Viernes 03 de mayo 2024

"Volver a jugar al fútbol es hermoso"

Redacción 10/10/2023 - 10.31.hs

Antú Hernández se reinventó. La pasó muy mal en el inicio de la temporada, cuando llegó como refuerzo a Racing de Córdoba para jugar a Primera Nacional y se topó con un problema de salud que puso en riesgo hasta su vida.

 

Se vio obligado a arrancar desde cero, volviendo a caminar primero y a entrenar después. Y con el apoyo de su familia, sus amigos y sus compañeros, y una voluntad de fierro, ocho meses después cumplió su sueño de jugar en la segunda categoría del fútbol argentino.

 

Este domingo, en el partido correspondiente a la 33ra. y penúltima fecha del Nacional, que Racing le ganó como local a Gimnasia y Esgrima de Jujuy por 2 a 0, Antú ingresó en el final, recibió una ovación de su gente y volvió a sentirse futbolista.

 

"Volver a jugar al fútbol es hermoso", aseguró ayer el zurdo de 28 años, que había llegado al elenco cordobés en diciembre del año pasado luego de una gran temporada con Villa Mitre de Bahía Blanca en el Torneo Federal A.

 

Pero el 13 de enero, en plena pretemporada con Racing, Antú se descompensó y terminó internado con una "pulmonía bilateral" que lo tuvo en vilo a él y a todo el ambiente futbolero nacional y pampeano en particular.

 

Estuvo intubado en coma, cinco días dormido, otros diez en Terapia Intensiva y algunos más en una sala común. En febrero comenzó la recuperación, se fue sumando poco a poco al plantel y en los últimos partidos ya estuvo a disposición del elenco principal que hoy dirige Diego Pozo.

 

Su debut se dio este domingo y para Antú fue mucho más que jugar su primer partido en la categoría. "Puedo volver a regalarle una camiseta a mi mamá y a mi hermano", se emocionó, recordando a quienes siempre estuvieron cuando todo se había complicado.

 

"Fueron días intensos en lo personal y en lo anímico", dijo al referirse a la recta final hacia este debut, que no fue uno más por todo lo que le pasó. "Ahora estoy feliz de volver a hacer cosas a las que uno estaba acostumbrado, como regalarle una remera a mi mamá o a mi hermano, porque ya iba a pasar un año sin jugar", reflexionó Antú.

 

"Estoy feliz; volver a jugar al fútbol es hermoso, y ahora que ya estoy más grande lo disfruto y lo valoro mucho más. Y más después de lo que me pasó", agregó.

 

- ¿En algún momento, en todos estos meses, pensaste en que no se cumpliría el sueño?

 

- No, nunca pensé en que no se me iba a dar. Fueron muchos meses y no fue fácil. Al principio no estaba para competir en el alto nivel; estaba muy flaco, débil y no podía aguantar ni 20 minutos. Ahora ya estaba bien desde hace un tiempo, pero pasaban los partidos y tenía miedo de no poder demostrar que estaba bien. Claro que lo entendí, porque hubo partidos en los que nos jugábamos la categoría, muy importantes, y el técnico tomaba sus decisiones con razón. Yo sabía que estaba bien y que los resultados se nos estaban dando. Diego (Pozo, el DT) había encontrado su equipo y la realidad es que yo había perdido mucho terreno para pelear el puesto. Lo bueno es que no me rendí, que seguí y le metí al gimnasio, algunos días con más ganas y otros con menos, porque pasaban y pasaban los domingos. Pero gracias a Dios, faltando una fecha pudimos jugar y terminar el año de la mejor manera.

 

- ¿Cómo fue el día a día con tus compañeros?

 

- Muy bueno. Me hice varios amigos, especialmente de la bandita del auto (van a entrenar), en la que somos 4 o 5, y también en todo el vestuario. En algunos momentos yo no quería asimilar o reconocer en las prácticas que lo que me había pasado había sido tan grave, pero cuando volvía a casa tenía muchos dolores y me costaba recuperarme para ir al otro día. Y ellos me preguntaban cómo estaba, me apoyaban y me hacían sentir mejor.

 

La familia.

 

Uno de los que más sufrió el problema de salud que tuvo Antú fue su hermano mellizo Tenca, hoy jugador de Ferro de Pico y compañero "inseparable" de cancha hasta que las idas y vueltas del fútbol mismo los separó. "Fue difícil para él. Cuando yo estaba en terapia intensiva, en coma y dormido, mi hermano y mi mamá (Anahí) eran los que entraban a verme. Y fue fuerte para él; le había afectado bastante y estuvo mal anímicamente", recordó Antú sobre su hermano y compañero, con el que compartió especialmente este regreso a las canchas.

 

"Este sábado, cuando dieron la lista de concentrados, le mandé un mensaje: 'Hermanito, prepará la compu mañana que te voy a regalar una camiseta; la 17 es tuya papá'. Y él me respondió: 'Hermano, saliste de La Pampa y vas a jugar la B Nacional; esto lo lograste vos'. Y ahí sí se me puso la piel de gallina, porque tengo una conexión especial con mi hermano mellizo", remarcó.

 

"Me acordé en ese momento cuando me decían que no iba a volver o que iba a llevar mucho tiempo. Pero mirá si me voy a rendir, con todo lo que hicieron él y mi mamá, que me acompañó siempre con las palabras justas", agregó Antú, quien le prometió a Anahí la camiseta rosa de su retorno y a Tenca el pantalón.

 

Y recordó el acompañamiento de su mamá en los primeros días de la recuperación: "Estuvo un mes conmigo en Córdoba porque yo no podía ni caminar. Le tenía que pedir ayuda para todo; para bañarme, para ir a baño... Me tenía que cortar la comida chiquita para comer... Las pasamos a todas".

 

Regreso difícil.

 

"Lo que me pasó fue también un poco por negligencia mía; porque quería seguir a pesar de todo", reconoció Antú al hacer referencia a los momentos previos a su problema de salud, que derivó en una "pulmonía bilateral" grave. "Hacíamos amistosos con Instituto, estaba Chiquito (Carlos) Bossio como técnico y me tenía como titular, y la verdad es que no quise decirle 'me duele un poquito acá o me pasa esto'. Así se me fue agravando, porque uno piensa que no iba a pasar nada, y para cuando pasó era tardísimo y sucedió todo lo que saben", recordó.

 

- ¿Cómo fue, una vez que volviste a entrenar y estabas bien, la recuperación como deportista profesional para volver al alto rendimiento?

 

- Fue difícil porque al principio, como había estado acostado un mes, me costó hasta para volver a caminar. Y después para caminar estaba espectacular, pero recuperar la masa muscular para competir fue durísimo. Yo tenía que saltar a cabecear, tenía que patear, y cuando te enfrentás a otro jugador no le podés decir 'che, mirá que yo estuve internado, vení más despacio...' Entonces en los amistosos me pegaban unas revolcadas tremendas. Pero ahora ya volví a sentirme bien, con trabajo en doble turno, con la nutricionista y con todo.

 

- Y cumpliste el sueño de jugar en la Primera Nacional...

 

- Sí; llegué, pero quedan un par de sueños más; podemos llegar más arriba.

 

El futuro.

 

"Como equipo cumplimos el objetivo, nos salvamos y mantuvimos la categoría. Y en lo personal veremos cómo seguimos, porque a fin de año finaliza mi contrato. Veremos si seguimos acá, donde me han tratado muy bien. Hay que ver qué dice Diego y el cuerpo técnico, y si nos toca salir evaluaremos otras opciones", explicó Antú al referirse a su futuro, que definirá junto a su representante Angel Vildozo y a su familia, a quienes agradeció una y otra vez por el apoyo permanente.

 

"Dejame mandarle un saludo a mi mamá; a todos los tíos, los primos y a la gente del Club Mac Allister, que es mi casa, y que me apoyaron en todo este tiempo junto a un montón de gente de Santa Rosa. Ya los voy a ir a visitar", cerró Antú, con la sonrisa de siempre.

 

(Df. Racing de Córdoba)

 

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