Martes 01 de julio 2025

Medidas restrictivas para los dos imputados de Babilonia

Redacción 22/06/2012 - 04.30.hs
El dueño del boliche Babilonia, Eduardo César Ros, y el relacionista público, Juan Martín Barrera, quedaron ayer formalmente acusados de abuso sexual agravado con acceso carnal, un delito penado con entre 6 y 15 años de prisión. Además, la jueza de Control, Florencia Maza, les impuso una serie de medidas restrictivas para que no se acerquen ni se comuniquen con las presuntas víctimas.
Ros, apodado Chino y de 32 años, y Barrera, de 24, quedaron involucrados en la causa penal a partir de lo ocurrido en el boliche en la madrugada del 8 de abril. De acuerdo a la acusación que hizo ayer el fiscal Carlos Ordas, en la audiencia de formalización, ellos se aprovecharon de dos menores de 16 años, que estaban alcoholizadas, para mantener relaciones sexuales sin consentimiento. Barrera presuntamente tuvo esos contactos íntimos con una de las chicas allí y en el domicilio de Escalante 546 (por eso se habló de abuso reiterado) y Ros, con la otra joven, solamente en la vivienda.
Por eso Ordas solicitó la imposición de medidas restrictivas para el propietario y el relacionista. La querella, que representa a los familiares de las menores y es ejercida por Franco Catalani y Nicolás, fue más allá y requirió que se les dicte la prisión preventiva, algo que fue rechazado por la Maza. El primero de los abogados dijo que ello era "imprescindible" porque después de aquel día "hubo un contacto entre uno de los imputados y una de las chicas a través de internet y en la calle".
El defensor de los acusados, Carlos Amado, aceptó las limitantes, pero se opuso a la preventiva por entender que no se dieron los dos únicos supuestos para aplicarla: el peligro de fuga y la obstaculización de la investigación. "Ellos viven y trabajan en la ciudad, tienen familias constituidas y, a pesar de que sus nombres están en los diarios, se han presentado en la justicia cada vez que fueron requeridos. Incluso lo hicieron espontáneamente". Luego ofreció que la querella plantee, eventualmente, otra vez el pedido de prisión si considerase que en algún momento del proceso sus clientes traban la pesquisa. Ros y Barrera han admitido las relaciones sexuales, pero declararon que fueron consentidas.
Maza estableció los siguientes impedimentos: ellos no podrán acercarse a menos de 200 metros de las menores durante al menos 90 días, ni tampoco a sus domicilios particulares y al colegio céntrico al que ocurren en horarios específicos. Tampoco podrán mantener comunicaciones telefónicas, ni a través de las redes sociales, ni de ningún otra vía. Inclusive la magistrada, mirándolos a los ojos, les explicó claramente que se violan esas prohibiciones serán detenidos preventivamente. Ros y Barrera escucharon en silencio, sin decir una palabra. Antes, durante la audiencia que duró 25 minutos, apenas abrieron la boca para identificarse. Al final, salieron rápidamente por una puerta alternativa para evitar el contacto con la prensa y con las mamás de las jóvenes.

"Más o menos..."
El artículo del Código Penal por el que fueron acusados es el 119, que en la parte pertinente dice que será reprimido con entre 6 y 15 años quien abusare sexualmente de persona de uno u otro sexo cuando, aprovechándose de que la víctima, por cualquiera causa, no haya podido consentir libremente la acción, hubiese acceso carnal por cualquier vía. En este caso el aprovechamiento sería la ebriedad de las chicas. Las sospechas de la fiscalía apuntan a que ambos estimularon que las menores bebieran alcohol en exceso y en forma gratuita dentro de Babilonia.
Previamente, en el inicio de la audiencia, Amado sostuvo que, según el nuevo Código Procesal Penal, la querella no forma parte de la formalización y por lo tanto no debía estar presente, lo mismo que el público -asistieron cuatro familiares de las víctimas y medios de prensa-, pero Maza le denegó la petición.
Conocida la resolución de Maza -a partir de ahora Ordas tendrá tres meses para presentar pruebas y llevar el caso a juicio-, este diario le preguntó a las madres de las presuntas víctimas, que están siendo asistidas por psicólogos, si estaban conformes. Las dos se miraron, dudaron y dijeron: "más o menos..." Una acotó que el proceso se hubiera acelerado con la prisión preventiva. La otra remarcó: "Ahora, por lo menos, se conocen públicamente las caras de quienes hacen estas cosas".

 

Una tercera persona
La querella pidió que una tercera persona, Maximiliano Koffler, sea imputada en la causa como partícipe del supuesto abuso, sea en forma primaria o secundaria, pero Maza negó el requerimiento de Catalani por considerar que no era el momento del proceso para plantearlo y que eventualmente debería hacerlo la fiscalía. De acuerdo al abogado de las menores, Koffler también es relacionista público de Babilonia y aquella madrugada también habría incentivado a ellas a tomar bebidas alcohólicas.

 


'
'