada en la vereda de la céntrica confitería santarroseña, y miró con atención el tablero y los trebejos que –extrañamente- estaban colocados como para iniciar el juego. Alguien, en esa linda mañana de sábado, lo había dejado listo y todo indicaba que era para jugar una partida—revancha de un match disputado un par de años atrás.

 

Son esas pequeñas historias que de tanto en tanto se dan en la ciudad, que por ahí son intrascendentes –y tal vez lo sean-, pero que a otros se les puede ocurrir curiosas y entretenidas. Son, de alguna manera, de esas postales que parecen marcar el pulso de una ciudad como Santa Rosa, que aún se debate entre un pueblo grande –muy grande si se quiere- y la ciudad que pretendemos que sea.

 

Pequeñas anécdotas de la vida cotidiana, podríamos expresar.

 

Aquel desafío.

 

Detrás de esta escena que se produjo en estos días hay una pequeña historia, un antecedente. Hace poco más de tres años –vía Facebook- se produjo un desafío entre dos amigos. El “Flaco” Marcelo López (de profesión farmacéutico), presumió por ese medio: “Yo fui campeón pampeano juvenil de ajedrez, año 1979. Incluso jugué contra ‘Pilín’ Lizárraga (gran trebejista) y Juan Carlos Aldao…”, alardeó.

 

Néstor Vicente “El Negro” Cejas es un reconocido ex jugador de fútbol de la gloriosa época de All Boys (compartió con “Colores” Facio, “Pity” Kraemer, Villalba, y tantos otros).

 

Desafío en el bar.

 

Comentó en su momento también por Facebook –un poco más tímidamente que “el campeón de Barón” -que él en algún tiempo le hacía al ajedrez en la desaparecida confitería El Centenario, donde además se jugaba con naipes: chinchón, codillo, tute… etcétera. Y agregó que de joven se apuntó un triunfo nada menos que ante el tantas veces campeón Mario Fiorucci (8 veces Caldén de Plata).

 

“El Flaco” López es una persona muy divertida, histriónica, siempre con una broma a flor de labios. Pareciera ser que en aquella oportunidad (hace tres años) “ninguneó” al ex futbolista y apareció -en la céntrica confitería donde habitualmente se reúnen-, con un tablero bajo el brazo y las piezas del ajedrez… “Aquí está el campeón de Colonia Barón!”, se plantó desafiante.

 

Aquella dolorosa derrota.

 

“El Negro” Cejas, ante la actitud “ganadora” del “Flaco” no quiso de entrada asumir el compromiso, pero fue tanta la insistencia que accedió. Y se recuerda que esa vez un López agrandado al comenzar la partida prometió: “Si pierdo no vengo más…”.

 

Y no cumplió, porque el Negrito Cejas le ganó y lo humilló. Estuvo con bronca el Flaco mucho tiempo, pidiendo la revancha. Lo cierto es que sus berrinches no tuvieron éxito, porque Cejas se había impuesto en buena ley… “No hay revancha”, contestó cada vez el ex futbolista ante la machaconería de Marcelo.

 

El niño ajedrecista.

 

Pero días atrás insistió y se presentó con el tablero que, con gesto teatral, dejó sobre una mesa cercana de donde se ubicaban sus amigos parroquianos (el mismo Negro, Carlos Fortuna, Omar Atenas, y alguno más). Cejas permaneció inmutable… era evidente que la revancha no se iba a hacer.

 

Pero, de pronto, apareció el pibito –rubio, flequillo sobre la frente- que se quedó atrapado frente al tablero. El Flaco le preguntó: “¿Jugás? Vení, hagamos una partida”.

 

Lino Fortunoff, el chiquito de 8 años, no se achicó y se sentó sin ninguna clase de vergüenza, ante la mirada de la concurrencia. Y hay que decirlo, Marcelo se puso en un rol docente que cabe destacar. Lino, con su frescura, con una naturalidad asombrosa se hizo amigo de todos, y prometió volver.

 

Su pequeña historia.

 

Lino andaba acompañado de su mamá, María Chiapán, y la abuela Norma, quienes desde otra mesa lo observaban orgullosas: “Somos de Trenque Lauquen y vinimos a Santa Rosa por una consulta médica…”, contó la mamá.

 

Y dijo sobre su pequeño: “Se vuelve loco con el ajedrez… allá juega en la Escuela de Ajedrez de Diego Enriquez. Pero además hace taekwondo y fútbol. Y la verdad es que está bueno que haga de todo, y más si en la escuela también le va muy bien”, completó.

 

“En Trenque voy con mi abuelo (‘Peluca’ Martínez) al Club El Progreso, y ahí también aprendí a jugar chinchón y truco…”, dijo el desinhibido chiquilín. Está aún haciendo los palotes en el juego de los trebejos, pero tiene la vida por delante para ser un ajedrecista de nota el día de mañana.

 

No hay revancha.

 

Pero más allá de esa situación anecdótica, y del buen gesto del Flaco López, hay que decir que la revancha con Cejas no va. El ex futbolista ratificó que no ve nivel en su desafiante para darle el desquite que viene pidiendo. Y fue más allá, mandando a “estudiar más” al hombre de Colonia Barón… (M.V.)

 

Un elogio para la salud pública.

 

María Chiapán es la mamá del pequeño Lino, que con su desenfado se ganó las simpatías de una mesa de parroquianos –todos hombres grandes-, cuando se detuvo a jugar al ajedrez.

 

La joven mujer comentó que había llegado a Santa Rosa desde Trenque Lauquen por un tratamiento médico, y dejó algún comentario para tener en cuenta: “La verdad es que el servicio de salud que tienen aquí en La Pampa es el mejor del centro del país”, elogió sin miramientos.

 

Y agregó que desde su ciudad son muchas las personas que llegan a atenderse en el Hospital, hasta ahora en el Lucio Molas, y desde hace algunas semanas en el recientemente habilitado Favaloro.

 

Una observación que enorgullece, y que hace necesario que los pampeanos –más allá de la alabanza- sigamos defendiendo con ahínco una salud pública de calidad.

 

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