“Hay que despertar conciencias”
LA COMUNIDAD RANQUEL PARTICIPO ACTIVAMENTE DE “LA 201 RECLAMA”
La Escuela 201 cambió su nombre por “Ruka Kimün”, vocablo que en lengua rankulche significa “Casa del Saber”, y el establecimiento educativo le dio un lugar preponderante a esa comunidad en su jornada reivindicativa por el río Atuel.
“Lamentablemente estamos en un momento de la historia en el que vienen a apropiarse de nuestra historia, de nuestros recursos, de nuestras luchas; entonces trabajamos para despertar las conciencias”, dice con tono firme María Inés Canuhé justo antes de ingresar al acto principal. Junto a un grupo de su comunidad, lo hacen con sus instrumentos de música que hablan de sus ancestros y de sus costumbres. Una reivindicación de la identidad originaria que, en el caso de La Pampa, también se embandera en un grito que llega desde el oeste profundo: que devuelvan el río robado.
“Hace años que venimos acompañando estas jornadas y esta escuela en especial es muy cercana al pueblo ranquel, por eso destacamos el compromiso de esta institución educativa con la causa del Atuel y los pueblos originarios. En esta jornada se reivindica el pensamiento ranquel de cuidar la naturaleza, de compartir los recursos y no apropiárselos, y lamentablemente en el caso de Mendoza eso no sucede y por eso es tan importante que toda la comunidad se comprometa en esta lucha que es de todos los pampeanos”, le dijo Canuhé a LA ARENA en el marco de “La 201 reclama”, la actividad que desde hace una década organiza esa escuela el 21 de octubre, Día de la Reafirmación de los Derechos Pampeanos sobre el Río Atuel.
“La reivindicación de los derechos pampeanos sobre el río está muy internalizado en los pibes y en las pibas de toda la provincia. Ellos son actores fundamentales en esta pelea, se trata de un desastre ambiental que afecta directamente a La Pampa pero perjudica a la Argentina en su conjunto”, afirmó el secretario de Recursos Hídricos, José Gobbi, un área del gobierno provincial que se sumó activamente al acto que organizó la Escuela del barrio Villa Tomás Mason, en Santa Rosa.
“Hay un abordaje transversal de la temática, que involucra a Educación, Cultura, Turismo, Desarrollo Social y al resto de los ministerios”, agregó Gobbi en una jornada donde distintas autoridades educativas acompañaron la actividad, como la directora general de Educación Primaria, María Magdalena Godoy; la directora general de Tecnologías para la Gestión Educativa, Marta Ayala; y el director general de Planeamiento, Marcelo Fraccaro.
Nombre.
La comunidad educativa de la Escuela 201 atraviesa un año muy particular porque semanas atrás votó para cambiarle el nombre a la institución, que pasó a llamarse “Ruka Kimün” en reemplazo de “Coronel de Marina Benito José Goyena”, que hacía referencia a un militar de los servicios logísticos de la Armada Argentina.
El camino hacia ese cambio comenzó el 2 de agosto cuando se hizo una Asamblea escolar y posterior votación con el objetivo de elegir un nuevo nombre. El debate se centró en la importancia de generar una denominación que identifique y genere identidad a la Escuela.
“Surgieron tres nombres, todos con raíces aborígenes. La elección se hizo considerando el fuerte y comprometido abordaje que realiza la institución con el proyecto ‘La 201 Reclama’ en la lucha por los derechos, especialmente a través de la problemática hídrica pampeana y unido a ello, en la lucha por nuestro territorio desde la interculturalidad”, destacó la directora Patricia Schoenfeld.
De las tres opciones propuestas originalmente, Ruka Kimün, Antue Leuvú y Ruka Kimün Antue Leuvu; la más votada fue la primera, vocablo que traducido al español significa ‘casa del saber’. El nombre resultó ganador con un total de 124 votos sobre un total de 327 sufragios.
Música.
El pasado 21 de octubre “La Casa del Saber” se llenó de palabras, canciones, música y bailes para reivindicar identidades y derechos, para despertar las conciencias de quienes aún no identifican que una lucha colectiva es mucho más poderosa que la de un grupo determinado.
“Es importante que los chicos y chicas incorporen el mensaje, ellos son quienes garantizan que las voces de hoy se prolonguen en el futuro y defiendan los recursos y derechos pampeanos, por eso siempre nos sumamos a las actividades que organizan”, resaltó Canuhé.
“Estuvo bueno conocer cómo vivían y las costumbres que tenían los pueblos originarios en La Pampa. Hicimos actividades relacionadas a la importancia del fuego”, comentó Jeremías mientras mostraba, en el centro del aula, una maqueta que simulaba un fogón.
“Pudimos conocer también los deportes que hacían y con qué cosas jugaban”, agregó Noa al recordar las distintas excursiones que acercaron a los niños y niñas a la tradición ranquel, a una forma de vida que hace a la historia y al presente de La Pampa y que no descansa en un pedido por el agua que no está. En el reclamo que también es bandera de la 201, una escuela que hace oír un grito que es de todos.
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