Jueves 18 de abril 2024

Cecilia Giacco, entre la docencia, el gremialismo y el PAMI

Redacción 23/01/2022 - 01.16.hs

Cecilia Giacco no la tuvo fácil, y tuvo que pelearla desde su adolescencia para abrirse paso por la vida, postergando sueños que por esfuerzo y tenacidad lograría concretar años más tarde. De familia peronista, se movió desde joven en los ámbitos sindicales, en su mayoría vinculados con la salud, y así desarrolló una experiencia que le allanó el camino para ser hoy la responsable del PAMI a nivel provincial.

 

Infancia difícil.

 

Oriunda de Santa Rosa, vivió sus primeros años en una casa de la avenida Belgrano, en Villa Alonso, y cursó sus estudios en la Escuela 4 y en el Colegio Normal. "Tuve una infancia bastante difícil", dijo Cecilia en entrevista con LA ARENA. "Cuando tenía cinco años mi mamá se enfermó de cáncer, así que con mis hermanos tuvimos que aprender a hacer las tareas de la casa desde chicos. Mi papá era policía de la Federal y nos imponía una vigilancia desde la masculinidad y el patriarcado tremendo. Aun así tenía una vida normal, con amigas y salidas como cualquier adolescente joven, pero eso sí, tenía que estudiar mucho porque en casa eran muy estrictos", expresó.

 

Cuando cumplió 16 años su padre falleció, y pese a que su madre estaba enferma y no la podía ayudar (llegó a trabajar como costurera por necesidades económicas), terminó el secundario y se inscribió para cursar la licenciatura en Ciencias de la Educación en General Pico. "Me conseguí un trabajo en un jardín de infantes y después en el Colegio Médico de La Pampa para costear mi estadía allí, y pude estudiar dos años, pero entonces mi madre falleció y me tuve que volver a Santa Rosa", relató.

 

De nuevo en su ciudad natal, Cecilia prosiguió su labor en el Colegio Médico, comenzando así una carrera vinculada con la Salud que la llevaría adquirir tal experiencia en ese ámbito que progresivamente la iría transformando en una referencia en ese ámbito. "Siempre realicé trabajos administrativos", dice al respecto. "Al principio hacía facturaciones o liquidaciones médicas, siempre en Simpa (la empresa de medicina prepaga del Colegio), y prácticamente pasé por todas las funciones. En un momento en los años noventa, cuando se empezó la regularización de las obras sociales, me ascendieron al puesto de gerenta de comercialización" contó.

 

De vuelta a estudiar.

 

Fue en ese momento que, con una mayor estabilidad económica, Cecilia retomó su sueño de convertirse en maestra de primaria; se anotó en la carrera en su antiguo colegio de la secundaria, el Normal, y de un tirón la terminó. Pero además, al poco tiempo también estudió Psicología Social en la Universidad de Quilmes, a donde viajaba una vez por mes durante cinco años hasta recibirse. "Siempre me atrajo la educación porque creo que permite la liberación del ser humano, y creo que en la relación entre las personas hay un aprendizaje permanente y recíproco, que además al mismo educador le permite conocer otros mundos", opinó.

 

Así fue que comenzó a intercalar sus horarios de trabajo del Colegio Médico con los de la Escuela 105, en largas jornadas que totalizaban entre 12 y 14 horas diarias.

 

El gremialismo.

 

Desde sus primeros días en el Colegio Médico, Cecilia se afilió al Sindicato de Empleados de Comercio, que en ese momento nucleaba a los empleados de esa institución, y fue elegida delegada. "Siempre tuve inquietudes gremiales y desde siempre me interesó mucho la defensa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Mi papá y mi mamá eran militantes peronistas, y me inculcaron una mirada social, comunitaria", acotó. "Desde ese momento he militado en muchísimos gremios, tanto desde el ámbito privado como en el sector público", agregó.

 

Respecto a las dificultades que debió afrontar como mujer en un espacio dominado históricamente por hombres, Cecilia señaló que "si bien el ámbito gremial siempre ha sido de predominio masculino, no he tenido personalmente dificultades para insertarme. El problema aparece cuando hay que disputar cargos. Cuando se trata de cargos bajos no suele haber complicaciones, pero si hay que disputar un cargo alto ahí sonaste, porque siempre se imponen los postulantes varones, históricamente."

 

No obstante, expresó que "toda la vida he tratado de defender mis posturas y expresado lo que pensaba, y siempre he manifestado la necesidad de que haya más mujeres y una mirada de género dentro de lo que es la gremialidad, que en algunos sindicatos sí existe, pero en otros no. Lo que pasa es que está naturalizado que tiene que ser un varón el delegado gremial, pero es un lugar que nosotras debemos disputar".

 

Directora.

 

En el año 2008 Cecilia dejó el Colegio Médico luego de 25 años e ingresó al PAMI, y con el paso de los años fue ascendiendo y pasando por varios cargos hasta que en 2020, luego de las elecciones presidenciales, fue designada como directora ejecutiva de la UGL (Unidad de Gestión Local) de La Pampa, un suceso que fue celebrado por el personal del instituto. Y eso se debió a que ese cargo de conducción, históricamente, recayó en figuras de la vida política de la provincia, elegidas generalmente en virtud de acuerdos partidarios y, en general, fueron seleccionadas personas sin demasiada experiencia en cuanto al funcionamiento del organismo. En cambio con su designación, por primera vez el cargo pasó a ser ocupado por una trabajadora del propio instituto con varios años de trayectoria y mucha experiencia sobre su actividad específica. "Creo que el nombramiento fue muy reivindicativo para las trabajadoras y trabajadores, porque soy una persona que salió del ámbito del trabajo, por más que tenga identidad peronista", manifestó.

 

Un puma en la casa.

 

Cecilia recuerda que cuando tenía 12 años su padre trajo a la casa una cachorra de puma que fue criada en el patio y que fue bautizada "Pancha". "Mi viejo era amante de los animales, y en la casa siempre había gallos de riña. A Pancha se la regaló un amigo de él, y nosotros la criamos hasta que se hizo grande. Llegó del tamaño de una gatita y terminó convirtiéndose en un animalote. Después la llevamos al Parque Luro, porque cuando entró en celo se puso bastante feroz, y eso generó preocupación entre los vecinos; imaginate", dice entre risas.

 

Cecilia es segunda generación de argentinos de abuelos de origen italiano, que les legaron, entre otras cosas, "muchas tradiciones de la comida", según contó. "Mi papá era gritón, porque era bravo, pero mi madre era una persona alegre pese a la enfermedad que le tocó atravesar, y le gustaba mucho bailar, algo que a mí también me gusta mucho. Ellos nos enseñaron muchas cosas y nos inculcaron valores respecto a poder crecer, superarnos y vivir del trabajo. Ese era como el lema de la casa", enfatizó.

 

Con una hija ya adulta, Cecilia podría jubilarse dentro de poco. "La idea es en algún momento dejar de ser activa, pero estoy en un lugar acompañando un proyecto. Mientras estemos acá y tenga la invitación de participar y lo pueda hacer bien, voy a seguir trabajando para nuestros afiliados", manifestó.

 

Néstor y Cristina.

 

Cecilia Giacco siempre fue peronista, pero con la irrupción del neoliberalismo menemista, que a fines del siglo pasado coptó el partido, se desencantó de la dirigencia. "Con todos los vaivenes de un movimiento tan amplio, con izquierdas y derechas, en su momento no acordé para nada con la dirigencia, pero después Néstor y Cristina me reconciliaron con el peronismo y me dieron ganas de luchar desde otro lugar. Hoy en día me identifico con los K, aunque sé que hay muchos matices", afirmó.

 

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