Contador amenaza ir a la justicia

Las polémicas no cesan en torno a las acciones de la nueva conducción de la Cosega, en el ojo de la tormenta por la falta de agua que sufre General Acha, inédita hasta ahora, y por las decisiones de María Schroeder y el grupo que la acompaña.

Ayer, el histórico contador de la entidad, Oscar Lambretch, hizo saber en una entrevista radial su enojo por la manera en que fue desvinculado de su cargo y anunció que evalúa iniciar acciones judiciales.

Con 27 años en la función, es decir desde la gestión del emblemático Roberto Zamora, el profesional desarrolló su tarea, tiempo en el cual pasaron varias gestiones. En conversación con “La Primera Impresión”, dejó en claro que él no renunció a su trabajo. “Llamenlo como quieran, pero a mí me echaron”, definió.

Para la actual gestión, el contador no tiene los mismos intereses, por lo que buscarían en su reemplazo profesionales que sí lo tengan, según dijo.

Con relación al robo que sufrió la entidad, de parte de una empleada infiel que ya ha sido juzgada y condenada por ello, Lambretch recordó que fueron él y su equipo quienes detectaron las irregularidades “y las comunicamos al Consejo de administración de ese momento. Hasta ahí llegaba nuestra responsabilidad”, afirmó.

“Como dijo la presidenta del consejo (María Schroeder), no iba a darse una transición ordenada y normal, porque no fue un apartamiento normal lo que hicieron conmigo”, lamentó Lambretch.

La nueva conducción, que asumió en la segunda quincena de diciembre, viene tomando discutibles decisiones y sumando frentes de conflicto. Usó duros términos para con la empresa Pampetrol, desvinculó a una de las empresas que prestaba el servicio de sepelios y lo dejó en manos de una firma con la que una integrante del consejo de administración tiene un alto grado de parentesco, redujo la atención en una de las farmacias y tiene en la calle importantes acreencias. Por otra parte, ha obviado mencionar la deuda que desde la sanción de la ley de columnas tiene la empresa privada de cable de televisión, única que se niega en La Pampa a pagar por el uso de esos soportes.

Además, enfrenta una crisis sin precedentes en el suministro de agua potable, en medio de una ola de calor y creciente reclamos de los usuarios que lo padecen.

Desde que se conoció, poco más de un año atrás, la noticia del robo por parte de la empleada, el grupo de “autoconvocados” que derivó en este cambio de gestión, hicieron desde el llano y ahora como dirigentes, denuncias mediáticas y públicas de supuestas irregularidades administrativas y desmanejos, pero todavía no las han hecho en el sitio donde corresponde, en la Justicia.