“Se hace eje en el aprendizaje”
COMO ES EL TRABAJO DE DOCENTES DE APOYO A LA INCLUSION
El colegio Tomás Mason de Santa Rosa se destaca por su trabajo junto a alumnas y alumnos con discapacidad. En los distintos cursos hay docentes que realizan su tarea específica de apoyo.
Isabella Vásquez es una de las alumnas con discapacidad que estudia en el colegio Tomás Mason. En otros cursos hay más chicos y chicas con distintos diagnósticos que también concurren diariamente a clase y trabajan junto a un factor clave en su aprendizaje: las y los Docentes de Apoyo a la Inclusión (D.A.I.) que componen los equipos conformados por el ministerio de Educación de La Pampa.
“Nuestro trabajo no es solo con quien necesita el apoyo, se trabaja en forma conjunta con la escuela, con los docentes y con los demás estudiantes del aula. Se piensan distintas estrategias porque cada alumno con discapacidad tiene diferentes demandas y necesidades pero lo importante es que en el curso todos aprenden, el aprendizaje es en conjunto”, explica Mariana Aquino, que junto a Carlos Clement son dos los dos docentes de Apoyo a la Inclusión que durante este año trabajan junto a Isabella en su cursada de tercer año.
“No hace falta que nosotros estemos en forma permanente dentro del aula porque justamente el trabajo se hace en forma grupal con los docentes que están a cargo de las distintas materias. Y eso está muy bueno para resaltar porque me gustaría poner un ejemplo: en una clase de Geografía se estudiaban las capitales de provincia y entonces había que pintar un mapa de Argentina. Lo pintó quien quiso, quien pudo pero con ese mapa se dispararon posibilidades y cuestiones para otras materias, por ejemplo Tecnología cuyo docente propuso que en cada capital se agregue una lucecita, con un circuito eléctrico, y luego evaluar el trabajo que hagan en ese sentido. Y se armó un QR para que cada docente vuelque ahí información de su materia. La profesora de Inglés describe los paisajes de cada provincia y los alumnos, en ese idioma, lo tienen que expresar. Con Isa se hace un trabajo con pictogramas y de esa forma todos pueden participar. Entonces, lo que pudo ser una barrera, con esa propuesta inicial, se transformó en un trampolín que se disparó en distintas direcciones, y esa es la idea principal con la que trabajamos”, remarca Carlos en la entrevista con LA ARENA.
Inclusiva.
Desde hace varios años que en la provincia se enfatiza el trabajo educativo con la discapacidad. En el año 2017 se dispuso que los y las alumnas con distintos diagnósticos tengan prioridad a la hora de elegir en qué colegio de educación pública quieren estudiar. Y en ese sentido el Tomás Mason santarroseño es un ejemplo ya que hay casos de Autismo, de Trastorno Generalizado del Lenguaje, de Asperger y de parálisis cerebral.
“El colegio, en sus inicios, estuvo en el club Belgrano pero en 2015 ya se inauguró el edificio donde estamos ahora. Tiene instalaciones muy modernas y que están pensadas para la integración”, valora Aquino sobre una estructura que, en su diseño arquitectónico, tuvo en cuenta la necesidad de eliminar barreras de accesibilidad y por eso es espacioso además de poseer cartelería tradicional complementada con pictogramas y carteles en braille.
“Se puede trabajar muy bien en el aula porque todos tienen incorporada nuestra presencia, nuestro trabajo y nuestro aporte que va más allá de lo específico que hacemos con Isabella. Y además está la apertura permanente a lo que se pueda proponer. Por supuesto que está todo dentro de un programa, donde se hacen las evaluaciones correspondientes, se siguen los lineamientos ya establecidos pero dentro de esa estructura hay un movimiento, que es en beneficio de todos”, apunta Aquino.
“El Tomás Mason se hizo conocido por su perfil inclusivo pero en realidad todos los colegios tienen que trabajar de igual manera. Lo fundamental es el convencimiento de que es acá donde tienen que estar los chicos y las chicas, porque por más recursos y equipos que tengas si esa inclusión no surge desde el convencimiento, no va a funcionar. Y además ese es el punto de partida, no es que está todo resuelto, pero la clave es saber que tienen que estar y no solo eso sino ser protagonistas en el aula, en las clases, en el colegio en general”, agrega Clement.
Otra mirada.
La presencia de Ana Inés Vásquez, la mamá de Isabella, es clave para que la adolescente de 16 años pueda desarrollar todo ese aprendizaje que se propone desde el Apoyo a la Inclusión. Familia y equipo docente trabajan a la par y eso se refleja en los avances educativos como alumna.
“Hoy Isa está muy bien, muy contenta de ocupar su lugar y mi búsqueda siempre estuvo orientada, más allá de buscar su bienestar, en que también se cambie la mirada, hay gente que tiene más resistencia, más oposición o que le cuesta más, pero esa es una lucha que hay que dar. Se han hecho avances notables en todos estos años, a veces cuesta más, a veces menos, pero lo importante es que el cambio sea positivo para todos. Yo lo compruebo con Isa y esa es la mejor muestra para nuestro convencimiento”.
Artículos relacionados