“En busca de ecosistemas extremos”
Científicos y científicas del Conicet y la UBA ultiman detalles y definen los preparativos para a última expedición marítima del año. Esta vez buscarán deslumbrar a la sociedad mostrando los rincones mejor ocultos del Mar Argentino a bordo del buque “Falkoor too”, del Schmidt Ocean Institute. Mediante la transmisión en vivo, vía streaming, la población podrá interactuar con los expertos sobre sus hallazgos en el fondo marino.
Un equipo de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA estudiará las filtraciones de gas metano bajo el talud continental, utilizando el minisubmarino SuBastian, capaz de sumergirse hasta 4.500 metros. Zarparán el 14 de diciembre desde e puerto de Buenos Aires para una aventura que culminará en Puerto Madryn el 10 de enero de 2026. “Será una travesía de 28 días. Pasaremos Navidad y Año Nuevo sobre el barco, pero valdrá mucho la pena. Estaremos haciendo streaming durante todas las inmersiones del minisubmarino y realizaremos actividades compartidas con la audiencia. Tendremos intercambios con gente de todo el país y resultará una experiencia muy linda”, afirmó María Emilia Bravo. Investigadora del Conicet y la UBA en el Instituto de Geociencias Básicas, Aplicadas y Ambientales de Buenos Aires, será la jefa científica de la campaña.
“Escenarios extremos”.
Durante esta misión, especialistas de laboratorio abordarán los ecosistemas “quimiosintéticos” en el Mar Argentino, “escenarios extremos habitados por organismos capaces de nutrirse con gas metano”. El fondo marino cuenta con grandes reservorios de este gas atrapado en configuraciones geológicas a elevada presión. Si bien es un compuesto tóxico para la enorme mayoría de seres vivientes, hay comunidades de microorganismos y animales que se adaptaron para sobrevivir en ese entorno.
Precisamente estos “escapes de gas” (filtraciones frías de metano) facilitan la supervivencia en un sitio al que no llega la luz del Sol y resulta imposible la fotosíntesis. Esta capacidad para adaptarse a condiciones tan adversas le confiere identidad a la misión, denominada “Vida en los extremos”.
“La expedición es un esfuerzo extraordinario para estudiar biosferas raras: los ecosistemas quimiosintéticos. Allí existen filtraciones de gases ricos en energía, que aportan alimento. La mayor prioridad será la utilización del robot para explorar la biodiversidad, formas de alimentación y estado de salud de invertebrados marinos que habitan el fondo ascoaidos a este tipo de ecosistemas”, agregó la bióloga.
Ambientes sin explorar.
La misión procurará describir los aspectos biológicos, físicos y químicos de estos organismos y sus entornos. Por primera vez esta tarea se podrá compartir hacer en vivo y en directo: un laboratorio móvil que recoge muestras y comienza a interpretarlas en tiempo real. En escenarios tan hostiles para la vida, algunas bacterias y fauna extrema --gusanos tubícolas, almejas y mejillones específicos- sobreviven y se benefician con los elementos más nocivos del ambiente.
“Una diferencia con campañas previas será el foco colocado sobre organismos quimiosintéticos muy poco explorados en nuestro país. Algunos de quienes viajaremos, integramos el equipo que descubrió por primera vez estos ecosistemas en las profundidades del Mar Argentino: ahora podremos estudiarlos con mayor detalle gracias al minisubmarino”, celebró Bravo.
Una vez más, los científicos mostrarán en tiempo real su trabajo. No solo investigarán y probarán hipótesis: gracias a una embarcación dotada con tecnología de punta también podrán avanzar con descubrimientos que habiliten nuevas líneas de trabajo.
Pero además, contarán con la posibilidad de divulgar su labor científica, contando a los usuarios en línea lo que están observando en su pantalla. Como si fueran clases abiertas, pero con miles de alumnos curiosos inmersos en las transmisiones. Si la “estrella culona” fue una referencia ineludible en ediciones anteriores ¿qué organismo singular protagonizará esta nueva aventura oceánica?”
Estas misiones del Conicet, la UBA y otras instituciones científicas también permiten mensurar el nivel de compromiso y la capacidfad de esfuerzo de un sector estigmatizado y golpeado por el recorte presupuestario. Seguir sosteniendo laboratorios para investigaciones complejas con trabajadores cuyos salarios perdieron más de la mitad de su poder adquisitivo desde que asumió Javier Milei, se parece mucho a concretar un milagro.
Ojalá esta posibilidad de registrar, mostrar y contar lo que hacen funciones como bálsamo ante el dolor y permita generar conciencia sobre el cientificidio: los científicos están ahí, al pie del cañón, realizando una tarea de calidad y generando nuevos conocimientos para el mundo.
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