Las columnas se cayeron por fallas en el hormigón
La empresa Sade-Skanska construyó la obra energética. El 19 de febrero pasado fuertes vientos voltearon algunas columnas e inclinaron otras, provocando un gran apagón.
El "mal colado" y/o falta de finos" en alguna parte del hormigón", habría hecho que por efectos de un fuerte viento se caigan columnas de la línea de 132 kV ubicada en la zona de Macachín próxima a la ruta 1. Esta afirmación está escrita en el informe preliminar que el ingeniero civil Roberto Lorda entregó a la Administración Provincial de Energía.
Como oportunamente informara LA ARENA, tres columnas de hormigón que sostenían la línea eléctrica se desplomaron y otras dos se inclinaron, lo que produjo grandes cortes de energía en distintos puntos de la provincia el pasado 19 de febrero. Ante la posibilidad de que pudieran haber fallas constructivas a lo largo de toda la traza de la línea de 133 kV entre Macachín y Santa Rosa, desde la APE se le solicitó al ingeniero civil Roberto D. Lorda que realice un informe.
El 3 de marzo Lorda envió sus conclusiones preliminares a la APE, consignando que el 25 de febrero estuvo en el lugar donde se produjo la caída de las columnas "para comprobar los daños ocasionados por el fenómeno meteorológico". Explicó que para un primer análisis contó como documentación de proyecto el "Plano conforme a obra, cuya última revisación data de febrero de 2001". Amplió diciendo que su trabajo lo realizó haciendo una serie de tomas fotográficas y se comprobó la calidad del hormigón con un esclerómetro. Se trata de un equipo que se utiliza para medir la resistencia de ese material.
El informe.
Al referirse a cómo se realizó las tareas de campo señaló que fue "con buenas condiciones de visibilidad, y se vieron facilitadas por el estado no alterado de las estructuras caídas o desplomadas. No se realizaron tareas de remoción de escombros, sellados, de grietas en el suelo, etc.".
Lorda precisó que las pruebas de los distintos hormigones realizadas con el esclerómetro "arrojaron resistencias superiores a los 170 kilogramos por centímetro cuadrado especificados para los cabezales". Y al referirse al "mecanismo de falla" dijo que "a primera vista se observa para el piquete (columna) nº 375 una trituración del hormigón en el sector inferior del cabezal". Y sostiene que "aquí la falla se ha producido por un hormigón que si bien es de calidad en el resto de las estructuras, en este caso en particular se constata un mal colado y/o falta de finos".
Explica que a continuación de la caída de aquella columna las otras dos, identificadas como "piquetes 374 y 376, fueron solicitadas en exceso". Es decir que se vieron obligadas a soportar una mayor presión del viento. Después se refiere a los piquetes 373 y 377 que sufrieron una inclinación del orden de los 10 grados en dirección oblicua. Analiza que para estas dos estructuras "es más difícil probar el grado de falla o peligrosidad de que el proceso de desplome siga creciendo, razón por la cual ya se convino con personal de APE de realizar un atensorado provisorio preventivo".
Como conclusión el ingeniero Lorda sostiene que "con los elementos con que se cuenta" se puede afirmar que "la caída se inició con la rotura del cabezal del piquete nº 375 por un problema de compactación del hormigón, o una falla localizada en la dosificación del hormigón".
Otra opinión.
¿Qué pudo haber pasado para que ocurriera esto? Otro profesional consultado por este diario intentó poner en términos menos técnicos la explicación de Lorda. Señaló que el lugar donde se produjo la caída de las columnas supo estar inundado y que no era viable deprimir el nivel del agua, por lo que podría ser que la propuesta técnica de la empresa SADE haya sido que las columnas no fueran "empotradas" (o enterradas), sino que fueran ubicadas en la superficie pero con un peso en la base para impedir que la acción del viento las haga caer (como si fuera una suerte de maceta, ejemplificó el profesional).
Con respecto a la referencia que hace Lorda sobre un problema de "mal colado y/o falta de finos", indicó que podría ser que "cuando se tiró el hormigón desde el mixer (camión hormigonero) los áridos más gruesos (las piedras más grandes), hayan ido al fondo produciendo una falta de homogeneidad. A veces sucede que cuando el hormigón permanece más tiempo que el previsto en el mixer las piedras más grandes se van al fondo", amplió.
Lorda sugiere en el final de su informe que para conocer el origen del problema y garantizar la posible solución se debería "conseguir la documentación de pilotes y cabezales", y la documentación de la obra con los datos del suelo de los implantes en cuestión", incluyendo cotas, presencia de napas (nivel del agua subterránea) y ensayo de hormigones.
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