Miércoles 09 de julio 2025

De aquel anuncio a este desguace

Redacción 09/07/2025 - 00.15.hs

Eran las 11.10 de aquella mañana soleada de agosto de 1987. Después de ser firmada por las autoridades el acta correspondiente fue introducida en un cilindro, que a su vez fue incrustado en la piedra que estaba destinada a ser el basamento del nuevo emplazamiento de Vialidad Nacional.

 

Exactamente el 21 de agosto de aquel año el presidente Raúl Ricardo Alfonsín llegó a Santa Rosa, y participó de uno de los actos más multitudinarios que se recuerde por aquí. Fue en las adyacencias de Vialidad Nacional, cuando aún no existía la rotonda en la intersección de la Circunvalación “Santiago Marzo” y la Avenida Perón. Una muchedumbre había concurrido con enormes expectativas para ser testigo de un acto que se pensaba fundacional.

 

Era una manifestación entusiasta y pluralista en torno a la decisión presidencial, y a un suceso gigantesco para nuestro ámbito. Nada menos que la firma del acta fundacional de la radicación de la central de un organismo nacional en la capital provincial. Toda una clara exteriorización democrática de la unidad en la diversidad.

 

Una oportunidad.

 

Hace casi tres décadas el traslado de la sede de Vialidad Nacional presumía una gran oportunidad, en el marco de una descentralización que finalmente no se iba a concretar.

 

Hoy un Gobierno nacional que no muestra ningún plan para beneficiar a la sociedad, en ningún tema del que se trate, ha decidido el cierre definitivo del organismo. Como se sabe Vialidad Nacional tenía a su cargo planificar, construir, conservar y mejorar la red vial, incluyendo caminos y autopistas. La falta de presupuesto, planes no explicitados de privatización, y la falta de presupuesto, fueron sumiendo a esa dependencia en una lenta agonía. Así, ahora con el cinismo que lo caracteriza, el vocero presidencial formuló el anuncio de que se cierra.

 

La arenga de Alfonsín.

 

Lejos quedó aquel viernes de agosto de 1987, cuando una multitud nunca vista antes en una ceremonia de esas características -rondaban los 20 mil asistentes informaba LA ARENA en aquellos días-, presenciaba lo que se pensaba un momento trascendental: el traslado de la Dirección Nacional de Vialidad a la provincia de La Pampa.

 

Raúl Alfonsín conmovió a los presentes cuando expresó: “Leña Marín, leña Berhongaray, leña el pueblo de La Pampa”. Utilizaba la reconocida frase que en realidad expresaba “Leña Savioli”. El presidente agregó en su mensaje que “quizás los jóvenes que están aquí, las chicas y chicos que rodean esta tribuna, no recuerden la lucha de Santiago Marzo contra el monopolio, la creación de la Cooperativa Eléctrica, la propia luz que llegaba utilizando una trilladora a leña. Lo que hizo famosa una frase en Santa Rosa, porque cuando la tensión caía en el cine la escena se veía un poco difusa y entonces todos comenzaban a gritar 'leña Savioli'. Hoy le decimos lo mismo todos a esta locomotora de La Pampa", arengaba fervoroso a la multitud el primer mandatario.

 

Falta de sensibilidad.

 

Era un “nuevo episodio de la descentralización” que el gobierno nacional radical tenía pensado desarrollar, y cuyo punto cúlmine sería el traslado de la Capital Federal a Viedma.

 

Hoy, los argentinos, y los pampeanos, asisten a un nuevo acto de despojo desde la Casa Rosada. El anuncio despojado de toda sensibilidad dice que Vialidad Nacional no existirá más.

 

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